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Los Rossetti trajeron desde Italia toda su pasión por el comercio Familias con historia

forjadores. El abuelo Esteban instaló un "emporio" en calle Uribe, en una casona que aún existe.

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Llegó del norte de Italia, en una zona que era fronteriza con la exYugoslavia. Esteban Rossetti llegó con una maleta cargada de sueños y esperanza. Arribó a Chile para escapar de la Gran Guerra.

Se vino casado, pero al tiempo de vivir en el norte falleció su esposa. De esa unión tuvo dos hijos, José y Pedro. Hizo una larga travesía en barco para llegar a destino y se quedó en el norte, echó raíces.

Sus descendientes hoy lucen orgullosos su apellido, su amor por la familia y la buena mesa. Tras fallecer su primera esposa, Esteban Rossetti se casó con una peruana llamada Elena Carvajal. Con ella tuvo dos hijos, Yubitza y Dániza.

Elena Carvajal también se dedicó a criar a los dos hijos mayores de Esteban y formaron una familia unida, de mucho sacrificio.

Dániza Rossetti, nieta de Esteban, recuerda que el patriarca se instaló con un emporio que quedaba frente al Liceo de Niñas (en calle Uribe). "Era una casona grande donde el abuelo se dedicó al comercio. Era un emporio y trabajaba junto a toda su familia, pero él quería que sus hijos fueran profesionales y por eso siempre insistía en que fueran al colegio", precisó.

Estudios

Sus hijos estudiaron y egresaron de enseñanza media, en ese tiempo humanidades. La tía Dániza salió de la universidad tras estudiar Enfermería. Posteriormente se radicó en Estados Unidos.

La tía Yubitza, dueña de gran belleza y simpatía, tuvo un triste final. Falleció a los 18 años durante un paseo escolar luego que se incendiaria la cabaña en que dormía. "El abuelo tuvo una gran depresión debido a la muerte de su hija, que fue reina de playas y piscinas de Antofagasta. No pudo recuperarse de esa pérdida y al tiempo falleció", precisó Dániza Rossetti. Pedro Rossetti, el segundo hijo de Esteban y padre de Dániza también formó su familia en el norte.

Tuvo cuatro hijos y después dos en un segundo matrimonio. Se casó con Eliana Silva y tuvo a Pedro y Dániza.

"Mi papá era patrón de pesca, muy conocido en Antofagasta. Trabajó para Zlatar y la Guanay. El primero estuvo en la pampa y no le gustó mucho el trabajo en las salitreras y decidió estar en el mar. Llegó a ser patrón de pesca, fue uno de los primeros jefes de mar. Era muy bohemio, le gustaba la buena mesa y el buen vino, pero hacía mucho deporte, fútbol, básquetbol y waterpolo", confidenció.

Víctima de un paro cardiaco falleció a los 54 años, y era conocido como "Nicolás" o el "capitán cebolla".

Recuerdos

"Recuerdo a mi padre siempre en el mar y jugando a la pelota. Mi mamá siempre fue dueña de casa. Yo formé mi familia y tengo tres hijos, Yubitza, Maximiliano y Dylan. Mi esposo Pedro Cáceres es programador de mantención", dijo.

Dániza Rossetti Silva se siente orgullosa de los logros familiares. "Esto es la herencia que nos dejó el abuelo, el amor por la familia y las ganas de salir adelante. Trabajé durante 20 años en una empresa y partí como analista de cuentas y terminé siendo supervisora de Recursos Humanos. Ahora me dedico a hacer eventos y a la pastelería fina", comentó.

Pese a haber trabajado por 20 años en el área contable de una empresa, ahora se dedica y con éxito al rubro de la pastelería. "Aunque suene un poco extraño cuando estaba en la empresa un señor iba a vender revistas y yo empecé a leer y así aprendí a hacer la masa, el pastillaje. Así partí en mi empresa, no es fácil iniciar un proyecto pero hay que tener perseverancia", explicó.

Espíritu

Asegura que el espíritu de comercio, el emprendimiento lo heredó de su abuelo. "El llegó con lo puesto y se forjó una vida en un país extraño, y yo pienso que saqué eso de él, soy comerciante porque siempre estoy pensando qué se puede hacer. Trabajo desde mi casa, acá tengo mi taller de pastelería. Además por las noches me dedico a estudiar. Siempre me gustó la minería y estoy estudiando Ingeniería en Minas en Inacap", añadió.

"Cuando el abuelo llegó no había tantas facilidades para los inmigrantes, todo era a pulso y sacrificio. En aquellos años había que comprar agua, los viajes eran eternos. El abuelo Esteban empezó de a poco y logró tener su emporio tras trabajar todo el día. Así pudo criar a sus hijos, la constancia era su principal virtud", sostuvo.

Yubitza, la hija de Dániza, estudió sicología con especialización en el área infantil. Tiene dos hijos, Guillermo y Rafael.

Su familia también la integran sus sobrinos Allessandra, que es ingeniera en Biotecnología, Pedro Javier que está en último año de Ingeniería en Minas, y Loreto que va en primer año medio en el LEA, el mismo establecimiento al que asisten sus hijos.