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Skármeta 1969

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'Mañana estará en el café de Latorre con Prat, Antonio Skármeta. Usted irá allí y le entregará este cable UPI', me dijo un domingo en la tarde del verano de 1969 Alfonso Castagneto, director de 'La Estrella'.

Con el poco contrastado cable en mi bolsillo esperé al joven Skármeta en ese café donde se reunía la intelectualidad de la zona: actores, músicos, pintores, escritores, académicos y algunos periodistas.

Inquieto apareció Skármeta en esa esquina del pensamiento. Le hice una seña y me observó. Le pasé el cable que decía: 'El escritor chileno Antonio Skármeta obtuvo el Premio Casa de Las América de la Habana del año 1968 con su compendio de cuentos 'Desnudos en el tejado'.

Con su rostro descascarado por el sol de la playa, me miró con sus ya inexistentes ojos, con perplejidad: 'No lo puedo creer… nunca pensé en ganar… qué tremendo… es bueno porque en esos cuentos está Chile'.

El antofagastino de 28 años ya había logrado los premios Daniel Belmar y Diario El Sur en 1968, además del segundo lugar en el certamen Crav (el del azúcar de Viña), en 1963 y el primer lugar en La Nación del 67.

En ese tiempo se dijo del premio cubano: 'Favorito de Fidel, hippie, alguna hachita que afilar, etc.' Ahora con el Nacional: 'Favorito del régimen… tenía que ser… hay que pertenecer a la Concertación o Nueva Mayoría, etc.' Nadie piensa en su calidad narrativa.

Andrés Sabella también obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1983, pero 'los que han denigrado a la educación y el país determinaron en dos horas que se hiciera otra votación y me dejaron fuera', señaló en julio de 1984 a este periodista en Radio Universidad de Atacama, en Copiapó. El tema figura en el documental 'Sabella Adentro' (1994), de mi autoría.

Una de las atrocidades cometidas con Sabella. La otra fue su exoneración de la Universidad del Norte en 1981 por las 'autoridades' de ese tiempo, lo cual las actuales no pueden continuar soslayando, menos las de la Escuela de Periodismo.

Linterna

Director de aclamada cinta argentina entrega las claves para lograr el éxito

filme. Damián Szifrón, quien estuvo detrás de las cámaras de 'Relatos Salvajes', asegura que la clave para alcanzar el éxito en el cine es escribir un buen guión.

EFE/Juan Herrero

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El nombre de Damián Szifrón apareció en el mapa de la industria con la aclamada serie 'Los Simuladores', que incluso llegó a tener su propia versión local. Pero la consagración le llegó de la mano de 'Relatos Salvajes', que es la candidata argentina para participar en la categoría Mejor película extranjera en los premios Oscar.

El cineasta argentino que escribió y dirigió esta comedia negra de relato coral, entregó las claves para lograr el éxito en el cine durante la presentación de su película ante el público brasileño. Para él, el secreto 'escribir un buen guión' que escape de la necesidad de superproducciones.

El director explicó que hoy en día ya no es necesario contar con un gran despliegue tecnológico para hacer una película. En tiempos en que ya casi no se produce cinta para filmar, el cine digital se ha plantado como una oportunidad para los realizadores más jóvenes, como Szifrón.

El cineasta, quien es uno de los más renombrados de la nueva generación de directores argentinos, defendió, en declaraciones a agencia Efe, la posibilidad de hacer cine 'aquí y ahora' debido al avance de los equipamientos tecnológicos.

'La dificultad de hacer cine pasa por un buen guión que no precise de una megaproducción. Hoy en día, cualquiera tiene acceso a una cámara medianamente decente, a dispositivos móviles y computadora con programas de edición, que son los mismos que se utilizan a nivel industrial', comentó.

El realizador de 'Tiempo de Valientes' y de la serie 'Los Simuladores' dijo que los incentivos oficiales al cine son positivos, aunque advirtió que no deben ser un condicionante: 'Un cineasta no le puede echar la culpa de nada a nadie, uno hace lo que puede con las herramientas que tiene'.

'Relatos Salvajes', entre cuyas figuras principales se encuentra el galardonado Ricardo Darín, llegó a las salas brasileñas tras haber sido incluido en la selección oficial del Festival de Cannes y postulada por Argentina para los Premios Óscar a la categoría mejor filme extranjero.

Pero para Szifrón, 'la lógica competitiva' no debe invadir el mundo de las artes porque 'al fin y al cabo uno se acuerda de las películas que le gustaron y no de las que ganaron más premios'.

La película, compuesta de un prólogo y cinco relatos independientes entre sí con una temática sobre personas que pierden el control frente a situaciones injustas, es el fruto de la imaginación de Szifrón.

A sus 39 años, el realizador escribe sus guiones sin conocer en el inicio cuál será el final, pero siempre pensando que el receptor será el gran público, imaginando una sala llena de gente, algo que constató en la realidad, ya que en Argentina vieron su obra tres millones de personas.

'Conozco muy bien esa butaca, antes de ser director fui y soy espectador desde los tres años', enfatizó Szifrón, admirador de películas como 'Contacto en Francia', 'Los puentes de Madison', 'El Padrino' y 'Tiburón'.

Szifrón se mostró animado al defender que el arte sea ejecutado en cualquiera de sus formas, no importa el tamaño del éxito, sino que el artista pueda disfrutar de ello más allá de resultados concretos como la fama y el dinero. 'La relación de la clase media con el arte es la siguiente: el artista que es exitoso es considerado mejor incluso que un médico, que un científico. Pero si no te va bien, sos un vago, estás perdiendo el tiempo', analizó.

Y puso como ejemplo al astro argentino Lionel Messi, que debido a su talento para el fútbol debe lidiar con zonas suburbanas del éxito.

'Francamente, no sé si Messi es extremadamente feliz. Le sacan fotos todo el tiempo, autógrafos en todos los lugares, millones de asesores diciéndole donde poner su dinero, si subieron las acciones de Petrobras', continuó.

Preguntado sobre la admiración de Brasil al cine de Argentina, aseguró que le 'parece mal comparar una nación con otra, porque el cine está hecho por apenas unos pocos individuos' y elogió a los directores brasileños Walter Salles, Fernando Meirelles y José Padilha.

Szifrón expresó que desea ver más películas brasileñas en las salas argentinas y defendió la producción local como método de identificación de cada país con sus actores, acentos y formas de ser.

'En Argentina, el mismo guión de una película protagonizada por Darín tiene más chances de éxito que la misma interpretada por Tom Cruise o George Clooney', planteó.