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El maestro Aguilera

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Siempre guardaré en mi memoria al "maestro Aguilera", el único auxiliar que conocí durante los seis años de alumno primario en la desaparecida Escuela 12. Gordito y moreno, con un bigote hirsuto. Calmado, paciente, respetuoso y afable. Todos los días barría las salas de ese vetusto edificio de calle Latorre. Y los fines de semana "empetrolaba" los pisos para evitar parásitos, trabajo que alguna vez compartía con los apoderados.

Lo ví preparar una solución de discos quebrados (de esos de vinilo, de 78 rpm) que disueltos en ron de quemar, permitían recuperar los negros pizarrones. No supe de fallas. Todos los lunes el tricolor esperaba -atado a su driza- para ser izado por el mejor alumno del curso que estaba de turno. Y al primer recreo, nos tenía preparada la leche con que paliábamos el hambre matutino. Luego lavaba los jarros y tomaba la escoba, hasta dejar la escuela reluciente: pasillos, patios, donde fuera.

El calificativo de "maestro", lo tenía merecido. Arreglaba sillas, bancos, reponía vidrios y ejercía de gasfíter. Lo vi reducir una fractura a un compañero argentino que se cayó en el patio. Lo vi pintar a O'Higgins en el telón del escenario.

A muchos de nosotros nos trataba de "Usted", con un respeto venerable. Prestaba la peineta (que usaba en el bolsillo de su camisa) y luego la revisaba, para chequear que no quedaba algún "bicho" entre los dientes, pasando la uña de punta a cabo.

Ya retirado, le vi montar un show de marionetas. Trabajaba con sus hijos, que compartían el montaje y el desarrollo de las rutinas. Siempre entreteniendo a los pequeños, divirtiéndolos.

Donde quiera que esté hoy… Aquí o allá, le recordamos con cariño. Y yo, especialmente, porque sabiendo él que yo no tenía a mi mamá, me "soplaba" qué ponerle a la tarjeta que debíamos hacer para el Día de la Madre, cuando celebrábamos la Semana del Niño.

Nobleza obliga. Recordar al "maestro" Aguilera es mucho más que un grato y agradecido deber.

"El Señor de los Anillos" cumple 60 años más popular que nunca

Literatura. Movimiento hippie, escapismo y héroes imperfectos explicarían el éxito de esta trilogía.
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Aventura, sangrientas matanzas, un poderoso anillo y cuatro pequeños héroes llamados hobbits: la epopeya fantástica de "El Señor de los Anillos" es hoy en día tan popular como hace 60 años, cuando el escritor británico John Ronald Reuel Tolkien publicó su primera entrega.

"Debido a sus numerosas capas, 'El Señor de los Anillos' es algo así como la obra que sentó las bases de la literatura fantástica", sostiene Mark, un fan de Tolkien, dejando patente la fascinación que aún despiertan las aventuras de Frodo y compañía. El joven neoyorquino, que realiza una visita temática por Oxford, considera que en los libros aparecen todos los arquetipos y además, es entretenido, está bien escrito y cuenta con una larga historia previa.

Tolkien, que daba clases de inglés en la prestigiosa universidad británica de Oxford, escribió allí tanto "El Señor de los Anillos" como su precuela, "El Hobbit". "Tolkien empleó varios años en 'El Señor de los Anillos' porque era un perfeccionista y reformulaba una y otra vez determinados pasajes", explica la guía del tour, Daniele Lucas. "Cuando por fin terminó el libro, fue un gran éxito".

La novela, que se publicó en tres partes a partir del 29 de julio de 1954, debe su popularidad en gran medida al movimiento hippie de finales de los años 60. Los hippies adoraron el libro, afirma Lucas. "Fumaban marihuana, al igual que los hobbits disfrutaban metiendo en sus pipas cualquier hierba. También gustaban mucho los elfos; lo fantástico siempre ha fascinado", añade.

Elfos, dragones y espíritus ya eran populares desde finales del siglo XIX, y no solo en la literatura inglesa. Tolkien se inspiró en esas historias para crear su obra, pero los hobbits son una invención suya, apunta Stuart Lee, experto en Tolkien de la Universidad de Oxford. "No aparecen antes en ningún otro lugar", agrega.

Estos héroes amantes de la bebida y cómicos sin pretenderlo salieron de la pluma de Tolkien como un reflejo de su personalidad. "En una ocasión, dijo que él mismo era un hobbit", cuenta la guía de la visita temática. "A Tolkien le gustaba la comida sencilla, la ropa sencilla", añade. Además, le gustaba fumar en pipa y beber. Y mucho, al igual que estos pequeños seres de pies fuertes y velludos.

Los hobbits solo abandonan la comodidad de sus hogares para destruir un poderoso anillo. Son héroes que no pretenden serlo, y ese también es un factor que hace que la trilogía guste, añade el neoyorquino Mark. "Todos nos hemos sentido alguna vez un poco marginados. Y a cualquiera le gustaría conseguir lo que logra Frodo". Nada menos que vencer al mal.

"Tolkien no solo describe la guerra entre distintos grupos, sino también la lucha que Frodo vive entre el bien y el mal. Y eso es algo con lo que todos tenemos que luchar", explica Tom. A su lado, la quinceañera Isabel cuenta que lee libros como "El Señor de los Anillos" porque, al igual que a otros adolescentes, a ella también le gusta evadirse en un mundo de fantasía. "Por eso nos gusta tanto el género fantástico", explica.

En los últimos años, este tipo de literatura está viviendo un nuevo boom, como pone de manifiesto entre otros la saga medieval "Canción de hielo y fuego", que inspira la exitosa serie de televisión "Juego de Tronos". Según Daniele Lucas, el motivo principal es el descontento con el mundo moderno. "Escapismo. Se busca huir de la realidad, pues no vivimos en el mejor momento", opina la guía.

Para el experto en Tolkien Lee, en cambio, el escapismo por sí solo no explica el éxito del género fantástico. "Escapismo supone que cuando uno ha visto o leído algo, lo olvida rápidamente. 'El Señor de los Anillos' no se olvida nunca. Es la obra con la que se compara cualquier libro fantástico", aseguró.

"Game of Thrones" presenta a actores de la quinta temporada

TV. Una de las contrataciones es Jonathan Pryce y Keisha Castle-Hughes.
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Los productores de "Game of Thrones" dieron a conocer los nombres de seis actores que se sumarán al reparto estable de la serie en su quinta temporada. Según informó el diario "The New York Times", el equipo fichó a Keisha Castle-Hughes, actriz que en 2004 fue nominada al Oscar por su rol protagónico en "Whale Rider".

En "Game of Thrones" dará vida a Obara Sand, hija bastarda de Oberyn Martell (personaje interpretado por el chileno Pedro Pascal). Un porcentaje importante de los nuevos roles corresponden a integrantes de la casa Martell, quienes tendrán un espacio preponderante en el próximo ciclo de la historia de HBO. Las actrices Jessica Henwick y Rosabell Laurenti Sellers, por ejemplo, serán otras dos hijas bastardas del hombre que murió en manos de La Montaña: Nymeria y Tyene Sand.

También llegará el actor de la serie "Star Trek" Alexander Siddig, quien interpretará a Doran Martell, hermano mayor de Oberyn. Otro miembro de esa familia será el actor Toby Sebastian, quien dará vida a Trystane Martell, hijo de Doran. Uno de los fichajes más atractivos es el del reconocido Jonathan Pryce (gobernador Weatherby Swann en "Los piratas del Caribe").

Aquí Pryce será el Tercer Septón Supremo, un importante devoto religioso que desde esta temporada jugará un rol fundamental en Desembarco del Rey.