El INE acaba de informar que la Región de Antofagasta bajó su tasa de desocupación de 7,3% a 7%, mientras en el país la tasa aumenta de 6,3% a 6,5%. Las cifras actuales son muy buenas para nuestra región por cuanto señalan que la baja de la tasa de desocupación se produce por un aumento de 3.571 trabajadores, cifra superior al del aumento de la fuerza de trabajo, que alcanzó las 3.103 personas. Es decir, estos indicadores muestran que fuimos capaces de generar empleos para todas las personas que se integraron a la fuerza laboral y aún más, reduciendo de ese modo el número de desocupados.
Sin embargo, todo lo anterior sucede en un marco nacional de no muy buenas señales. Otras cifras entregadas hace dos días por el mismo INE, mostraron variaciones de distintos sectores productivos muy por debajo de lo que se esperaba por parte de los especialistas. Ayer el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, cambiando su mensaje del semestre pasado en cuanto a que la economía del presente año iría de 'menos a más', acaba de decir que las cifras a entregar 'van a acrecentar o a certificar que estamos en una economía desacelerada'. Los economistas prevén para este año un crecimiento del PIB por debajo del 3%, muy por debajo del potencial, estimado en 4,8%.
Estas señales de nuestra economía doméstica ocurren extrañamente en un ambiente internacional de recuperación, como lo advirtió el Banco Central hace unos días: 'las condiciones financieras externas continúan favorables' y, sin embargo, 'los antecedentes de la economía local muestran que el ritmo de expansión de la actividad y la demanda han seguido reduciéndose'.
Los problemas económicos son locales. ¿Qué sucede entonces internamente? Actores del mundo minero han comunicado que 'la incertidumbre en torno a la reforma tributaria, la futura derogación del DL600 y una nueva legislación laboral, son las principales dudas que están afectando a quienes se enfrentan a una decisión de inversión'.
En este contexto nacional, las buenas cifras regionales de desocupación entregadas ayer deben verse con cautela, por cuanto el entorno nacional no se ve promisorio.
Esperemos que se cierren pronto estas incertidumbres de modo de retomar pronto un buen nivel de crecimiento, que, por ahora, no se ve en el corto plazo, y que para el 2015, tampoco se prevé mejor que el actual.