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Ahorro de energía para 2.200 familias de zonas vulnerables

programa. Gobierno repartió pack con ampolletas de última generación.

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Un total de 2.200 familias vulnerables iniciaron el programa "iluminemos con eficiencia" que tiene por meta el recambio energético en sus hogares.

Esta iniciativa es impulsada por la Seremi de Energía y ejecutada por el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis).

Su objetivo apoyar a las familias más vulnerables del país en el recambio tecnológico de iluminación residencial a través de la entrega de un pack de cuatro lámparas fluorescentes compactas: dos de ellas equivalentes a la iluminación de una ampolleta de 100 watts y otras dos equivalentes a ampolletas de 75 watts.

ahorro

El intendente Valentín Volta, manifestó que "esto es un aporte no sólo en términos de ahorro en dinero para sus hogares, sino que nos va a permitir como país provocar el ahorro energético que necesitamos".

Agregó que "por ello la entrega de este pack de cuatro ampolletas ahorrativas por parte de Seremi de Energía y el Fosis, es una gran iniciativa que apunta al recambio de acuerdo a nuestras nuevas normas energéticas".

Al respecto, la seremi de Desarrollo Social, Angelique Araya precisó que "nosotros estamos muy contentos con esta iniciativa serán que en definitiva permitirá que familias a nivel regional puedan ahorrar hasta 40 mil pesos con estos pack de ampolletas".

Destacó que "lo mejor de iniciar el programa iluminemos con eficiencia con aportar con este tipo de iniciativas para beneficiar adultos mayores y personas en situación de discapacidad".

beneficios

El seremi de Energía, Arturo Molina Henríquez explicó que el programa "Iluminemos con eficiencia", es una iniciativa que implicará grandes beneficios para 2.200 familias de la región, ya que se reducirán los costos en energía eléctrica de las viviendas.

"Si bien el costo de una ampolleta eficiente es mayor que las antiguas, esta diferencia se recuperará en aproximadamente cuatro meses con los ahorros en la cuenta de luz que se generarán producto del uso de ampolletas eficientes, siendo a partir de ahí sólo beneficios en el presupuesto familiar", comentó.

Carteros, el oficio que no quiere morir en plena era de los e-mails

relato. Jorge Hoyos lleva 23 años repartiendo correspondencia en el sector centro alto de Antofagasta, aunque ya no entrega misivas de amor o familiares, sino fríos documentos.
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Lleva 33 años en la empresa y como cartero de varias poblaciones del sector centro alto de Antofagasta suma 23 años. Jorge Hoyos ama su trabajo, dice que seguirá trabajando hasta que sus piernas lo acompañen.

Ingresó a Correos de Chile en 1982 como auxiliar de aseo. Estuvo cinco años en ese cargo hasta que después, gracias a su empuje y entusiasmo, pasó a la planta de carteros.

"La empresa hacía cursos y nos capacitaba para mejorar, para tener un buen desempeño en la calle. Tenía muchos amigos que me decían Jorge pásate a cartero porque se trabaja tranquilo, y la gente da buenas propinas", dijo.

Pasión

Confidenció que le encanta su trabajo. "Si volviera a nacer querría ser cartero nuevamente. Acá uno trabaja libre, nadie te molesta. Me gusta el contacto con la gente, y durante todos estos años he podido hacerme amigo de numerosos vecinos. Incluso ha habido ocasiones en que la gente me ha invitado a participar en sus celebraciones, voy con mi señora y mis hijos", precisó.

Su esposa es Roxana Venegas y tiene tres hijos. Daniel, Patricia y Jorge. Reconoce que el trabajo es gratificante.

Desde hace más de dos décadas reparte correspondencia en las poblaciones Matta, Papic, Teniente Merino y El Ancla. Recorre varias arterias, también cubre la zona del Cementerio General y el Grupo de Formación de Carabineros y la Villa Las Palmeras.

Perros

Como punto negro dice que los carteros en su diaria labor se encuentran con perros callejeros, a los que deben "hacer el quite". Personalmente nunca ha sido atacado, pero si otros colegas.

Según registros de la empresa, el año pasado 5 carteros fueron mordidos, mientras que este año van 3.

"Nunca le doy la espalda a los perros, porque ellos suelen atacar. Pero en resumen puedo decir que la gente es muy amable, y me da mucho más de los 30 pesos establecidos por entrega. Hay clientes que me dan 1.000 pesos, y esto es por tantos años que nos conocemos. Cuando no están en sus casas, les dejo igual las cartas, y ellos después me pagan", precisó.

Dice que por su trabajo ha tenido la oportunidad de conocer a varias generaciones de antofagastinos. Ha visto crecer a muchos niños, los conoció siendo estudiantes y ahora muchos de ellos están casados y tienen sus hijos.

Jorge Hoyos agrega que quiere seguir siendo cartero hasta que sus piernas lo acompañen.

"El lleva mucho tiempo distribuyendo las cartas en este sector. Me parece muy importante el trabajo que hacen los carteros, que son personas de confianza", dijo Lorenza Navarro, vecina de la población Matta, uno de los tantos clientes de Correos de Chile.

Otra vecina, Marta Espinoza, afirma que el cartero es una persona muy apreciada.

"Cuando no estamos él siempre deja la correspondencia, no hay problemas porque tiene buena voluntad. Después le pago todo lo que le debo", puntualizó.

Implementación

Ghislaine Muñoz, jefe de Operaciones de la Segunda Región, también tiene mucho que contar respecto de esta actividad, que es parte del diario vivir.

Comentó que los carteros están viviendo el proceso de implementación de una máquina denominada PDA, Personal Digital Asistent, que permite hacer las entregas en terreno con georeferencia incluida, tiempo y hora, y quién recibió la correspondencia todo de acuerdo al atributo del producto que está siendo entregado.

"Nuestros productos son la carta certificada. Se maneja información de quién recibió la correspondencia, quién firma. Es decir se puede conocer el tiempo de entrega real", dijo.

Otros productos son carta más, la carta registrada. La primera es un producto que se entrega, y generalmente vienen cuentas asociadas.

En tanto, las cartas registradas son aquellas que consideran una reseña del domicilio y debe ser firmada. La carta normal no tiene seguimiento.

Una carta normal tiene un plazo de 10 días de entrega como plazo máximo. La carta registrada tiene plazo de 5 días, lo mismo que la carta más, mientras que la carta certificada tiene diversos tiempos, dependiendo de la condición, puede ser 2,3 a 5 días.

En Antofagasta hay 56 carteros que están distribuidos en igual cifra de sectores o "cuarteles" como son denominados en la empresa.

Se estudian los "cuarteles" a fin de conocer cuál es el elemento de apoyo que el cartero necesita, como por ejemplo, moto, bicicleta, un carro, un bolso o una mochila.

La empresa Correos de Chile hizo una renovación completa de todos los implementos de trabajo, para que los carteros tengan mayor capacidad para entregar la correspondencia de la mejor manera.

Hay carteros que utilizan sus vehículos para dirigirse a sus sectores, pero aun así estando en su ruta de trabajo deben entregar la correspondencia casa por casa.