La reforma educacional tramitada ha tendido a complicarse conforme pasan las semanas; lo mismo la propuesta económica, que entró en un pantano político previsible. La sentencia no es antojadiza, ya que muchos de los cuestionamientos de ambas propuestas son de sentido común; pero incluso casi más preocupante es que tales enmiendas sean sustentadas sobre un juicio que perfectamente podría ser calificado de erróneo.
La Nueva Mayoría y el gobierno han reiterado que la voluntad de cambio son sustentados y demandados teniendo presente los resultados de la reciente elección que dejó a Michelle Bachelet en la Primera Magistratura. En primera instancia ello parece correcto, pero no una observación más en detalles nos podría sostener que ello no es así.
Con certeza debe sostenerse que una cosa es la Presidenta Michelle Bachelet -y su imagen- y otra muy diferente, la Nueva Mayoría -exConcertación- y el gobierno.
El triunfo de 2013, fue primero y casi exclusivo de Bachelet Jeria. Sabemos que la Mandataria encarna de una manera casi irrepetible un vínculo afectivo y más, con la sociedad nacional.
Pero sostener que tal respaldo involucra también la voluntad de empujar inmediatamente otras transformaciones, por necesarias que sean, puede ser un sesgo de comprensión; o bien, una conveniente lectura de las cosas.
Y, la verdad, parece más lo último. Allí también podría entenderse la premura con la que pretenden realizarse dos reformas que son entendibles en el objetivo, pero cuestionables en varias de sus formas, considerando los resultados y efectos.
Aspectos de este tipo exigen un acercamiento a lo técnico, más que a lo político; esto último va en beneficio de lo primero, es decir, sirve para aunar voluntades en la búsqueda de las metas propuestas.
La historia tiene un peso relevante que debe atenderse. Es de juicio general que la visión política, debe primero tener anclajes en las posibilidades de lo real, de nuestras conversaciones, reconociendo claramente lo bueno que se ha hecho, detalle que hoy no parece suficientemente calibrado.