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Apuntes sobre identidad cultural

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El tema de la identidad cultural cobra cada vez mayor interés en la opinión pública. Los medios de comunicación regionales abordan la temática con entrevistas, notas de prensa y artículos. Ex autoridades, historiadores, representantes del mundo cultural trabajan en pos de fortalecer la identidad de Antofagasta. Sin duda es un avance en la materia. Una materia que, en el ámbito de las Ciencias Sociales, ha dado origen a diversas teorías y ha motivado la generación de diversos estudios a nivel mundial. En América latina, resurge como tema de investigación social en la década de los ochenta. Y hoy, producto de la globalización y sus efectos en el plano cultural, cobra mayor importancia en esferas externas a la academia.

Ante este propicio escenario, me permito enunciar algunas ideas:

1. La identidad cultural es dinámica. Es un error asimilar la identidad cultural sólo al pasado de un pueblo o comunidad. La identidad cultural no se vincula a una esencia, a un hecho fundacional o solamente aludiendo a eventos del pasado. La identidad cultural no es estática, construida de una vez y para siempre. Al contrario, la identidad es dinámica, cambiante, sujeta a los particulares contextos sociales y culturales. Diversos autores como Jürgen Habermas (Alemania), Jorge Larraín (Chile), Bernardo Guerrero (Iquique) recalcan el carácter dinámico de la identidad cultural. Esta no sólo da cuenta del pasado (quienes fuimos). Tiene que ver con el presente (quienes somos) y con el futuro (lo que queremos ser). De esta forma, y entendiendo esta lógica son una seña de identidad cultural tanto una estudiantina entonando un antiguo foxtrot, el particular y novedoso discurso de una tribu urbana local y el simbolismo encerrado en una banda de rock mejillonina llamada Gamelín Guerra Nuclear.

2. La identidad cultural es diversa. ¿Existe una Identidad chilena única? ¿Existe una sola identidad cultural del Norte Grande? Dadas las características históricas, sociales, económicas y geográficas de nuestro país, podemos señalar que existen diversos tipos de identidad cultural. Distinguirnos frente a otros grupos, sentirnos partícipes de un determinado territorio, reconocer en ciertos íconos, símbolos, hechos y personajes señas de nuestra identidad son fuentes fidedignas para concluir que existen diversas identidades culturales. Somos chilenos, pero también nortinos. Somos regionalistas, pero los discursos sociales de Tocopilla y Mejillones -por ejemplo- acusan un doble centralismo: del centro y de Antofagasta. Por tanto emerge la diferenciación con Antofagasta. Obviamente existen elementos culturales comunes que configuran la identidad regional, pero esta se nutre, a su vez de las diversas identidades culturales que emergen en territorios locales.

3. Toda comunidad posee identidad. Es un error señalar que la región de Antofagasta no tiene identidad. Toda agrupación humana posee una determinada identidad cultural. La "supuesta" no identidad denunciada en medios y en conversaciones cotidianas, es una característica de la identidad cultural del norte. Identidad cultural existe. Lo que amerita hoy es emprender acciones para fortalecerla.

4. No basta la gestión de la identidad. La identidad cultural es construida y recreada por los actores sociales. Estos procesos de construcción de identidad responden a particulares lógicas, a específicas prácticas sociales que no se guían por la gestión estatal. Ejemplo de ello son las lógicas, discursos y códigos que se construyen en los clubes de fútbol amateur, los sentimientos que nacen bajo el alero de los bailes religiosos, las estéticas vinculadas a nuevas tribus urbanas.

Lo que resulta plausible, en el ámbito de la gestión, es la generación de las condiciones para que la comunidad conozca estas diversas manifestaciones de identidad y se promueva la difusión, promoción y puesta en valor de la identidad y patrimonio cultural regional. Lo que se gestiona es el fortalecimiento de la identidad cultural.

5.-La identidad cultural no necesariamente es lo que la institucionalidad establece como tal.

La identidad cultural se vincula a lo popular, a lo cotidiano. No se vincula solamente a lo que la institucionalidad denomina como lo nacional o lo chileno. Muchas veces, la institucionalidad folckloriza lo vinculado a la identidad. Esta última va más allá de lo folcklórico. La identidad cultural se construye en procesos históricos y culturales, en determinados contextos sociales.

Contextos en los que comparten escenario lo institucional y lo proveniente del mundo popular.

Lamentablemente el centralismo ha traído consigo (fundamentalmente a través del Estado, la Escuela y los medios de comunicación) algunas nociones e imágenes que nos hacen pensar que lo central es lo nacional. Y esto representaría el "alma de la identidad nacional", sin detenerse en las particularidades regionales y locales. Hoy Antofagasta, tiene la oportunidad de hacer la diferencia.