Envejecimiento activo
¡Qué duda cabe que vamos a envejecer! La pregunta es cómo vamos a hacerlo. ¿Nos victimizaremos? ¿Seremos fuertes y avasalladores?.
El envejecer es parte de nuestra vida tal como lo fue nuestro nacimiento; tal como será nuestra muerte. Dice el refrán: sabemos que vamos a morir, pero no cómo ni cuándo. Si la vida es dura en todo tiempo, debemos prepararnos para enfrentar nuestra decisión temprana. C.S. Lewis decía: de niño elegí la seguridad; de adulto, el sufrimiento; ese es el trato.
Si bien el autor inglés se refería a su propia vida, esa misma posición reflexiva puede llevarnos a la paradoja de la inercia, lo que anquilosa los huesos y nos vuelve más lentos. Y pienso luego, ¿si fuimos capaces de ser protagonistas en nuestra juventud, por qué no podemos seguir siéndolo en nuestra vejez? ¿Acaso el hecho de pensionarnos o jubilarnos, debe entenderse como el fin de todo? Por cierto que no.
Ahí es donde esta idea se inserta en nuestra mente cual semilla germina en la tierra que la recibe. Partimos entonces de la idea primaria de que envejecer no es malo. Al contrario de lo que muchos piensan a este respecto, aceptar el envejecimiento como otra etapa de nuestras vidas, inyecta energías adicionales a la misma, alentándonos a hacer cosas y a relacionarnos con los demás sin esa percepción de que estorbamos.
No hay decadencia en la vejez. La decadencia humana como concepto sociológico apunta a un horizonte diverso, cual es la degeneración de los valores éticos aprendidos y aprehendidos. Esa visión mezquina de la vejez puede aplicarse quizás a la estructura del Estado, como noción de civilización, mas no puede ser atribuida a las personas.
Los imperios se alzan, desarrollan y caen; las personas no. Las personas que formaron parte de esos imperios sólo tuvieron que adaptarse al nuevo imperio o régimen. La estructura colapso. Por qué no. Los barcos se hunden; los aviones de caen. Sin embargo, las personas siguen estando presentes en las bases fundacionales de cada nación, Estado o país.
Por eso, hablar tan sueltamente de decadencia pugna con la esencia del quehacer diario del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), el que acaba de celebrar el mes del adulto mayor. Durante él, una gran cantidad de adultos mayores participó energéticamente en todas las actividades que el Senama convocó, y en las cuales pudimos apreciar la magia de quienes pertenecen a esas agrupaciones, demostrándose una vez más que con muy poco se pueden lograr muchas cosas.
El mensaje es entonces a ser generosos y aceptar que todos podemos formar parte del colectivo, y en esa medida lograr cosas que solos no podemos. El envejecimiento activo constituye así una muestra palpable del sentimiento cada vez más fuerte de que no es necesario tener 20 o 30 años menos para ser feliz, o para hacer cosas. Siempre puedo hacer sin desfallecer. Ser feliz, así y sin más. Lo podemos todo. Aprovechemos esos dones que nos dio el creador! Arte, música, enseñanza, canto, lectura, danza, tantas cosas. Y por sobre todo recuerden que El tiempo no es importante; sólo la vida es importante.