Secciones

Advierten crisis de la libertad de expresión en América Latina

asamblea. Expertos manifestaron especial preocupación por las situaciones que se viven en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina.

E-mail Compartir

En la tercera jornada de la 70ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) el enfoque estuvo centrado en la libertad de expresión y su relación con los distintos gobiernos de América Latina.

La reunión contó con la presencia de Catalina Botero, exrelatora de la OEA, su sucesor Edison Lanza y el director ejecutivo de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, quienes debatieron y revisaron sobre distintos problemas y amenazas que tienen diferentes medios de comunicación para el ejercicio de la libertad de prensa.

La convención, que se desarrolla en el Hotel W de Santiago, comenzó con un análisis general de la región a cargo de Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, quien indicó que "uno de cada siete habitantes del orbe vive en una sociedad donde hay libertad de expresión".

La primera panelista en exponer fue Carolina Botero. La exrelatora de la Organización de Estados Americanos (OEA) explicó lo que es la Relatoría de la Libertad de Expresión.

labor específica

"Hicimos 640 páginas de informe y ningún Estado encontró un párrafo con información falsa", señaló Botero.

Vivanco coincidió al indicar que la región presenta "crecientes retrocesos en esta materia". Como ejemplo mencionó los casos en Venezuela y Ecuador y advirtió sobre "los riesgos que existen para las libertades en democracia".

Paolillo aprovechó de presentar a Edison Lanza, recién asumido relator con 10 días en el cargo. "La situación de libertad de expresión que se vive día a día en la región nos deja sin aliento", afirmó Lanza.

En la jornada se analizó la situación de diferentes países sobre la materia.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) considera que en Argentina "el clima de libertad de prensa sigue siendo adverso", porque "se mantienen los ataques oficiales y paraoficiales contra quienes ejercen la crítica". En Bolivia, la entidad señaló que el reciente proceso electoral en ese país fue "una muestra fotográfica de la fragilidad de las libertades constitucionales frente al poder político".

La situación de libertad de expresión de Venezuela fue catalogada como "deteriorada".

"A los trabajadores de la prensa les han sido decomisados sus equipos y limitada o entorpecida su labor", según el informe sobre la situación en ese país. Entre los otros países, Ecuador presenta una especial preocupación, sobre todo por el impacto de la Ley de Comunicación, que hace un año y cuatro meses estableció que en ese país "la expresión y la comunicación se han transformado en un servicio público".

Álvaro Caviedes, del grupo Copesa, fue el encargado de presentar la situación chilena en la 70ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa. "Las principales amenazas de libertad de expresión en nuestro país son los proyectos de ley", señaló. Puso de ejemplo el que obliga a las radios a poner un 20% de música nacional. Otro proyecto que atenta contra esta libertad es la del envasado de los alimentos. "Impide hacer publicidad a menores de 14 años, se prohíben las gráficas y los símbolos. Se atenta contra la libertad de publicidad y de comercio también", concluyó.

UN MILAGRO DEL Doctor Antonio RENDIC

E-mail Compartir

Antes de comenzar a comentar mi experiencia vivida con este gran hombre y, sin duda, será un "Santo para Antofagasta", quiero hablar del gran "Doctor Rendic".

Fue una persona que hizo del juramento de Hipócrates, su Biblia; de esos médicos que no comercializó con la salud, ni con la angustia de los pacientes, como hoy encontramos en nuestro sistema de salud. Llegas donde un médico con un problema puntual y terminas saliendo más enfermo y endeudado tú y tu familia. No me explico que juramento de Hipócrates hacen hoy los médicos.

Dejando atrás esta realidad tan triste, quiero referirme a "mi viejito", como lo llamo con mucho cariño y respeto; hablaré de él como persona. Este gran hombre llega de otro continente, de otro país, de otra cultura, sin conocer a nadie y se radica en nuestra ciudad con la única idea de entregar amor, cuidado, respeto y dedicación con las personas.

Su tratamiento no terminaba hasta que él veía que el enfermo estaba curado. Otra actitud que engrandecía a este médico es que si no se tenía los medios económicos para pagar la consulta y los remedios, él los entregaba generosamente y supe que a muchas pacientes muy pobres hasta les daba el dinero para la locomoción.

Yo nací el 3 de enero de 1961 en Antofagasta y, antes de cumplir un año de vida, me contagié con un virus estomacal extraño y, al parecer no conocido ni tratado por los médicos en esos tiempos. Si hoy nos quejamos del sistema de salud, imaginemos lo poco avanzada que era la medicina en ese entonces. Mi enfermedad no pudo ser controlada, ni tratada debidamente, ni menos mejorada. Mi estómago no retenía ningún alimento y mi cuerpo se convirtió en un esqueleto cubierto de piel. Los médicos del Hospital le dijeron a mi madre que no veían ninguna posibilidad de recuperación y que, lamentablemente, debía preparase para lo peor.

Por supuesto que ella no se resignó y decidió seguir en su batalla por salvarme. Sólo por referencias conocía al Dr. Rendic y decidió llevarme a su consulta. Me cuenta que, en su desesperación, le parecía escuchar una voz que le aconsejaba recurrir a él. Y es así como llegamos a la consulta de este gran hombre, de este gran Dr. Rendic, quien nos recibió bondadosamente con un saludo de bienvenida que mi madre no olvida hasta el día de hoy: "Tranquila, comadre chica, el niño se va a sanar".

Luego de revisarme prolijamente, recetó un tratamiento de un litro de suero inyectado vía intravenosa diario. Imagínense mi cuerpo desnutrido soportando agujas en los brazos.

Nos ordenó volver el sábado para ver los efectos del suero.

Los fines de semana no atendía público y así nos lo hizo saber la señora que nos recibió, pues "él está descansando". Pero, desde el interior se escuchó la voz de "mi viejito" que dijo: "Comadre, deje que pase el pelaíto", como me llamaba cariñosamente. Me revisó con mucha atención y consideró que estaba algo mejor. En esta ocasión, ordenó comenzar ya con alimentación: un raspadito de carne con arroz cocido, partiendo por muy pequeñas cantidades y aumentando gradualmente, para asegurar la tolerancia a este régimen. También recetó unos medicamentos. Mi madre le manifestó su miedo de que el problema siguiera, pero él le dijo que tuviera fe, que todo iba a salir bien. Y tal como él lo aseguró, así ocurrió. Fuimos varias veces para que él me revisara y, al cabo de tres meses, yo estaba totalmente curado.

Mi familia y yo estamos convencidos que el Dr. Rendic hizo un milagro, ya que todos los médicos consultados fueron de opinión que se trataba de un virus desconocido, por lo tanto era imposible hacer el tratamiento adecuado. De hecho me desahuciaron. Seguramente el Dr. Rendic compartió esta opinión y ¿cómo logró salvarme? Sólo cabe un milagro.…

Por eso pido a todos los antofagastinos que, en algún momento de su vida, llegaron a buscar alivio la consulta del Dr. Rendic y a quienes admiran su vida y su obra a contar cuanto antes sus experiencias para que nuestro médico ocupe el sitial que en justicia se merece: Un Santo para Antofagasta.

Termino con el esperanzador mensaje de uno de sus poemas:

"Cuando me vaya, no me iré del todo./ Mi cuerpo bajará a la tierra / y mi espíritu seguirá junto a los que amé/ y me amaron./ No me verán/ pero estaré en todas las tertulias familiares/ y les hablaré con el lenguaje mudo del silencio."

Vivanco: "Que los Estados no rindan cuentas a nadie es muy grave"

E-mail Compartir

José Miguel Vivanco, abogado y director de Human Rights Watch, fue parte del panel denominado "La Relatoría de la Libertad de expresión", en la 70ª Asamblea de la Sociedad de Prensa, y evidenció "un especial temor" por lo que ocurre en Ecuador y Venezuela.

Vivanco señaló la importancia de la sociedad civil y de los medios de comunicación para evitar la censura. "Es fundamental que se informe de lo que ocurre. Es muy grave que estados, especialmente como Ecuador y Venezuela, pretendan sostener que la soberanía nacional les permite hacer y deshacer y no rindan cuentas a nadie".

Su principal énfasis estuvo en los crecientes retrocesos en América Latina en materia de libertad de expresión.

A su juicio, esta libertad muchas veces choca con el ordenamiento interno de cada país y las decisiones que toman los respectivos Gobiernos.

"Si partimos de la base que la libertad de expresión, al igual que otras libertades públicas son derechos universales con estándares definidos a nivel internacional mediante la jurisprudencia, podemos resolver cualquier contradicción o limitación que exista a nivel interno en cualquiera de nuestros países, pues los criterios que deben primar en el ejercicio de la libertad de expresión son universales, en ningún caso locales", dijo el abogado.

En cuanto a lo que está permitido y lo que no, de lo que se puede opinar y de lo que no se puede opinar, Vivanco señaló que el límite está en verificar si esto forma un tratado, como en el caso de América Latina con la Convención Americana de Derechos Humanos acerca de la libertad de expresión.

"Esos estándares obligan a respetar a los países, a ajustar su legislación interna en función de los estándares internacionales y no a la inversa". Además, puso énfasis en lo importante que es defender la universalidad de estos derechos", dijo el director de Human Rights Watch.