Antofagastinos con historias en Cuba comentan histórico acuerdo
relaciones. El acercamiento entre el régimen castrista y Estados Unidos no pilló por completa sorpresa a la mayoría. Las transormaciones se veían venir.
La visita del notable escritor Leonardo Padura a la Feria del Libro Filzic a mediados de este año es quizás un pequeño síntoma de la estrecha relación que varios antofagastinos tienen con Cuba.
La visita de Padura, autor de "El hombre que amaba a los perros" y "Herejes", entre otros libros, se tejió precisamente gracias a los vínculos que han tejido a lo largo de los años Patricio Rojas y Patricio Maturana, los cerebros detrás de la Filzic.
Pero no son los únicos.
EN PLENA REVOLUCIÓN
El exintendente Jorge Molina Cárcamo tiene una historia potente. Entre mayo de 1971 y agosto de 1973 fue agregado civil (de "asuntos políticos", para los castristas) en la Embajada de Chile en la isla.
Allí conoció a Fidel y Raúl Castro y a todo el alto mando revolucionario. De hecho, Joaquín, su hijo mayor, nació en La Habana en 1972, por lo que sigue pendiente del devenir de esa tierra.
"Este es un cambio relevante, aunque aún no se solucione un tema de fondo como el embargo, o bloqueo. Pero resultaba ilógico mantener este tipo de políticas a esta altura de los tiempos", explicó.
"Poco se sabe qué puede pasar. Raúl Castro dijo que la economía cubana se actualizará y que el modelo socialista se hará sostenible", agregó.
Cristian Muñoz, asesor en la Intendencia, es probablemente uno de los mayores conocedores de la situación cubana.
Estuvo en ese país a fines de los 70, como miembro de las Juventudes Comunistas; luego como empresario exportador de flores desde Sudamérica a Europa.
Por tránsito aéreo pasaba por La Habana casi todos los fines de semana. Y luego la ha vuelto a visitar en varias ocasiones, pero ya como turista.
"El anuncio me causó buena impresión en principio, pero luego me ha generado algunas dudas. Viví en la Unión Soviética cuando comenzó la Perestroika, el deshielo y espero que no pase lo mismo en Cuba. Esto de abrir una ventana y que pase un vendaval que haga perder muchas de las cosas buenas que tienen", detalló.
Salud y educación gratis, y de buena calidad, entre otros beneficios, son los más destacados por Muñoz quien apunta que el anuncio dado por Barack Obama y Raúl Castro es percibido como positivo por los cubanos, según lo conversado por estos días con sus amigos de ese país.
"Lo ven como la posibilidad de mejorar los problemas económicos. Hay esperanza", dijo.
Otros casos son los de Patricio Rojas y Patricio Maturana, ambos de Filzic. Ellos suman más de 15 viajes a la isla en los últimos cuatro años, siempre por motivos culturales.
Y es la educación de ese pueblo lo que ellos más destacan, y, consecuencialmente, lo que más temores genera ante posibles transformaciones.
"Esto es algo que se veía venir, en muchas conversaciones comentábamos el tema con ellos y se sabía que el proceso de apertura se aceleraría. Este proceso se ve positivo en la medida que esto no se desborde, tal como ocurrió con la Unión Soviética", explicó Rojas.
Maturana es de la misma opinión.
"Esto iba a pasar, siempre lo sostuve, no sé si le hará bien a Cuba, porque hay cosas que son muy buenas; pero los cambios ya estaban en marcha. Del momento en que se abrieron espacios para el emprendimiento individual la cosa cambió. Pero hay esperanzas y optimismo porque el capital que tiene la gente y su cultura son enormes", puntualizó.
El restablecimiento de relaciones diplomáticas, rotas en 1961, entre ambos países no considera el fin del bloqueo económico. Entre los arreglos se incluyen el levantamiento de la mayoría de las restricciones de viajes a la isla de ciudadanos estadounidenses, la facilitación de transacciones bancarias entre ambos países y la revisión de la inclusión de Cuba en la lista de estados que patrocinan el terrorismo, entre otras medidas. El primer paso del acuerdo es un intercambio de prisioneros entre ambos países, varios de los cuales ya se concretaron. Para el acercamiento fueron claves el apoyo del Papa Francisco y el gobierno canadiense.