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"Ala Viva", tradición y crítica

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Cuando las cosas integradas en la realidad se asocian a sus acciones específicas, suelen suscitarse situaciones sorprendentes. "Sí, los pájaros son el alma de la tierra… las Garumas sueñan con la distancia" y para cumplir su destino, se posesionarán del mar y del desierto donde se reproducirán. Las aves marinas requieren de un hábitat, pero ¿qué acontece si éste ha sido alterado por el hombre? ¿Deberá contemplarse esa vida no en el entorno de "su Naturaleza", sino en rincones de azoteas y techumbres urbanas? La situación es indigna y el calificativo surge no a causa de la existencia de las aves, sino por las conductas y decisiones nocivas del hombre.

De ecología, ni eco. El preámbulo fue motivado por una obra literaria, donde Mario Bahamonde se preocupa de la garuma, ave -según ciertos textos- de la familia de las láridas con calificación científica de "modestus". A partir del detalle, Bahamonde especifica que la garuma "Es el pueblo de la avifauna y con razón en el habla nortina al pueblo suelen llamarlo el garumaje". Semánticamente garuma y garumaje tuvieron fortuna. En el medio siglo reciente, del último vocablo y su valor despectivo, se precisaba que "Por extensión (es) una reunión popular con fines políticos, sociales o gremiales".

Aquí esa garuma es "Ala Viva" personaje del libro de igual nombre, publicado en Navidad de 1956 en la Imprenta del Liceo de Hombres de Antofagasta y reeditado con motivo de los 40 años de Constructora Cociva.

En la literatura de denuncia social de Bahamonde, "Ala Viva" es fundamental. La obrecilla tiende a la alegoría reforzando su condición de única. Crea una expectativa al narrar la vida y sueños de una garuma. Así se llega a entender la mítica existencia de los hombres que otrora hicieron este Norte. Con tal conocimiento se justiprecian los altibajos de las circunstancias de su desenvolvimiento histórico para legar a futuras generaciones de nortinos un patrimonio de cultura que respalde su idiosincrasia.

"En el liceo entré al taller de teatro porque te regalaban las notas"

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Nunca tuvo muy claro si lo suyo era la actuación. Es más, en su época de secundaria tuvo un breve paso por el taller de teatro de su liceo pero según él mismo confiesa lo hizo porque "regalaban notas" en otras asignaturas para mejorar el promedio.

Hoy el actor antofagastino Michael Silva (27) es el encargado de encarnar en la exitosa serie de Chilevisión "Sudamerican Rockers", nada menos que al músico Jorge González, ícono indiscutible del rock nacional y fundador de una de las bandas más populares de los últimos tiempos, Los Prisioneros.

Con apenas 18 años Michael dejó su natal Antofagasta y se trasladó hasta Santiago para estudiar teatro en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (Arcis). Antes de su debut en televisión, el actor antofagastino estaba dedicado al teatro y sus estudios, siendo su gran mentor el actor Alejandro Castillo, del que fue ayudante en la Universidad de Chile y en la Academia de Humanismo Cristiano.

En esta entrevista Michael Silva nos revela cómo logró conseguir el papel de Jorge González, sus primeros acercamientos con la actuación y como ha cambiado su vida tras debutar en televisión, además de otros detalles de su vida.

¿Cómo llegaste a interpretar el papel de Jorge González, uno de los músicos más importantes del rock chileno?

-Llegué a través de un aviso en Facebook que subió una productora que decía que se necesitaban actores para una serie de una banda de rock. Yo no tenía idea que era para encarnar a Los Prisioneros. Mandé unas fotos y una reseña de las cosas que había hecho en teatro. Ellos me enviaron una escena del guión y ahí recién me di cuenta que eran Los Prisioneros. Fue un casting muy largo de tres meses hasta que finalmente quedé.

¿Cómo era tu vida antes de entrar al mundo de la televisión?

-Antes de la serie yo hacía teatro en Santiago. También daba clases en la Universidad de Chile y en la Academia de Humanismo Cristiano. Ahí fui ayudante del profesor Alejandro Castillo (encarnó a "El Tambito" en la novela de Mega "A Todo Dar").

¿Has tenido la oportunidad de actuar en alguna obra en Antofagasta?

-Cuando estaba en enseñanza media entré a la compañía de Teatro de la Universidad Católica del Norte. Ese fue mi primer acercamiento con el teatro.

¿Siempre tuviste claro que lo tuyo era la actuación?

-No. De hecho nunca lo tuve muy claro. En realidad en el liceo entré al taller de teatro porque te regalaban notas. Fue una tontera hacerlo por eso, pero finalmente me ayudó a decidir. Jugaba tenis igual pero era un deporte muy caro para poder continuar.

Jorge González es una persona muy compleja de interpretar, principalmente por su personalidad, ¿cómo preparaste el personaje?

-Me ayudó mucho el material que hay de él en internet a través de las entrevistas en YouTube. También me apoyé escuchando las letras de los discos, viendo los documentales que han hecho sobre la banda, los libros que se han escrito como el de Claudio Narea "Maldito Sudaca". También me nutrí de los comentarios que recibía de la gente que conoce a Jorge González. Y claramente también lo construí a partir del guión de la serie, de la visión del director y desde mi propia visión, que en definitivas es como yo quiero mostrar a Jorge.

En ese sentido, ¿quedaste conforme con el personaje que lograste construir?

-La verdad es que no quedé conforme. A la gente le gusta y eso te deja contento, pero uno como actor es más autocrítico y nunca queda conforme.

¿Qué aspectos consideras que podrías mejorar de este papel?

-Creo que todo. Siempre supe que nunca iba a poder igualar a Jorge, en el sentido de que hay una imagen muy clara de él. Nunca la idea fue imitarlo como por ejemplo el trabajo que hace Kramer. La idea siempre fue buscar su esencia y llevarla al personaje.

¿Fue muy difícil lograr ese acercamiento?

-Es un trabajo muy complejo porque el personaje tiene una evolución en la serie. Hay capítulos en que Jorge tiene 14, mientras que en otros tiene 18 y está en la universidad. Entonces no lo puedes mostrar en el primer capítulo como la gente lo conoce ahora con 49 años. En ese sentido, como actor uno debe saber medir cuando dar o no dar. Es un trabajo bien complejo. Me ha costado harto.

¿Cómo ha sido la relación con tus compañeros de la serie?

-Son muy buenos compañeros de trabajo. Te ayudan arto y te apañan. Más a mí que nunca había trabajado en televisión.

Hoy estás radicado en Santiago. ¿Extrañas Antofagasta?

-Me gusta Santiago porque todo es más rápido. Es muy distinto. Pero cuando voy a Antofagasta descanso. Están toda mi familia y amigos allá entonces es un relajo para mí.

Tras interpretar a Jorge González en la serie, ¿cuál es la relación con el público?

-Yo ocupo harto la micro y el metro entonces tengo más cercanía con la gente y me reconoce. Obviamente me dicen Jorge y no por mi nombre, pero la gente es súper respetuosa y he recibido muy buenos comentarios de su parte sobre mi trabajo en la serie.

¿Qué otros proyectos tienes en carpeta? ¿Seguirás en televisión?

-Lo que más me gusta es hacer teatro. Tengo algunas cosas pero aún no es nada seguro. Ahora comenzaremos a grabar la segunda temporada de la serie, pero más allá de eso no he recibido ninguna oferta.