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Deshielos potencian el Ártico como ruta

recursos. El fenómeno climático benefició los trayectos por esa zona,

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El deshielo progresivo del Ártico y el transporte de recursos energéticos ayudaron a que la ruta comercial que atraviesa este océano se consolidase en 2013, según reveló un estudio del Instituto Ártico. El informe, difundido esta semana por ese centro internacional, mostró que 71 cargueros recorrieron toda la Ruta Marítima del Norte (NSR), cuyo principal trayecto pasa por el océano Ártico, durante los meses de deshielo de 2013, lo que representa un 54,3 % más que el curso anterior.

El transporte de productos derivados del petróleo -como el fuel, el gasóleo o la nafta- representó el mayor porcentaje con un 67 % de la carga, ya que 31 navíos trasladaron 911.000 toneladas de combustible, lo que preocupa a los grupos ecologistas. Fuentes de Greenpeace afirmaron a Efe que "operar navíos que cargan combustible fósil en el frágil y remoto Ártico es intrínsecamente arriesgado y muestra poca consideración hacia los catastróficos impactos de un derrame".

La consolidación de esta ruta comercial coincide con el progresivo deshielo de este océano a causa del cambio climático, ya que la capa de hielo del Ártico registró este verano boreal su sexto nivel más bajo en 36 años, con 5,02 millones de kilómetros cuadrados, según el Centro Nacional de la Nieve y el Hielo de Estados Unidos.

Sin embargo, estas cifras de navegación distan mucho de las de las principales rutas marítimas mundiales que pasan por los canales de Suez y Panamá. En el mismo curso fiscal de 2013 se registraron 12.045 tránsitos de alto calado en el canal panameño, mientras que 16.596 buques de carga franquearon el de Suez.

El Instituto Ártico afirma que la NSR sigue siendo una ruta comercial "nicho" por el limitado número de viajes verdaderos, ya que "la alta variabilidad interanual del alcance del hielo hace que sea inapropiada para la carga de contenedores". Y es que esta ruta está muy condicionada por las condiciones meteorológicas y sólo permite su navegación completa unos pocos meses.

Rusia es el principal país interesado en explotar las posibilidades de esta limitada ruta de navegación para exportar los recursos de hidrocarburos del Ártico. Este océano representa solamente un 6 % de superficie terrestre, pero contiene al menos el 20 % de los recursos utilizables de gas y petróleo. Un estudio de la consultora Ernst & Young señala que 43 de los 61 terrenos de extracción de petróleo y gas del Ártico están en territorio ruso.

El pasado 18 de abril Rusia se convirtió en el primer país en suministrar petróleo del Ártico, lo que provocó la indignación de Greenpeace.

El puerto ruso de Murmansk fue el núcleo de la NSR durante 2013, con 24 barcos con 492.000 toneladas de cargamento que partieron o atracaron en él.

Además de los productos derivados del petróleo, los principales tipos de carga que circularon en esta ruta ártica fueron minerales ferrosos (15 %), cargamento a granel (7,2 %), carbón (5,5 %) y gas natural licuado (5 %).

54,3%

en 2013, 71 cargueros recorrieron la ruta, lo que implica un 54,3% más que el año anterior.

67%

de todas las cargas que transitaron por esa ruta correspondió a derivados del petróleo.

Mañana empieza a operar el Mecanismo Único de Supervisión Bancaria en eurozona

ue. 128 bancos de la Unión Europea deberán obtener el visto bueno de este organismo para sus compras en el extranjero.
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Mañana comienza a operar el Mecanismo Único de Supervisión Bancaria (MUS), bajo cuya vigilancia entran 128 bancos de la zona del euro, quince de ellos españoles, que a partir de ahora tendrán que obtener el visto bueno de este organismo para sus compras en el extranjero o su política de dividendos.

Una vez concluido el examen a los bancos llevado a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (ABE), la nueva supervisión echa a andar como primer paso de la unión bancaria.

El MUS lo forman los bancos centrales de los 18 países de la zona del euro -que serán 19 cuando se integre Lituana- y por el Banco Central Europeo (BCE), que se ha reforzado con unos 1.000 profesionales, de los cuales 750 son supervisores y otros 250 están en áreas comunes o transversales.

Al frente del MUS está un Consejo de Supervisión integrado por los representantes de los supervisores nacionales y seis miembros del BCE; de este modo, los votos de cada país tienen exactamente el mismo peso.

En la práctica será un equipo de supervisión o JST (joint supervisory team) el que realiza el seguimiento de cada entidad, con equipos "on site", in situ o empotrados en cada banco, la mayoría de ellos nacionales del país, pero no exclusivamente ni obligatoriamente.

El 80 % de los supervisores que pertenecen a un JST son nacionales; de ellos, el 90 % pertenecen al Banco de España y el 20 % restante, al BCE. Aunque la mayoría de los miembros de estos JST serán nacionales del país, se tenderá a la homogeneización de criterios entre los distintos JST.

El número de supervisores asignado a cada entidad depende del tamaño de ésta, y oscila entre 5 a 32 si son del Banco de España, y entre 1 y 10 si son del BCE; es decir, que los dos grandes bancos, Santander y BBVA, pueden tener hasta 42 inspectores cada uno. Para dar más agilidad a los procedimientos, en las entidades de gran tamaño, no habrá un solo equipo sino dos.

Fuera de la competencia del BCE quedan entidades como la Sareb, las sociedades de garantía recíproca, los establecimientos financieros de crédito, las sociedades de tasación y las fundaciones de los bancos. Tampoco se ocupa de protección del consumidor.

Por lo que respecta a los costes, el MUS lo pagan las entidades, las grandes y las pequeñas; aproximadamente un 10 % son costes lineales, y del 90 % restante, la mitad depende del volumen de activos y la otra mitad de los activos ponderados por riesgo.