Archivo Nacional reedita históricas 27 láminas publicitarias del salitre
patrimonio. Invención del químico alemán Fritz Haber puso fin a una industria que hoy es fantasmagórica en la Pampa, pero que sigue dando que hablar.
La construcción del Viaducto del Malleco, del Instituto Comercial de Santiago, obras de alcantarillado y el Parque Forestal, del Museo de Bellas Artes y numerosas extensiones del Ferrocarril, por nombrar algunas obras, fueron posibles gracias a los recursos generados en Chile por el salitre, el denominado 'Oro blanco'.
El fertilizante natural encontrado en todo el Norte Grande fue la viga maestra de la economía por largas décadas; tanto así que llegó a representar el 56% de los ingresos totales del fisco.
En lo que hoy es territorio chileno se vivió casi un siglo -desde 1842 hasta 1930- de auge industrial en las regiones de Tarapacá y Antofagasta, a lo largo de unos 700 kilómetros de extensión y a una altitud de unos mil metros sobre el nivel del mar, según lo explicado por el geólogo del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) Aníbal Gajardo.
Como es conocido, junto a las oficinas, nacieron los obreros y un sistema de vida único en el planeta.
DESARROLLO
La importancia del salitre en la economía nacional nunca ha sido bien calibrada, pero en aquellos años se entendió que la publicidad era fundamental, en particular ya bien entrado el siglo XX.
Por ello, se diseñaron distintos afiches que tenían por objetivo explicar las ventajas del uso de salitre chileno. A ello se sumó la entrega de muestras gratuitas para los agricultores, lo que se intensificó después de la invención del salitre sintético en Alemania.
Tales campañas publicitarias se desarrollaron en toda Europa, Medio Oriente, Asia, Oceanía, América del Norte y Sudamérica y fueron en gran parte recogidas por el Archivo Nacional, que reeditó una carpeta de 27 afiches dando muestra de la labor desarrollada para impulsar el consumo del abono local.
La colección 'Imágenes del Salitre', fue lanzada en el marco del Mes de la Minería y muestra los esfuerzos para posicionar un producto que perdió terreno dramáticamente.
'Los afiches son de una gran belleza y tienen un valor más allá de lo estético, ya que para su diseño sus creadores destacaron elementos de la idiosincrasia de cada país, de su imaginario colectivo, de su cultura, de sus productos y vestimentas, además de incluir una tipografía originaria que las hace no sólo representar un momento de la historia de Chile, sino que también de la historia universal', destacó el director del Archivo Nacional, Osvaldo Villaseca.
Los afiches originales fueron digitalizados rescatando sus tonalidades y en algunos casos se hizo una restauración física y digital, manteniendo los trabajos originales.