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Los Alvial, sinónimo de lucha y profundo amor por la familia

forjadores. Darío llegó desde España y se arraigó en Chile. Sus descendientes heredaron la fortaleza y pasión por las tradiciones.
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Darío Alvial y Juana Díaz se conocieron en 1935 en la ciudad de Chillán. La abuela contaba que sus padres se conocieron en Chile, ya que su madre era oriunda de Italia. Su familia había llegado el año 1919 en búsqueda de nuevos horizontes y quedaron maravillados con los verdes y frondosos paisajes del sur.

La familia paterna, encabezada por Darío, llegó a Chile desde España junto con un numeroso grupo de colonos que buscan un lugar seguro.

"Mi abuelo tenía una faceta artística tal como mucha gente en esa época que se dedicaba al canto acompañado de las guitarras. Tenía además un taller de confección y reparación de calzados", confidenció Gabriel Alvial, su nieto, quien está radicado en Antofagasta.

De la unión de sus abuelos nacieron 10 hijos. "Uno de ellos es mi padre Gabriel, quien siempre aspiró tener nuevos horizontes y decidió emigrar desde el sur hasta los desérticos parajes de Antofagasta. El era militar instructor, pero no duró mucho allí porque no le gustaba recibir órdenes y optó por trabajar independiente en la pintura de fachadas y establecimientos educacionales, trabajos en alturas y también en interior donde era bastante cotizado por su rapidez y rigurosidad en cuanto a las terminaciones", sostuvo.

"Mi padre se casó con Jacqueline Ibarbe y de esa unión nacieron siete hijos. Yo soy el mayor" comentó Gabriel Alvial.

"No puedo dejar de lado a mi abuela materna, Hilda Payacán, quien desciende directamente de mapuches. Su familia fue atraída por el auge del salitre. Vivieron ese período en la Oficina Vergara, donde pese a la poca paga y precarias viviendas en su infancia tuvieron acceso a tener juguetes y ropa que los mismos "gringos" importaban y acceso a las últimas películas de la cartelera. Su apellido es Payacán y realmente le hacía sentido a su origen, su carácter era muy fuerte y nunca se dio por vencida. Ella fue la primera mujer con contrato a planta en una institución militar", sostuvo.

Apellido

Acotó que su apellido sufrió variaciones en esa época puesto que los funcionarios del Registro Civil muchas veces escribían los apellidos según escuchaban, modificándolos.

Ejemplo, Alvear que finalmente es inscrito como Alvial, se produce una variación y quienes llevan este apellido son muchos en la zona sur del país, más no en la zona norte.

De hecho pese a que sus apellidos no son tan extraños, no existen más Alvial Ibarbe en todo el país.

Gabriel Alvial dice que con toda esta mezcla de sangres, italiana, española y mapuche es imposible no tener un carácter luchador y apasionado.

De pequeño siempre quiso ser parte del teatro, pero su familia no contaba con los medios suficientes, así que siguió una carrera técnica en el área social en el Liceo Técnico (ex A-14) en el que tuvo excelentes profesores.

Aunque le ofrecieron práctica pagada en el sector privado prefirió el Hogar de Cristo para trabajar con niños en riesgo social, historias muy tristes y desgarradoras.

Niños

"Incluso ahora jóvenes estos niños se acuerdan de mí. Ingresé a la Municipalidad de Antofagasta el año 2001 y allí trabajé en terreno, conocí mucha gente que hasta el día de hoy me recuerda. Tuve la oportunidad de desempeñarme como intermediador laboral. Actualmente estudio Derecho, gracias a los créditos y becas que otorga el Estado", explicó.

Gabriel Alvial es el padre de Bastián Paolo, el niño fallecido recientemente tras varios diagnósticos erróneos.

"Cuando me preguntan cómo me mantengo tan íntegro pese al dolor y de dónde saco la fuerza para seguir en pie, la respuesta es fácil; sólo hay dos caminos, sucumbir al dolor o vivir con un fin más allá de tan sólo seguir existiendo, aportar con un granito de arena a la sociedad y llevar de esta manera el duelo", agregó.

Ley

A su lucha se han sumado aquellos padres que el dolor les quitó la voz.

"Para mí esta lucha tiene un nombre, Ley Bastián Alvial, consiste en mejorar y agilizar los protocolos en los recintos de salud primaria, hospitales y que se aplique también a las clínicas y podamos proteger a nuestros hijos dentro de lo que más que se pueda", dijo.

Gabriel agradece la fuerza de sus antepasados, que a pesar de las dificultades y obstáculos, lograron salir adelante. El apoyo de su esposa Sara Huerta también ha sido vital para seguir en su lucha.