Los insurgentes iraquíes amplían el control del país y amenazan a Bagdad
conflicto. El grupo tomó posesión de tres ciudades. EE.UU. ofreció ayudar a combatirlos.
La ofensiva sobre el norte de Irak de los insurgentes suníes, encabezados por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS), cobró ayer un nuevo impulso con su entrada en Tikrit, capital de la provincia de Salahedín, que los acerca a apenas un centenar de kilómetros de Bagdad.
El Ejército iraquí, que bombardea las zonas controladas por los rebeldes en Salahedín, parece incapaz de frenar a los rebeldes. Después de tomar el control de la segunda ciudad de Irak, Mosul, el miércoles, grupos yihadistas lograron irrumpir en Tikrit, cuna del difunto dictador Sadam Husein, donde, tras hacerse con varios barrios e instalaciones gubernamentales, mantienen duros enfrentamientos.
El primer ministro, Nuri al Maliki, que ha pedido al Parlamento decretar el estado de emergencia, declaró ayer en un discurso que podrán hacer frente a la insurgencia 'sin ayuda de nadie', pero al mismo tiempo instó a la población civil a tomar las armas para recomponer las maltrechas fuerzas gubernamentales.
La desbandada de oficiales y altos cargos que se produjo ayer en Mosul y la provincia de Nínive llevó a Al Maliki a hablar de una 'conspiración' contra su Gobierno.
El ISIS, envalentonado por sus últimas conquistas, proclamó que mantendrán su avance sobre otras zonas del país.
'Con el permiso de Alá, no cesaremos esta serie de benditas conquistas hasta que Dios cumpla sus promesas o nosotros muramos', según un comunicado del ISIS citado opr la agencia EFE.
El jeque Mohamed al Biyari, uno de los más destacados en la provincia occidental de Al Anbar, calificó lo sucedido como una 'revolución popular de los iraquíes contra las injusticias que han sufrido'.
'Quienes dirigen ahora las operaciones son facciones yihadistas que ya lucharon durante la ocupación estadounidense', que retiró sus tropas del país al final de 2011, señaló Al Biyari, segñun la agencia EFE.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó la ofensiva yihadista en Irak y el secuestro de diplomáticos turcos en la ciudad de Mosul, en el norte del país, al tiempo que anunció que se reunirá hoy para analizar la grave crisis que vive el país.
Los miembros del consejo expresaron en un comunicado su preocupación por el avance de los insurgentes suníes. El máximo órgano de decisión de la ONU reiteró su 'compromiso' con la 'seguridad e integridad territorial' de Irak y alabó los planes del Gobierno para convocar un encuentro de unidad nacional que organice la lucha contra 'las amenazas terroristas'.
El consejo urgió a todos los líderes políticos, incluido a los del Kurdistán, a trabajar juntos en favor de la estabilidad y a apoyar las labores de la misión de las Naciones Unidas en el país.
La ONU está facilitando ayuda humanitaria a la población afectada por los combates, que han obligado a cientos de miles de personas a huir de sus hogares.
Además, los miembros del consejo demandaron la liberación inmediata de los diplomáticos turcos, secuestrados en el consulado de Mosul, y recordaron a todos los estados que tienen la obligación de hacer cumplir las sanciones impuestas al ISIS.
Sobre el grupo terrorista pesan sanciones financieras, un embargo de armas y una prohibición de viajes para sus líderes.