Secciones

Junta de Beneficencia de Antofagasta

E-mail Compartir

Por decreto supremo fue nombrado don Manuel Vargas para que sirviera el cargo de Miembro de la Junta de Beneficencia de Antofagasta. Ocuparía el sitio que dejó el reconocido hombre público Federico Lesser, quien dejó el sitial debido a sus continuas ausencias por enfrentar distintos problemas personales.

Sin mostrar señales de arrepentimiento, luciendo chaleco azul y barba, fue conducido hasta el Juzgado de Garantía, el sujeto identificado con las iniciales O.A.R, principal imputado del ataque a cuatro niños antofagastinos.

El adulto es acusado de abuso sexual contra menores de entre 7 y 13 años de sectores humildes.

Creo

César Trabucco

E-mail Compartir

Algunas tormentas perfectas se producen cuando un conjunto de variables, después de un previsible desarrollo y un curso conocido, coinciden en su despliegue esperado, con un evento puntual que torna ese momento en catástrofe puesto que hace coincidir, en un solo punto, variables complejas que podrían haber continuado su camino, por mucho tiempo, sin traducirse en una tormenta perfecta.

El Creo es un artefacto administrativo y político que tratando de incursionar en el ámbito de la planificación urbana busca sentar en la mesa a los actores públicos y privados intentando que dialoguen en torno a materias de bien común.

Caminar hacia una ciudad que tenga un proyecto, compartido y consensuado, hacia donde ir es un objetivo loable. Pero este objetivo debe sortear varias variables en desarrollo.

La primera, distinguir los intereses públicos de los privados y establecer, cuando se trata de hacer ciudad, la prevalencia de lo público por sobre lo privado de otra manera se transforma en el directorio de un campamento que toma decisiones para su mejor operación desde una lógica privada.

Segundo, lo hemos señalado insistentemente, las decisiones en torno a la ciudad deben ser decididas por organismos que estén dotados de las atribuciones para ello en función de las legitimidades que les otorga la institucionalidad vigente. Por tanto las 'propuestas' del Creo deben ser, a lo menos, abordadas en el Concejo Municipal y el Core.

Una tercera variable es hacernos cargo de que ni el municipio ni los ministerios asociados a la temática cuentan con los cuadros técnicos adecuados como para poder prescindir de iniciativas como el Creo, llegado el momento de pensar ciudad, puesto que la política de jibarizacion del estado acá muestra una feroz faceta.

Estos tres aspectos confluyeron en el hecho puntual de la asesoría al puerto de Antofagasta, dibujando la tormenta que conocemos y que pone en entredicho al Creo a partir del desarrollo de las variables antes señaladas.

Obviamente la forma de salvar en medio de esta tormenta es confiar en las habilidades del capitán, el intendente, y además contar con que todos los tripulantes de la nave pondrán sus legítimos intereses en segundo lugar con tal de salvar la nave que nos puede llevar a puerto. Obviamente a uno que no contamine.

El tenis y el aporte del Estado

E-mail Compartir

Durante unos 15 años, el tenis chileno vivió la llamada 'época dorada'. Fue especialmente entre 1995 y 2010 cuando este deporte en nuestro país no sólo le entregó satisfacciones a la población -aún a quienes no estaban precisamente conectados con esta disciplina-, sino que llevó a lo más alto del escalafón internacional la bandera tricolor, esto, incluyendo la doble medalla de oro conseguida por Nicolás Massú, y la presea de bronce de Fernando González en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004.

Fueron los tiempos en los que el tenis acaparaba pantallas y programas, conseguía auspicios, convocaba transmisiones internacionales, ocupaba espacios en pantalla y reunía a los chilenos y chilenos en torno a un sueño antes comparable sólo a lo que ofrecía la Selección Chilena de Fútbol.

Hoy, en 2014, el fin de la 'época dorada' del tenis se nota demasiado en la actividad. El retiro de las últimas figuras recientes como Fernando González y Nicolás Massú, después del adiós prematuro de Marcelo Ríos por lesión, terminaron siendo un golpe natural para esta actividad en el país.

A esto se suma lo anunciado por el presidente de la Federación de Tenis de Chile, José Hinzpeter, quien dio a conocer el cansancio que existe en el organismo y en los extenistas de élite por el escaso apoyo que este deporte recibe de parte del Estado. El dirigente reconoció que se necesitan 300 millones de pesos anuales, durante cuatro años, como base para comenzar a trabajar en la esperada 'generación de recambio', esa que hoy emerge apenas, nuevamente por esfuerzos individuales.

La disciplina en Chile merece más, merece retribuciones a esfuerzos individuales y familiares. Massú recordó que esta generación dorada entregó al país un número uno, medallas olímpicas y un bicampeonato mundial en Düsseldorf. El Estado aún tiene la oportunidad de ofrecer a niños, incluso de zonas tan extremas como la nuestra, la posibilidad de proyectarse y soñar como algún día lo hizo la recordada generación de oro del tenis chileno.

Pensar lo contrario, simplemente nos limita a lo que puedan hacer algunos talentos individuales.