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"El Remanente"

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Cada cierto tiempo aparecen este tipo de películas que, detrás de los géneros que desarrollan, están avaladas por iglesias. ¿Su propósito? Como es lógico suponer, atraer adeptos para sus acciones de propagación de la fe, lo cual está muy bien porque ése es su objetivo. Lo que no está bien es que las películas que auspician sean tan evidentes en sus propósitos, como ocurre con esta propuesta de terror independiente, "El remanente" (The Remaining).

Dirigida por Casey La Scala, uno de los productores del filme "Donnie Darko", esta película fue pensada para el público cristiano de los Estados Unidos y el principal defecto que tiene es, precisamente, ese lastre de querer predicar en cada uno de las secuencias, lo que molesta en una narración que pudo ser más fluida y concentrada en un terror efectivo y sugerente.

No deja de ser importante este punto: el cine cristiano, que aborda temas evangélicos, ha comenzado a trabajar en el último tiempo géneros distintos dentro del cine, como el thriller sobrenatural y el terror, con el objetivo de llegar mejor al público adolescente, alcanzando cuotas de cierto interés como este caso.

Centrada en un grupo de jóvenes que se reúnen para un casamiento, cada uno empieza a examinar sus vidas y sus convicciones religiosas, cuando se desata el Apocalipsis. Y como esto es cine cristiano, más que los efectos, más que el nerviosismo o la fantasía que se podría haber generado de un tema apasionante, los personajes van recitando delante de la cámara cada cierto tiempo que la única esperanza de salvación está en las Escrituras y la aceptación de Cristo, lo que hace de "El Remanente" un extraño combinado de imponer la fe a través del miedo.

Fuera de estas objeciones, en el plano estrictamente cinematográfico hay otros problemas: primero, el mayor, es que la película es una nada disimulada copia de 'Cloverfield'. El segundo, que el director no se decide por el empleo de la cámara al hombro y en ciertos pasajes se torna un híbrido en cuanto a estilo y forma.

Aparte, el realizador emplea todos los clichés posibles para tratar de generar miedo, llegando a la exageración de usar trucos muy pobres y archi conocidos para generar tensión: mucho ruido, mucho personaje saliendo por detrás de los protagonistas, mucha oscuridad de donde sabemos que algo sucederá…y sucede y suma y sigue.

Desde lo argumental el asunto es claro: los que se convierten a la fe, se salvan. Quienes no lo hagan, aun siendo una persona espiritual se condenan. Y es tan burda esta tesis que los jóvenes protagonistas lo repiten cada cierto tiempo: debes estar leyendo la Biblia, asistir con regularidad a la iglesia y tener una relación más personal con Cristo, de lo contrario estás sin posibilidad alguna de entrar al Paraíso. .

Lo rescatable está en la preocupación por las escenas de destrucción -están muy bien logradas- y el quiebre que se produce para pasar de la risa y aparente comedia inicial a un terror de bajo presupuesto de carácter independiente, sobre todo en la secuencia del ascensor que, lejos, está muy bien resuelta.

Fuera de estos aspectos, "El remanente" apela a una propaganda fundamentalista envuelta en cine de terror que parece añeja y gastada por lo evidente de sus recursos.