Chofer pide justicia por baleo, muerte de pasajera y estar 7 meses postrado
sin culpables. Colectivero quedó en medio de un tiroteo entre bandas juveniles. Hecho ocurrió hace casi dos años y aún no sabe qué pasó con
Domingo en la madrugada, el reloj marcaba las 2.20 horas del 3 de noviembre de 2012. El conductor Juan Luis Carrasco realizaba su acostumbrado recorrido por calle Farandato luego de ir a buscar a cuatro pasajeros a un bingo en el sector Oscar Bonilla.
Una ruta habitual y conocida durante años junto a la señora Cristina, Lucy, María Cristina y don Manuel. Sin embargo, esa noche sería diferente y quedaría grabada a fuego en este conductor y sus acompañantes.
Al llegar a la bajada de calle Huamachuco (cerca del Consultorio Norte), el chofer frenó el móvil, miró hacia la izquierda y divisó dos autos que venían en persecución, uno de ellos 20 metros adelante del otro y a toda velocidad.
LINEA DE FUEGO
"Al ver sangre en mi cuello, entré en pánico. Al soltar el freno, el auto se me fue y veo el vehículo que venía por la pista rápida encima mío, cuyo impacto fue violentísimo. Me mataron, pensé de inmediato, mientras miraba alrededor. Es difícil de creer, pero sentí que mi alma abandonó el cuerpo. Era una situación extrema y quedé aliviado del dolor por unos segundos, pero de pronto sentía como el auto crujía y sacaba chispas", relata el chofer.
De ahí todo fue confusión y dolor. Mientras el colectivo hundía su carrocería contra un muro producto del impacto del otro vehículo, sintió cómo el cuerpo de la señora Cristina quedó por algunos instantes encima suyo. Estaba sin vida. Atrás, los otros tres pasajeros presentaban graves lesiones, mientras los gritos de pánico y dolor se acrecentaban.
La escena era caótica y los rescatistas de bomberos buscaban la mejor manera de sacar a los atrapados. Incluso, después de varios minutos, se dieron cuenta que Juan Carrasco tenía una herida a bala en el cuello con salida de proyectil.
A partir de ese momento, la historia tomó otro curso. Tras ser trasladado al Hospital Regional, confirmaron su herida a bala y ocho costillas quebradas (7 en lado izquierdo y una en el derecho). El conductor permaneció casi 20 horas en Urgencia ya que no había camas en el centro asistencial.
FISCALÍA
-Supe a los tres días que habían quedado con heridas de gravedad. Incluso, hasta hoy tienen problemas y una de la señoras ha tenido una serie de operaciones debido a su lesión en la cara. La otra pasajera estuvo cuatro meses en el hospital. Nadie responde hasta hoy, eso es lo que me da rabia.
¿Ha tenido contacto con ellas?
-No, pasó el tiempo y se perdió el contacto. Cada uno ha estado en lo suyo, recuperándose del accidente.
¿Y qué pasó con los menores que lo chocaron?
-No tengo idea. Han pasado casi dos años y aún no sé quién me chocó y qué pasó. Este no es un accidente normal, aquí hubo una persona muerta, yo estuve siete meses postrado en mi casa y el auto quedó totalmente destruido.
¿Nunca lo han llamado a declarar?
-Estoy defraudado de la justicia, es una porquería. En casi dos años la Fiscalía nunca me ha llamado. Eso lo encuentro increíble.
¿Pero en estos accidentes hay un procedimiento policial?
RECUPERACIÓN
-Pasé acostado durante siete meses. Me vi trescientas mil películas, los wester italiano me los sabía de memoria. Ese tiempo me sirvió para darme cuenta que las cosas materiales no son lo más importante.
¿Cómo lo hizo con el tema económico?
-Mi familia afrontó todo esto. Había que comprar remedios, pagar los gastos, cuidarme. Mi señora trabaja y sufrió harto con todo esto. También quiero destacar la ayuda de mi vecino David García, quien siempre me ayudó y estuvo a mi lado. Aparte de quedar endeudado, el auto que era de mi cuñado sufrió pérdida total.
Actualmente trabaja en los colectivos, ¿fue muy traumática la experiencia de volver a la calle?
Heridas
-Gracias a Dios, he asumido mi tema y lo he contado, eso me ayudó mucho. No tengo sentimiento de culpa, ya que yo también he sido una víctima de todo esto.
¿Tiene secuelas físicas?
-No, sólo un malestar en la cabeza que es producto del paso de la bala por mi cuello que dañó un músculo y a veces tengo problemas con la memoria, de hecho me cuesta reconocer a alguna gente. Esto me acompañará toda la vida. Pero soy un hombre afortunado al sobrevivir a un balazo, soportar un choque, estar siete meses prostrado y ahora estar bien. Dentro de mi mala suerte, soy afortunado.