Los Medina y su gran amor por la educación con acento argentino
Inmigrante. Geólogo de la UCN que llegó de San Juan, se estableció en el norte, forjó su familia y cada día aporta a la ciudad con su esfuerzo y dedicación. Su clan siempre estuvo ligado a la enseñanza y al mundo ferrocarrilero.
Sus orígenes están en San Juan, Argentina. Nieto de italianos y lugareños tradicionales, pero hace 25 años decidió radicarse en Chile, un país del que se siente profundamente agradecido.
Su padre era militar y su madre, que está próxima a cumplir 90 años, es una profesora jubilada.
Eduardo Medina Tripodi compartió su historia de esfuerzo familiar. El docente de la UCN, geólogo de profesión, afianzó su vida en Antofagasta, contribuyendo con su experiencia, con su esfuerzo, al progreso de la ciudad.
'Mis abuelos paternos eran Ercilio Medina que trabajaba en ferrocarriles y la abuela Delia Uliarte, una ama de casa. El matrimonio tuvo seis hijos, cinco varones y una mujer. Mi padre era Víctor Agustín, militar. El mayor de los hermanos era Rafael, luego seguía Enrique, Víctor (mi padre), Humberto, Julio y María', dijo.
La vida de ellos se desarrolló en torno al trabajo. Enrique tiene hoteles en San Juan, el tío Rafael tenía una fábrica de pastas (fideos), Julio tenía un taller de bicicletas, Humberto era marino y la tía María era dueña de casa.
Su madre Emma Olga Tripodi también proviene de una familia numerosa. Eran cuatro hermanos. La mayor era Rosa Isabel, Orlando, Emma y Hugo Italo.
'Mis padres vivían en la misma ciudad, eran vecinos y compartían las mismas amistades. Eran de un sector muy tradicional, de la calle Las Heras, donde actualmente está el centro cívico. Antes allí estaba instalada la estación de ferrocarriles', sostuvo. Recuerda su vida en un hogar muy bien constituido. Siendo su padre militar, y su madre profesora, ellos siempre estuvieron muy preocupados por sus seis hijos.
'Soy el cuarto de seis hermanos. No recuerdo a mi padre con uniforme porque jubiló siendo joven, y después él se dedicó al deporte. Pero en la casa la disciplina era militar, mi madre por otro lado siendo profesora, entonces no se podía hacer nada que no fuera correcto', confidenció.
Sus hermanos son Silvia (dueña de casa), Orlando Víctor (militar retirado), Mirta Olga (directora de colegio básico, jubilada), Ricardo (servicios eléctricos) y Viviana (doctorado en Educación).
'Decidí estudiar geología luego del terremoto del año 1977 que azotó toda la provincia. Entré a estudiar a la universidad de San Juan. Hice la carrera entre el año 1978 y 1985, luego estuve trabajando en la Universidad de San Juan como profesor, ya que me quedé trabajando', comentó.
Luego se vino a Chile en 1989. Estuvo un semestre en Santiago realizando una capacitación. Desde 1990 fue contratado en la Universidad de Concepción y luego se trasladó a la Universidad Católica del Norte.
Desde entonces se desempeña como docente y también realiza investigaciones. Se ha especializado y trabajado mucho en el área de los volcanes.
'Tengo cierta experticia en lo que tiene que ver con la determinación de minerales y rocas en microscopio, minerales de alteración fundamentalmente, por lo tanto, eso hace que tenga mucha relación con la industria minera', explicó.
Cuando su tiempo lo permite realiza algunas asesorías a empresas, pero sigue siempre trabajando en la universidad, porque le gusta mucho el contacto con los estudiantes. Tiene muy buena relación con ellos. Le gusta salir a terreno porque es allí donde se transfiere la parte más importante del conocimiento.
El año 1990, Eduardo Medina llegó a la Universidad de Concepción y fue allí donde conoció a su esposa Beatriz Pérez García. Pololearon y decidieron casarse en octubre de 1992. Se establecieron en Antofagasta. Ella es secretaria ejecutiva bilingüe.
El matrimonio fue bendecido con la llegada de dos hijos. Elena que tiene 20 años y Agustín que va a cumplir 18. Su hija estudia tercer año de biotecnología en la UA y el menor cursa cuarto año medio.
Cuando se vino a Chile, Eduardo Medina tenía la idea de venir a especializarse, pero estando acá decidió establecerse porque tenía mayor potencial de desarrollo.
Formó su familia y no regresó a su San Juan natal. Acá se siente grato, querido, nunca se ha sentido como extranjero. Desde eso lleva 25 años en Chile y se siente agradecido a la gente y del país.