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Annabelle

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Un spin-off (o precuela como le llaman) es una película que narra sucesos que surgen de una historia anterior, un "refrito" o una versión basada en una serie, programa televisivo, película, u obra original. "Annabelle" es, justamente" un filme que nace de "El Conjuro", una correcta historia de terror de 2013, supuestamente basada en casos reales y que, cronológicamente, sucede antes.

Todo parte cuando John Form, que está haciendo práctica de médico, encuentra el regalo perfecto para su esposa embarazada, Mia, que colecciona muñecas antiguas. Se trata de Annabelle, una muñeca vestida de novia.

Después sucede que la casa de la pareja es invadida por los miembros de una secta satánica tipo Charles Manson y en medio de la feroz situación -lejos, lo más inquietante de toda la película- la sangre derramada cae directamente en uno de los ojos de Annabelle, lo que despertará demonios ancestrales que querrán apoderarse del alma de la hija de esta pareja.

El filme está dirigido por John R. Leonetti que antes solo tiene películas menores como "Chucky, el muñeco diabólico 3", "Locademia de pilotos 2" o "Pirañas 3D", es decir, puras secuelas intrascendentes y pareciera que éste es su filme más logrado, al menos porque se agradece que no haya sangre a raudales y una historia que se sigue según dicta la receta tradicional, sin mayores quiebres.

Aunque en estricto rigor el responsable de todo esto es el astuto director y productor James Wan quien, con olfato comercial impecable, sabe qué es lo quiere la industria y arma esta historia, la produce y le entrega la dirección al semi desconocido Leonetti. Wan es el cerebro detrás de este spin off y él antes ha realizado cintas como "El juego del miedo", "El conjuro" y "La noche del demonio".

Ambientada en 1970, el filme no disimula que toma elementos calcados de clásicos del terror: la pareja que espera su primer hijo y empieza a sufrir el descalabro de lo demoníaco es una copia imperfecta de "El bebé de Rosemary", esa obra de culto de Roman Polanski (con el dato de la secta satánica de Charles Manson, que en la vida real asesinó a la esposa de Polanski, Sharon Tate, cuando ella estaba con ocho meses de embarazo) y toma algo de "El exorcista", obra maestra absoluta de William Friedkin.

Pero en "Annabelle" todo opera como receta, con los típicos sobresaltos y empleo de la banda sonora para hacer saltar a los espectadores en el cine o secundarios que no son lo suficientemente desarrollados como la librera Evelyn, que podría ser amiga de la protagonista o también un ente maligno.

Hay vacíos en el guión que son imperdonables -como no aprovechar a los niños que están haciendo dibujos en la escalera o usar de mejor manera los ruidos que Mia escucha frecuentemente en el piso superior del departamento donde vive- y una puesta en escena meramente funcional.

Si todo funciona es por efecto de la adecuada manera en que se vende la idea de que veremos lo que ha sucedido antes de "El conjuro", cuando en verdad la famosa muñeca diabólica de este filme era solamente un dato lateral en la otra cinta.

Pero como esto es cine comercial y detrás de todo está el deseo del productor James Wan por fabricar dólares para la industria, ya se avecina una secuela para esta precuela, esto es, estirar la cuerda a tal punto que de alguna manera tendremos a Annabelle compitiendo por un lugar en el cine de terror junto al insoportable muñeco Chucky. Así están las cosas en Hollywood y este filme solamente debe verse como una entretenida película que espanta y nada más.