John Fletcher, un escocés que se enamoró del desierto y su gente Familias con historia
forjadores. Los descendientes de este ingeniero mecánico están orgullosos de sus raíces.
Llegó procedente de Escocia para tener una nueva vida. Cruzó los océanos en un largo viaje, hasta que finalmente llegó al norte de Chile. Eran los finales de 1800. El intrépido escocés era John Williams Fretcher Tattersal.
Era ingeniero mecánico y estudió en una universidad en Londres. Se embarcó para trabajar en la Anglo Chilean Company (actual Soquimich).
El estuvo por varios años en esa empresa aportando toda su experiencia, sus conocimientos. Era un hombre con mucha energía, entusiasta.
El destino le tenía reservada una alegría en esta tierra tan diferente a las verdes campiñas escocesas. Estando en Tocopilla conoció a la que sería su esposa. Un hermosa joven, Marta Albertina Torres Ahumada.
Historia
Su bisnieta, Andrea Fernández Fletcher cuenta con orgullo la historia familiar. Todos los descendientes son gente de esfuerzo, ligados en su mayoría al mundo de la educación.
"Ellos se establecieron en Tocopilla y tuvieron tres hijos, Marta, Guillermo y Lucy. Formaron una sólida familia. Al abuelo le encantó Tocopilla, la zona norte, pese a que había recorrido otros lugares como Bolivia. Pero él se sentía cómodo estando en esta zona", dijo.
Un dato interesante. El bisabuelo John obtuvo un premio de pintura.
Artista
Poco a poco la familia fue creciendo. Marta, la mayor tuvo a su vez dos hijos, Mario y Andrés Díaz. En tanto Lucy tuvo dos hijos, Winny y Fernando Baigorri.
Guillermo, el único hombre, tuvo cuatro hijos. Ellos fueron Olga, Cecilia, Miriam y Guillermo.
Felicidad
John Fletcher no regresó a su tierra porque estando en el norte en Chile se sentía muy a gusto. Sus descendientes tuvieron la oportunidad de radicarse en otros lugares, como imitando al patriarca, que dejó su vida y su familia al otro lado del mundo.
"Algunos de mis tíos se han radicado en otros sitios. Fernando y Winny fueron al Paraguay, y las tías Miriam y Cecilia decidieron establecerse en Italia. Esta última es pintura, entonces podríamos decir que sacó el talento del abuelo John que era un destacado pintor", confidenció.
Profesores
Andrea Fletcher, administradora de empresas, es hija de Olga Fletcher, la hija mayor de Guillermo.
"Mi madre es profesora y ha trabajado gran parte de su vida como docente en escuelas de Calama. Ella nos sacó adelante tras haberse separado. Nos entregó una vida de valores y respeto por el prójimo. Tengo dos hermanas, Aracelli y Paula. Ambas son profesoras, siguieron los pasos de nuestra madre", manifestó.
Muchos integrantes de la familia están ligados al mundo de la educación.
El abuelo Guillermo era ingeniero civil en minas pero durante toda su vida trabajó como profesor en la Universidad Técnica del Estado.
El año 1973 fue jubilado en sus actividades, pero era un apasionado de la educación.
Esposo
Respecto a la familia más reciente, el marido de Andrea es Exequiel Lavados Riquelme, y se desempeña en faenas mineras. Tienen una hija, Gabriela.
"Nos sentimos orgullosos de nuestros orígenes. Podemos ver las cosas desde otra perspectiva. El denominador común es la perseverancia. El abuelo se vino como se dice un poco a la aventura, y se quedó porque encontró el amor y tuvo su familia", comentó la profesional que se ha desempeñado impecablemente en diversas empresas de la zona.
Aquel escocés decidió plantar raíces en esos tiempos tan difíciles. Como llegó siendo un hombre ya mayor, falleció pasados los 70 años, la abuela se quedó sola con tres hijos pequeños.
Ella tenía 25 años cuando se casó y debió salir adelante. Para sortear los obstáculos buscó el apoyo de un hermano soltero. Así sus tres hijos pudieron educarse. Eso habla de esfuerzo y gran tenacidad.
Por ejemplo, la tía Lucy Fletcher era una destacada y querida matrona de Tocopilla.
Esfuerzo
Todos los Fletcher fueron y son gente de esfuerzo, que salen adelante a pesar de las dificultades. El mejor ejemplo lo tuvieron con el abuelo John.
"Mucha gente como mi bisabuelo llegó a contribuir, para ser un aporte. Ellos venían con la mentalidad de surgir, de trabajar. Eran personas esforzadas que sacaron adelante a su familia", sentenció Andrea.
Pese a que no se ven con mucha frecuencia porque están dispersos en distintas ciudades y países, siempre está el sentimiento de cariño, se comunican por las redes sociales.
Saben que todos están acá gracias a aquel escocés que tuvo la visión y el valor de viajar tantos kilómetros para echar raíces en el desierto más árido del mundo.
El les dejó como ejemplo la tenacidad, sacrificio y la honradez como grandes valores.