Exactamente 192 horas más que en el resto del país trabajan los antofagastinos, lo que supera en 10% el promedio nacional durante un año.
El dato, obtenido de los indicadores del INE (Series Estadísticas Encuesta Nacional del Empleo), habla de las horas efectivas que los ocupados de la región cumplen durante una semana. Esto proyectado a doce meses posiciona a la zona a la cabeza de este ránking.
De los indicadores también se desprende que los ocupados que trabajan más de 45 horas a la semana equivalen al 27% de la fuerza laboral total.
En promedio, en Antofagasta se trabajan 42 horas a la semana, mientras que el mismo dato en el país es 38 horas.
A nivel de regiones sólo Atacama y O'Higgins se acercan al indicador local, con 41 y 40 horas a la semana, respectivamente. En el resto del país el número está bajo las 40 horas semanales.
Cabe destacar que los ocupados son aquellas personas en edad de trabajar que en una semana laboraron por lo menos una hora, recibiendo un sueldo por esta labor.
Comparación
Según los expertos la estadística se explica por la actividad minera, factor que también habla de la calidad del empleo ofrecido en la región, que no necesariamente está ligado a las remuneraciones mensuales o la productividad.
En efecto, si se comparan las horas trabajadas en los países con similar PIB per cápita (US$37.000), la región y el país están bastante lejos de alcanzar sus indicadores laborales. Por ejemplo, anualmente en Antofagasta se trabajan 2.016 horas, mientras que el promedio de Holanda, Suecia o Alemania no supera las 1.700. El promedio de Chile llega a 1.824 horas laborales efectivas en un año.
En el análisis local la directora ejecutiva de la Corporación Desarrollo Productivo (CDP), María Teresa Bustos, recalcó que uno de los indicadores a los cuales hay que poner mucha atención es cómo se distribuyen los ingresos.
'Sin duda todavía tenemos brechas importantes en materia laboral si nos comparamos con los países de la Ocde y éstas tienen directa relación con la determinación del salario mínimo y el fortalecimiento de los sindicatos', dijo.
La ejecutiva recalcó, sin embargo, que este cambio no se logra por la sola voluntad de un sector y agregó que para disminuir las horas de trabajo, es necesario aumentar la productividad laboral. Pero para que ello sea posible en el largo plazo, agrega María Teresa Bustos, hay que mejorar la calidad de la educación, incorporar diversificación productiva en sectores con mayor valor agregado y avanzar hacia una mejor distribución del ingreso.
Minería
Los turnos que implementó la industria minera (7x7) es el factor que incide mayoritariamente en la cantidad de horas trabajadas en la región.
En este sentido la directora del Observatorio Regional de Opinión Pública de la UST, Amelia Carrero, puntualizó que los antofagastinos priorizan cuidar el empleo, que por lo general es bien remunerado. De esta forma, los márgenes de ausentismo laboral son mínimos (turnos), factor que en gran medida explica las estadísticas de la zona.
'Desde el punto de vista de la empleabilidad las cifras son positivas, pero desde la mirada familiar cambia la situación', manifestó la profesional.
Carrero subrayó que la tendencia de los países desarrollados es a disminuir las horas efectivas de trabajo, medida que a su juicio, aún no es posible aplicar en la región porque existe mucho desempleo y diferencias importantes en materia de productividad.
Calidad
El experto en relaciones laborales de la Fundación Sol, Marco Kremerman, es más crítico en el análisis y apunta que la matriz productiva que tiene el país, y en especial Antofagasta, no permite generar empleos de calidad, indicador que va más allá de tener un contrato o cifras bajas de desempleo.
'Hay muchos trabajos con muy bajo salario y otro porcentaje importante de puestos tercerizados, entonces hablamos de un escenario altamente precarizado', sostuvo.
El economista de la UC recalcó que en Antofagasta, según análisis que hizo la fundación, en los últimos cuatro años, se crearon cerca de 20 mil empleos. De ellos el 40,8% son trabajos tercerizados (subcontratación y suministro de trabajadores), 36,7% son a cuenta propia y el resto empleos directos.
'En la región también hay un alto grado de subempleo, que son las personas que trabajan tiempo parcial involuntariamente, pero que buscan una plaza por más horas o a tiempo completo y que por el tipo de economía que tiene la región no pueden encontrar una oportunidad', indicó.
En ese contexto Kremerman precisó que si esas personas se considerarán en las cifras de desempleo, fácilmente el indicador en la zona podría pasar del 7% a un 9%.