Madre Alma, Carmen de Chile 2
Luego, un largo poema dedicado del Primero al Octavo Dio, sólo el Cuarto Día: 'Cuyacas y Chinos, danzáis, Chuquicamata, danzáis, Morenos salitre, danzáis…'
El libro, es una obra de arte de Ediciones U. C. de Chile. Cada capítulo va enriquecido por hermosas fotografías del Chile de su infancia, del templo votivo, de la imagen venerada de la Carmelita y separados además por imágenes a todo color de los vitrales que iluminan con destellos de piedra preciosa el Templo Nacional de Maipú, obra del artista alemán Adolfo Winternitz (Viena, 1906 - Lima, 1993) que en el año 63 o 64 estuvo de paso por Antofagasta y visitó la Academia de Bellas Artes de la U. del Norte, en calle Prat. Lo acompañé al Instituto Santa María a conocer un modesto Cristo Sacerdote que había pintado para el altar de su Capilla. 'Trabajo honesto', me dijo.
Volviendo al libro, cuanto bien haría que estas obras pudieran llegar al pueblo en edición sencilla, cuidando la calidad solo para la obras de arte a color y la buena fotografía. En esta obra, que me dan ganas de adoptarla como mi segunda Biblia, nos participa de algunas conversaciones, en sus viajes: '¿Quiere usted hacer reír a Dios? ¡Cuéntele sus planes! Me lo dice en una noche en Moscú, el abogado siberiano del porte de un oso en calma'.
La obra está compuesta de poemas, prosa, documentos históricos y testimoniales. Está presente la contingencia: 'El domingo 16 de septiembre de 1973, a eso de las tres de la tarde, en un puente del Mapocho, me crucé con la atemorizada novia de Ángel Parra: 'No tenga miedo, jamás en Chile, ocurrirán esos horrores, le anime. Pero... llevábamos dentro un Abel, un P. Alberto Hurtado, un Tony Caluga, una mamita Filomena, y también la siembra de Caín.
'¿Jamás en Chile...?'. 'Me siento capaz de cometer todos los crímenes' (Goethe).
Que importante sería que obras como éstas, estuvieran al alcance de todos. Valgan estas líneas para abrir el apetito espiritual de un libro de 365 páginas.
Linterna