Secciones

Bachelet y su baja en el apoyo de la clase media

E-mail Compartir

La última encuesta Adimark arrojó cifras que son interesantes de analizar y que van más allá del clásico análisis global que tuvieron los porcentajes de aprobación y reprobación de la mandataria. Lo anterior ya que el sondeo desglosó, entre otros aspectos, los niveles de aprobación de la Presidenta en función de la situación socioeconómica de los encuestados, obteniéndose que su nivel de respaldo disminuyó 11 puntos en el segmento de personas caracterizadas como clase media, 5 puntos en aquellas que se identificaron como clase alta y sólo subió 5 puntos en el grupo socioeconómico más bajo.

Ante ello, y haciendo un análisis basado en la fiabilidad al estudio, es posible desprender una serie de conclusiones, especialmente, si se considera el notorio descenso de la aprobación del segmento socioeconómico medio de la población. A saber:

En primer lugar, es posible vislumbrar un éxito, al menos por ahora, del discurso de la centro-derecha relativo a evidenciar que la materialización de las reformas que quiere implementar Bachelet será un duro golpe para la clase media. Lo anterior, en virtud de que el mensaje de la centro-derecha señala que la clase media vería mermadas sus posibilidades de desarrollo y sus libertades.

En segundo lugar, hay que sumar las proyecciones económicas que ha presentado el Banco Central y que demuestran que este año habrá una menor tasa de crecimiento respecto a lo que el gobierno esperaba, lo que ha provocado que el discurso alarmista de la centro-derecha respecto a que las reformas traerán la desconfianza de la inversión privada haya encontrado sustento en indicadores macros. Lo anterior ha generado un mensaje que invita a oponerse a las reformas, ya que éstas se han hecho de manera desprolija y no han cumplido con las expectativas que la Presidenta y la Nueva Mayoría generaron en la ciudadanía.

En tercer lugar, los problemas de gobernabilidad en el que se ha visto inmersa la Nueva Mayoría ha debilitado la imagen de liderazgo de la Presidenta, provocando que el segmento medio, y que fue un bastión electoral de la Presidenta, hoy se atreva a mirar con desconfianza el éxito de las reformas y en consecuencia el éxito de la gestión de Bachelet.