Hace unos días el Ministerio del Interior ha actualizado al segundo trimestre del presente año las cifras de casos policiales (denuncias más flagrancias) por Delitos de Mayor Connotación Social y constatamos, que al igual que sucede desde hace ya cuatro años, nuestra región, Antofagasta, lamentablemente, lidera las cifras. Con una tasa de 1.130 casos por cada cien mil habitantes, estamos muy por encima de promedio nacional que alcanza a los 849 casos policiales.

Hasta 2009, Antofagasta ocupaba el quinto o sexto lugar nacional en la tasa de casos policiales y en un año, ante la displicencia de las autoridades de ese entonces, dimos un salto negativo y nos ubicamos en primer lugar de esta tabla. Digo displicencia porque, cuando en ese entonces las autoridades gremiales, la ciudadanía y los medios de prensa advertían que algo malo estaba pasando, las autoridades respondieron que eran simples exageraciones orquestadas por los medios. Bueno, las consecuencias se hicieron sentir, y las cifras del propio Ministerio demostraron quién estaba en la razón.

Hoy las nuevas autoridades llevan poco tiempo en sus cargos y no podríamos cargarles la solución inmediata a algo que ya se arrastra por años, sin embargo algunas señales, en particular las provenientes de la Gobernación, encargada de las materias de seguridad, no parecen las adecuadas.

En el anterior Gobierno de la Presidenta Bachelet, el Ministerio del Interior nos enseñó algo que se denomina: 'Prevención de la Delincuencia Mediante el Diseño Ambiental', y que en breve se refiere a como diseñamos y mantenemos los espacios públicos de manera de evitar la comisión de delitos. Bueno, según lo que hemos constatado en las últimas semanas, la actual Gobernación desconoce este tema, por cuanto hemos visto como en las dos principales arterias céntricas de nuestra ciudad, calles Prat y Matta, la Gobernación autorizó la instalación de ferias para vender todo tipo de artículos, lo cual contraviene incluso la ordenanza municipal 2/2004, que prohíbe el comercio ambulante en esas arterias. Ya sabemos que la Gobernación responde que autoriza sólo exhibiciones y no venta, pero eso es un engaño, por cuanto lo que hacen los comerciantes es vender sus productos.

De más está decir, que el desorden y la interrupción de ambas arterias facilitan la comisión de delitos, en una zona, el centro de nuestra ciudad, que debiera ser prioritaria para recuperarla de su degradación.

En el vapor 'Palena' se embarcaba a Valparaíso el exsenador por Antofagasta, Enrique Villegas Encalada.

Como en todas las visitas que hacía a la región, recibía manifestaciones cordiales de recibimiento y bienvenida. En 1886, Villegas fue el primer gobernador del departamento cuando se creó la provincia de Antofagasta.

La Pesquera 'Coloso' iniciará la próxima semana la instalación de una planta de harina de pescado en Mejillones, con una producción inicial que fluctuará entre las 30 y las 40 toneladas diarias.

El padre Ramón Miranda lo dijo en la reciente misa a la chilena realizada en la Vega Central de Antofagasta: 'Hay que ser responsables y cuidar la vida en estas Fiestas Patrias'.

La reflexión apunta de manera directa al aumento de los accidentes de tránsito durante las celebraciones del '18' y a conductas poco amigables de los antofagastinos, en una fecha que precisamente debe apuntar al encuentro familiar.

Sin embargo, el consumo de alcohol y la irresponsabilidad de los automovilistas van de la mano en las colisiones y atropellos, donde el peatón también tiene mucho que decir en este problema.

A pesar de las múltiples campañas y fiscalizaciones, los accidentes bajo la influencia del alcohol o ebriedad siguen marcando la bitácora en las páginas policiales.

El último atropello en el centro no sólo le quitó la vida a una trabajadora de 53 años de la empresa Paisajismo Cordillera, sino que cercenó a toda una familia de origen humilde.

¿Cuál fue la culpa de esta mujer? Estar en el momento inadecuado cuando un conductor ebrio guiaba su vehículo en la esquina de calle 21 de Mayo con José Santos Ossa.

Así como esta historia hay cientos que se repiten a lo largo y ancho del país. 1.600 personas mueren cada año por accidentes de tránsito, la mayoría asociado al consumo de alcohol y la imprudencia. Es más, muchos de los automovilistas dejan tiradas a sus víctimas en las calles, sin el más mínimo sentimiento de humanidad para ayudarlas.

Es por ello que la petición del padre Ramón tiene pleno sentido para recibir las próximas celebraciones. La alegría debe marcar los festejos patrios y no convertirse en una pesadilla que perdure para toda la vida de los dolientes.

Las campañas de prevención sirven si hay el convencimiento y la voluntad de asumir conductas responsables. Manejar y beber es una peligrosa combinación que generalmente cuesta la vida de víctimas inocentes, de ahí el avance histórico logrado ayer con la aprobación de la Ley Emilia.