Llama la atención una improvisada escuelita con entusiastas niños que dibujan a sus familias. Unos metros más abajo, maquinarias dispuestas por el municipio trabajan sin descanso en la remoción de escombros. En el comedor cinco mujeres se afanan en preparar el almuerzo.
Ese es el panorama que entregaba ayer el campamento Luz Divina que fue afectado por un gigantesco incendio que dejó sin casa a unas 40 familias. El saldo, 140 personas afectadas, en su mayoría menores de edad.
Dos días después de la tragedia los vecinos del sector tienen más fuerza. Se organizaron para recibir y canalizar la ayuda. Los más pobres entre los pobres se muestran solidarios en estos difíciles momentos. Muchos perdieron todo.
"Yo conozco la situación, sé cómo es el sistema acá. Toda la gente afectada busca refugio en el comedor María Acoge. Allí se duerme y se come. Hemos tenido niños con crisis de pánico, ellos tienen miedo, por eso se habilitó un toldo que hace las veces de una pequeña escuelita. El incendio fue tan grande, pero entre todos nos estamos ayudando. Estamos agradecidos de todos quienes han aportado", dijo Luisa Gutiérrez, encargada del campamento.
La dirigente que felizmente no fue afectada por el siniestro dijo que entre los mismos vecinos se organizaron, por ejemplo, para clasificar ropa que particulares han ido a dejar.
Isabel Murillo es boliviana y está preocupada porque muchos de sus compatriotas lo perdieron todo. "Hay gente que vino a dejar ropa, personas de los condominios. Vino gente de todas partes y nosotras como mujeres nos organizamos para clasificarla, preparar el tecito para los niños. Falta leche, útiles de aseo y ropa interior nueva", acotó.
Luchador
Dice que el destino le puso un obstáculo pero está dispuesto a luchar para salir adelante. Luis Suárez, peruano, lo perdió todo durante el incendio del jueves. Sin embargo, está dispuesto a levantarse.
"Somos tres en la familias. Llegamos al campamento en busca de una oportunidad laboral en la ciudad. Se dio la posibilidad de instalarnos pero lo perdimos todo. Salimos sólo con lo puesto", precisó.
Alicia Riquelme, que está ayudando a los niños del campamento dijo que necesitan leche, pan, zapatos y jabón.
Dice que hay gente que siempre se acerca a ayudar al campamento, y es esa misma gente la que llegó primero a ofrecer su ayuda.
Verónica Torres es profesora del Liceo Experimental Artístico. Cuando supo del siniestro pensó en tantos niños afectados y en aquellas familias que perdieron todo. Aprovechando su descanso decidió reunir algunos cuadernos y lápices de colores.
"Quisimos llegar con algo de diversión para los pequeños, y nos instalamos en este sector donde los niños no ven los escombros, lo que fue el incendio. Nos pusimos a hacer dibujos y a motivar a los niños", comentó orgullosa.
Ella en forma voluntaria quiso ir al campamento a remover escombros, pero vio la situación de los niños. "La gente necesita ayuda como útiles de aseo, mercaderías, ropa interior nueva, zapatos para niños, toallas higiénicas, cepillos de dientes y toallas, entre otros", dijo.
De la misma forma, el director regional del Injuv, Víctor Santoro concurrió al campamento liderando un equipo de alrededor 20 voluntarios.
"Los jóvenes siempre han sido solidarios, y hoy están presentes acá. Hicimos un llamado a universitarios y de institutos, y todos están motivados clasificando ropa, y los alimentos. También están participando en trabajos de limpieza que se realizan en algunos puntos. Están trabajando con el Hogar de Cristo y un Techo para Chile".
Para hoy -dijo- está prevista la llegada de un grupo de jóvenes procedentes de Tocopilla, que también se sumarán al trabajo. Estos 40 muchachos traerán ayuda que entregó la comunidad del puerto vecino.
Alimentos
Unas 150 raciones diarias sólo al almuerzo están contabilizando las encargadas del comedor "María Acoge". El menú de ayer fue arroz y charquicán. Allí se les proporciona alimentación a los damnificados y a los voluntarios que se sumaron a la distribución de ayuda.
Son seis las mujeres que están dedicadas a la preparación de alimentos.
Han recibido ayuda desde la Onemi, el Municipio y también de particulares. Susana Véliz está a cargo del comedor, que atiende a niños y familias más vulnerables.