Papa se reúne con víctimas de abusos sexuales
Vaticano. El Pontífice les pidió perdón por la poca reacción de la Iglesia frente a los casos de pedofilia.
El Papa Francisco se reunió ayer por primera vez con víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos católicos y les pidió perdón 'por estos pecados de omisión y graves crímenes'.
El Pontífice argentino celebró una misa en el Vaticano con seis víctimas procedentes de Alemania, Reino Unido e Irlanda. Luego dialogó ampliamente -unas tres horas en total- con los tres hombres y las tres mujeres.
La Iglesia católica se vio sacudida en los últimos años por acusaciones de abusos ocurridos en varios países durante décadas, sin que las autoridades eclesiásticas hicieran nada para ponerle freno e incluso los ocultaran.
El predecesor de Francisco, Benedicto XVI, se reunió en cinco ocasiones con personas que fueron víctimas de abusos sexuales en iglesias o instalaciones católicas, tanto en EE.UU. como en Alemania.
En su sermón, Francisco pidió perdón por aquellos líderes de la Iglesia que no respondieron de manera apropiada a las informaciones sobre abusos. 'Humildemente pido perdón', dijo el Papa, quien reconoció que los líderes de la Iglesia 'no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso'. 'En el clero no hay lugar para aquellos que cometen abusos', agregó, y subrayó que no tolerará delitos contra menores de edad.
El Papa manifestó que siente dolor y pena desde hace algún tiempo por el hecho de que sacerdotes y obispos hayan violado su inocencia y su propia vocación como sacerdotes con el abuso sexual de menores de edad. La Iglesia universal debe proteger a los menores de edad, recalcó.
Jorge Mario Bergoglio, de 77 años, y las víctimas celebraron la misa en una pequeña capilla de la casa de huéspedes del Vaticano, Santa Marta. Luego, el Papa se reunió con ellos para un diálogo personal. Según informó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, estuvo media hora con cada uno.
Francisco había anunciado personalmente este encuentro, instruyendo al Vaticano organizarlo con total discreción.
En el vuelo de regreso de Tierra Santa a fines de mayo, el Papa comparó el abuso sexual por parte de religiosos con una 'misa negra' y lo condenó duramente.