Superar los límites del cuerpo físico
Jorge Campillay Guzmán
El debut del 'Exoesqueleto' diseñado por los científicos brasileños en la reciente inauguración del Mundial de Fútbol Brasil 2014, pasó casi inadvertido: menos de 15 segundos de televisación para uno de los eventos más importantes de la ciencia latinoamericana.
Esta 'armazón', verdadero cuerpo cibernético que es vestido por un sujeto, es producto de 15 años de investigación del connotado neurocientífico brasileño, doctor Miguel Nicolelis. Sus investigaciones se iniciaron con monos y macacos, a los cuales se les implantaron receptores de la señal eléctrica que generaba la 'idea motora' cuando realizaban un movimiento con las extremidades superiores. Estos transductores, transformaron la señal eléctrica y la decodificaron para establecer la existencia de patrones, los que eran idénticos para el mismo movimiento.
El paso siguiente fue el aprovechamiento de la señal eléctrica cerebral generada por los monos para producir movimiento de brazos robóticos. Los animales aprendieron prontamente a controlar un brazo robótico para jugar y alimentarse a sí mismos, sólo con su pensamiento, sin necesitar utilizar sus extremidades, similar a lo experimentado en los Estados Unidos con la paciente parapléjica Cathy Hutchinson, que logró beber controlando un brazo robótico con su pensamiento; sin embargo, el experimento del equipo comandado por Nicolelis fue aún más allá, desarrollando un exoesqueleto, una especie de armadura robótica articulada que permitiera a un sujeto poder utilizar sus extremidades, paralizadas por la enfermedad, de manera voluntaria gracias a su pensamiento, a su idea motora. Tras años de trabajo y experimentación en conjunto con la Univeridad de Duke y el MIT (Massachusetts Institute of Technology), este equipo logró que un macaco lograra hacer caminar a un exoesqueleto con su pensamiento, transmitiendo la señal del mismo desde la Universidad de Duke hasta un laboratortio en Kyoto, Japón, donde se ensambló el primer exoesqueleto.
Lo que apenas vimos en la inauguración del Mundial de Fútbol Brasil 2014, fue la culminación de este experimento, con un humano parapléjico (que tiene paralizadas las piernas producto de una enfermedad) vistiendo el exoesqueleto y controlando con su pensamiento su caminata y dando el puntapié inicial del mundial, lo que era una promesa de Nicolelis desde hace tres años.