Alta congestión en Antofagasta tiene un costo de US$190 millones anuales
estudio. Expertos advierten que problema tiene fuertes consecuencias en familias y productividad.
Por cada cuatro habitantes de la ciudad hay en promedio un vehículo. El dato da cuenta del fuerte crecimiento del parque automotor en los últimos años, pero además habla de un complejo problema relacionado a los altos índices de congestión en una urbe donde además existen sólo 10 kilómetros de ciclovías y un déficit de infraestructura urbana equivalente a 117 kilómetros adicionales de obra vial.
Con antecedentes analizados desde hace meses por el execonomista de la UCN y actual académico de la Universidad Diego Portales, Nicolás Garrido, el problema se puede cuantificar en una suma considerable. Y es que según las investigaciones académicas el costo de la alta congestión en Antofagasta alcanza los US$190 millones anuales.
'La congestión vehicular provoca costos ambientales, de salud por el estrés que genera en algunas personas, gastos de reparación de vehículos por el desgaste adicional y costos por pérdida de tiempo, entre otros factores. Teniendo en cuenta sólo el tiempo que las personas pierden como consecuencia del alto tráfico se obtiene la cifra general', argumentó el profesional.
Fórmula
Para calcular el costo por persona, se construyó en un computador un modelo de la ciudad, donde se analizó el desplazamiento a través del vehículo que hace la población. En primer lugar fue medido el viaje de una persona 'simulada' por la ciudad vacía, y luego se estudiaron los mismos desplazamientos pero con toda la comuna habitada y todas las personas desplazándose al mismo tiempo.
El valor monetario de cada minuto perdido por cada individuo, es obtenido a partir de los ingresos de las familias en los diferentes sectores durante un mes dividido por el número de minutos que las personas declaran trabajar en ese periodo.
Según Nicolás Garrido además existen efectos directos e indirectos de la alta congestión.
En este contexto el académico recalcó que las consecuencias directas del problema están asociadas a la pérdida del tiempo, gastos operacionales de los vehículos que transitan en la ciudad, y contaminación ambiental, aspectos que también tienen efectos en las tarifas del transporte público, ya que para mantener la misma frecuencia de los vehículos, es necesario incrementar su número.
'La alta congestión también reduce el atractivo turístico de algunas ciudades, expulsando los turistas, generando un efecto negativo adicional sobre el ingreso de los habitantes', dijo Garrido.
planes
Los resultados y conclusiones del estudio también fueron considerados por el coordinador de Transporte del Plan Creo Antofagasta, Rodolfo Ugarte, quien agregó que las actuales características del crecimiento de la ciudad son muy preocupantes, ya que a medida que mejora la economía y las posibilidades adquisitivas, también irá en aumento la extensión de Antofagasta, los automóviles, la congestión y la inequidad.
'Los puntos más complejos son la alta congestión de nuestras vías estructurantes y los grandes tiempos de desplazamiento, ya que no son problemas que podamos solucionar netamente desde la vialidad, y son consecuencia de nuestras erradas políticas de planificación territorial, que han llevado a una expansión urbana insostenible', dijo.
oportunidad
Ugarte precisó que la alta congestión traducida en tiempo muerto es de alto costo para una ciudad de alta productividad y con un alto PIB per cápita como Antofagasta (US$37.000). Hoy, dijo el profesional, se calcula en un millón de dólares diarios la pérdida por conceptos de costo de oportunidad en Antofagasta. Esto, agrega, sumado al deterioro de la calidad de vida que significa el sacrificio del tiempo dedicado a la familia y al ocio, más los altos costos energéticos que con lleva la ineficiencia en la movilidad, hacen de la congestión un problema de sustentabilidad, económico, social y ambiental.
'La inequidad urbana que promueve Antofagasta es reflejada en la alta congestión causada por los vehículos particulares, que van en desmedro de los demás modos de movilidad que usan la calle como el peatón, la bicicleta y el transporte público, que son mucho más eficientes y democráticos a la hora de usar la infraestructura pública', concluyó el arquitecto.