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"Estoy disponible para que Copa América sea un éxito"

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¿Costó mucho que la Federación ratificara a Antofagasta? "Un poco, pero al final todo resultó bien. Quiero destacar que siempre hablamos con la verdad, pese a que en Santiago decían que la ciudad había perdido la sede. Ahora todo es pasado y pienso en el gran desafío que tenemos, de hacer la mejor Copa Davis de la historia".

El diálogo, que parece de estos días, por su parecido a lo que ocurre con la sede local de la Copa América 2015, lo publicó "El Mercurio de Antofagasta" el 4 de julio de 2008. La respuesta es del empresario Carlos Enrique López Vega, en ese entonces alcalde por Sierra Gorda.

Su batalla por alcanzar esa hazaña tenística para la capital regional, fue muy dura. Fuimos testigos y, por eso, seis años después, la recordamos para enlazarla con lo que será el torneo continental de selecciones de fútbol.

López Vega hizo todo, hasta el court central (cancha) para que los olímpicos Nicolás Massú y Fernando González, durante las Fiestas Patrias de aquel año, nos deleitaran en casa con su tenis. Y al país por TVN.

¿Qué fue para usted ese logro?

-Un privilegio por haber participado en una de las fechas a nivel mundial más importante en el ámbito del tenis, sin olvidar que en la organización participó gente muy noble que, incluso, hizo sacrificios personales para demostrar que Antofagasta no es sólo una zona minera. Para el grupo fue muy satisfactorio y gratificante.

Hasta el court debieron construir...

-Nuestro cuaderno de cargos fue de estándares mundiales y, por lo mismo, de los más difíciles materializarlos, con gente de estatura mundial certificando que todo funcionara.

¿Cómo anda ese cuaderno de cargos con el de la Copa América 2015?

-También es exigente, pero no se nivela con el de la Copa Davis y la razón salta a la vista: Antofagasta nunca tuvo court, o sea no había estadio, cancha, graderías, camarines ni canchas de entrenamiento para recibir a los "capos" de esa época que peleaban por quedarse en Primera División (Grupo Mundial) y que, felizmente, fue Chile.

¿Hubo divisionismo como ha sucedido con esta Copa América?

-Nada que ver. Todos trabajamos en pro del objetivo, incluidas las autoridades de gobierno y oposición. Tuvimos una línea las alcaldías de Sierra Gorda y Antofagasta junto con la Asociación de Industriales a través del Felipe Trevizán.

¿Qué pasó con el empresariado?

-Logramos que se sumaran las mineras, lo mismo que la Federación de Tenis y la Asociación local. Fuimos una sola voz.

¿Buscaba usted publicidad para ser alcalde de Antofagasta?

-Eso me preguntaron en Santiago y fui enfático en decir que no, porque estaba muy contento como alcalde del desierto. Dije que si hacíamos una alianza político social entre los municipios y autoridades regionales, lo mismo que publico-privada, podíamos lograr el objetivo. Me faltó dejar el court central para Antofagasta y la región.

¿Ayudaría para sacar adelante la Copa América en Antofagasta?

-Me gustaría y estoy a disposición de todo el mundo, pero nadie me lo ha pedido. Para algo así todos deben ser uno.

Deportistas de Dios

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Como siempre, una vez al año se reúnen los integrantes de aquella gran selección juvenil de Antofagasta de 1959, dirigida magistralmente por Don Ventura Sarria quien, a la larga, promovió el ingreso del AP (Antofagasta Portuario, hoy Deportes Antofagasta) al fútbol profesional.

Con mucha pena comentamos la enfermedad de Mario Páez y del "Pibe" López, que los tienen bastante complicados. También hicimos recuerdo de la cantidad de jugadores fallecidos últimamente.

Muchos me preguntaron por mi hermano Paddy, quien también fue seleccionado en Chuquicamata. Ahí destacó a tal punto que debutó en el poderoso Correvuela y simultáneamente, con 17 años, en la selección del mineral.

Tenía un fútbol muy particular de una técnica exquisita a tal punto que el entrenador Lillo lo recomendó a la Universidad Católica de Santiago. Su mejor condición era que no se equivocaba, siempre hacia la jugada lógica y siempre salía jugando.

Desde niños participamos juntos, él como defensa y yo de delantero. Sólo estuvimos separados cuando él se fue a Chuqui y yo a Santiago.

Nos volvimos a juntar en Antofagasta, pero ya en "Viejos Cracks", donde siguió mostrando toda su galanura futbolística, con esa misma calidad que derrochaba en la cancha, la regalaba en la vida.

Siempre comprometido, siempre colaborador, para cada problema una solución, para cada desazón una fortaleza, apoyo incondicional de toda su familia y familiares.

Los niños lo seguían y él se entendía con ellos de maravilla, un tío y abuelo perfecto, un padre espectacular.

Querido hermano Paddy, te extrañaremos siempre, no nos conforma tú partida, pero haremos de cuentas que nunca te has ido, que te fuiste sólo de viaje y que en algún momento nos volveremos a juntar, como siempre, con todos esos grandes futbolistas que silenciosamente partieron y juntos estarán integrando algún equipo en el cielo.

Será hasta la próxima.

¡Dios mediante!