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Se dilató el acuerdo entre Marco A. Figueroa y Cobreloa

reunión. Comisión del club quería sellar su arribo a Calama ayer. Representante discutirá detalles con el técnico.
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La idea de los directivos de Cobreloa que acudieron ayer por la tarde hasta Santiago era cerrar definitivamente el pre acuerdo que se había conseguido con el técnico Marco Antonio Figueroa. Por ahora, habrá que esperar.

Todo comenzó a eso de las 17 horas en un hotel capitalino, donde el gerente de la institución minera loína, Gabriel Torrejón, el gerente de Comunicaciones, Rodolfo Larraín, el abogado del club, Miguel Campos y el encargado de proyectos, Nibaldo Rojas, se reunieron con el representante de el "Fantasma", el argentino Mariano Gastó.

La junta tenía por objetivo -al menos según lo que había planteado hace un par de jornadas el gerente deportivo Gabriel Torrejón- dejar ratificado que el calvo estratega sería quien le tocara 'salvar' a la institución minera loína, que en lo deportivo, viene antecedida de una campaña francamente desastrosa, que se arrastra por cerca de dos años y que en este momento la tiene en zona de descenso directo.

Luego de intensos trabajos de negociación entre ambas partes, los que se extendieron por más de dos horas, el representante de el "Fantasma", Mariano Gastó, tomó los papeles donde se contienen los ofrecimientos que le está haciendo Cobreloa y se los llevó.

Gastó les dijo a los representantes del equipo minero loíno que discutiría en forma telefónica con Figueroa los términos finales de su vinculación con Cobreloa.

Lo peor de todo, es que no dio detalles específicos de cuándo entregará una respuesta al ofrecimiento, dilatando esta situación que tiene a la hinchada y a quienes manejan el club con una sensación de que ojalá el "sí" del estratego se produzca lo más pronto posible.

"Veo muy complicado que la respuesta de Figueroa llegue dentro de la jornada de hoy (ayer). Es posible incluso que ni siquiera esa respuesta se produzca mañana (hoy). Esto podría extenderse hasta el día viernes (mañana)" manifestó el gerente de Comunicaciones del elenco minero loíno, Rodolfo Larraín.

Hay urgencia de que Figueroa (quien se encuentra hasta ahora en México) estampe pronto su firma en el contrato, precisamente porque debe asumir -en caso de aceptar los detalles del contrato- una pretemporada que debe comenzar en tan sólo cinco días más: el 15 de diciembre debe presentarse el nuevo técnico en Calama. Idealmente, la misma situación corre para los refuerzos que llegarían, según lo confirmó el gerente de Comunicaciones de la institución, Rodolfo Larraín.

"No estoy en condiciones de contar cuáles fueron las cosas que se discutieron del contrato. No tiene que ver con lo económico, porque en esos términos teníamos un pre acuerdo con Figueroa. Hablar detalles del contrato no corresponde, porque no hay una aprobación de la contraparte", señaló Larraín.

Reforma Educacional y sentido común

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Conminados por el gobierno, que al 31 de enero del 2015 debe estar aprobado el hoy re-bautizado proyecto de inclusión -antes llamado fin al lucro, al co-pago y a la selección- y que como mantras escuchamos repetir a las autoridades nacionales y regionales, que al final del día tendremos una educación gratuita, menos segregada y de calidad, parece ser que olvidamos aquello que Chesterton, el escritor inglés señalaba: "las cosas no son lo que parecen, sino lo que significan". Lo dicen las encuestas recientes, lo han señalado académicos, ex ministros de educación, ex presidentes de la república, se escucha en foros, lo reclaman los padres y apoderados: ¿y qué significan todas estas manifestaciones? Algo muy simple: A esta reforma que se impulsa -estructural y necesaria- le hace falta "sentido común". Ese sentido común corresponde a las formas de percepción que tenemos los seres humanos para apropiarnos de la realidad sin mediaciones ni voceros que nos pauteen o interpreten aquello que queremos: lo que vemos, olemos, saboreamos, tocamos y escuchamos.

Thomas Reid, filósofo escocés del siglo XVIII lo explicaba magistralmente: "existen ciertos principios que la constitución de nuestra naturaleza nos lleva a creer y que nos vemos obligados a dar por hechos en la vida cotidiana, sin ser capaces de dar razón de ellos. Estos son los que llamamos los principios del sentido común, y lo que resulta manifiestamente contrario a estos principios es lo que llamamos absurdo".

Es el sentido común, lo que la Asociación Nacional de Padres de FIDE, ANAPAF que agrupa a Centros de Padres de más de 800 colegios a lo largo del país le expresó a la Comisión de Educación del Senado hace algunos días y se lo quiere expresar personalmente a la Presidenta de la República. Y lo hizo sin estridencias, apelando a una cuestión básica y de sentido común: toda política pública en materia educacional impacta o se vive en la escuela y este es el espacio de transformación social que sólo pueden comprenderlo en su profundidad y totalidad, sus actores permanentes: directores, profesores, estudiantes y padres en eso que se llama comunidad educativa cohesionada entorno al Proyecto Educativo.

Pareciera ser que el sentido común nos señala que necesitamos una reforma educacional que pase de una lógica de mercado y competencia a una de carácter social y colaborativa, pero al mismo tiempo está manifestando que esta reforma impulsada no puede hacerse de la forma como se está planteando, porque entre otras cosas termina dividiendo innecesariamente a los chilenos entre promotores de la campaña del terror, que son los que manifiestan objeciones, matices, discrepancias y los que promueven la reformaa veces como si fueran predicadores fundamentalistas repitiendo una y otra vez las bondades de la "tierra prometida".

El sentido común significa que para hacer de esta reforma un proyecto país que se sostenga más allá del gobierno de turno y de mayorías transitorias, requiere cuatro grandes pero simples principios del llamado sentido común: que tenga un diagnóstico certero y compartido a nivel país con información científica, confiable y validada; que genere un amplio consenso entre todos los actores, respecto de los fines y medios; que sea gradual en su implementación, para evitar un transantiago educacional y para aprender de otras reformas en el país que sí lo hicieron, como la judicial y finalmente que se aboque de manera prioritaria desde el centro a la periferia, es decir que aborde en primer lugar aquello que tiene mayor impacto en la calidad y en el aula. De lo contrario corremos el serio riesgo que cuando abordemos lo relevante (llámese sala de clases y profesores) no exista presupuesto y nos demos cuenta que cambiamos todo para seguir haciendo lo mismo.

De no aplicar estos principios, terminaremos por darle la razón a Voltaire cuando afirmaba que "el sentido común no es nada común".