En la última década Antofagasta comenzó a crecer a un ritmo de 6 mil personas por año y según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) al 2016 la población de la ciudad alcanzará los 402.231 habitantes, el mayor aumento de regiones.
Las proyecciones, que desde el 2009 comenzaron a tomar mayor fuerza con el gran auge de la minería privada en la región, hoy evidencian la realidad de una ciudad que cuenta con los mejores indicadores económicos del país, pero que aún mantiene dicotomías importantes en sus indicadores de vida.
Y es que en sólo 20 años el crecimiento poblacional fue de un 54%, cifra que posiciona a la capital regional como la cuarta comuna con más habitantes del país después de Puente Alto, Maipú y La Florida, todas en la Región Metropolitana.
En la actualidad y según los datos del último Censo, existen más de 348.669 habitantes en la ciudad (Censo 2012), aunque a ellos es necesario sumar una población flotante de alrededor de 50.000 personas (trabajadores de la minería y la construcción).
A nivel de regiones no existen comparaciones de un crecimiento parecido y la minería pareciera ser la respuesta más obvia para dicho fenómeno, que marca una brecha importante entre el crecimiento de los habitantes y la infraestructura pública y privada.
El PIB per cápita de Antofagasta ($37.000) marca una distancia de US$22.900 con el mismo indicador en la capital del país, diferencia que en la realidad pareciera no estar bien reflejada en la región.
En lo inmediato, la gran expansión poblacional, también trajo consigo otros problemas. Por ejemplo, en la actualidad hay un déficit de 21.000 viviendas para resolver el problema del hacinamiento, que en el sector norte alto, es cada vez más evidente.
También existen 17 campamentos, 200 hectáreas de microbasurales en el área urbana y cerca de 30 hectáreas dentro de los mismos barrios, además de escasos espacios de esparcimiento y áreas verdes y algunos servicios que no alcanzan a cubrir la gran demanda de la población.
Por otro lado, la ciudad también requiere una inversión de US$47 millones para solucionar el déficit actual en su infraestructura urbana (transporte vehicular), el equivalente a 117 kilómetros adicionales de obra vial, según informes de la Cámara Chilena de la Construcción.
Segregación
Para los expertos, el problema apunta a un crecimiento poco equitativo de la población, los espacios públicos y los servicios, aspectos que tienden a segregar a un número importante de personas que no tienen el mismo acceso de los habitantes de mayores ingresos y que reciben los sueldos de la industria minera (cerca de un 20%).
El director regional de la Fundación Superación de la Pobreza, Hugo Inostroza, puntualizó que hay aspectos más notorios en la ciudad en relación al crecimiento de su población, como todo lo relacionado a los servicios, lo que a juicio del profesional no han crecido ni en calidad ni en número en proporción a las nuevas demandas de la ciudadanía.
'Hay una política de vivienda que no está acorde a la planificación urbana de Antofagasta, para que pueda dar respuesta a los nuevos requerimientos de la ciudad. El mercado ha ido regulando este tema, factor que al mismo tiempo va segregando y generando guetos de pobreza', dijo.
Inostroza agregó que uno de los mayores problemas que está presentando Antofagasta radica en que hay una expansión, en el caso de la población con menos recursos, a zonas periféricas donde no hay servicios y accesos expeditos a las oportunidades.
'Sólo una mínima parte tiene altos ingresos, por eso es necesario mejorar la infraestructura y los accesos para nivelar en parte las dicotomías que tiene Antofagasta', recalcó.
urbanismo
Según el arquitecto de la Universidad de Chile y editor de Plataforma Urbana, Alberto Texido, es necesario separar el crecimiento urbano (equipamiento) del poblacional, y al mismo tiempo ver la calidad de la infraestructura nueva.
Texido subrayó que en este contexto Antofagasta tiene un desafío adicional al resto de las ciudades y a parte de solucionar su equipamiento urbano tiene que retener a su población flotante para que no gaste su dinero en otras zonas y al mismo tiempo genere lazos con la ciudad donde trabajan.
El arquitecto también sostuvo que en un inicio Antofagasta se construyó como una ciudad 'monocentro' concentrando todos sus servicios en el área céntrica, definición que trae varios problemas e instala la necesidad de expandir servicios y el equipamiento hacia el sector norte, zona que presenta el mayor desarrollo urbano de la ciudad en los últimos años.
En este contexto el director del área Urbanismo del Plan Creo Antofagasta, Andrés Letelier, explicó que el crecimiento poblacional implica un aumento de la demanda por vivienda y equipamiento necesario para acoger a los nuevos habitantes.
déficit
'Los datos nos indican que en los próximos veinte años se necesitarán cerca de 50 mil viviendas adicionales para absorber este crecimiento demográfico que superará el medio millón de habitantes al 2035, además hoy sabemos que ya existe un significativo déficit de vivienda social o a precios accesibles, cercano a las 20 mil unidades', dijo.
Esto implica, agregó el profesional, que la ciudad debiera generar en los próximos 20 años cerca de 3.500 viviendas al año. 'Esto puede tener repercusiones importantes si este crecimiento no se desarrolla de manera balanceada, es decir asegurando acceso equitativo a servicios y espacios públicos de calidad, a los servicios y comercio', aseguró.