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El Gobierno decide poner fin al proyecto hidroeléctrico de HidroAysén

resolución. El Comité de Ministros definió por unanimidad rechazar la iniciativa por deficiencias en compensaciones y mitigaciones en los sectores que serían afectados. Las eléctricas afirman que esa potencia 'debe ser suplida'.

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El Comité de Ministros resolvió ayer de manera unánime rechazar el proyecto hidroeléctrico HidroAysén, que contemplaba la construcción de cinco represas en la Patagonia a cargo del consorcio integrado por Endesa Chile y Colbún, con una inversión estimada de US$3.200 millones.

Presentado en 2007 como un gran proyecto que podría abastecer cerca del 40% de la demanda nacional, el grupo de secretarios de Estado reunido ayer le puso la lápida a la principal iniciativa hidroeléctrica del país en los últimos años, al terminar la cita en que se analizaron 35 reclamaciones contra el proyecto.

'Este es un proyecto que tiene muchos aspectos que están poco o insuficientemente pensados (...), el proyecto HidroAysén adolece de faltas importantes en su ejecución', declaró el ministro de Energía, Máximo Pacheco, al término de la reunión.

Tras recalcar que la decisión fue tomada 'por unanimidad, con tranquilidad y transparencia', Pacheco puntualizó que ello 'en nada compromete' la política energética diseñada por el Ejecutivo.

'Por considerarlos ilegales', el Comité de Ministros -integrado por los titulares de Energía, Medio Ambiente, Minería, Agricultura, Salud y Economía- invalidó los acuerdos adoptados el 30 de enero pasado por el Gobierno de Sebastián Piñera.

La decisión puede recurrirse ante el Tercer Tribunal de Valdivia, en un plazo de 30 días, la Corte de Apelaciones de Santiago y la Corte Suprema.

La hidroeléctrica de 2.750 megavatios aún tiene pendiente presentar a evaluación el estudio ambiental para su línea de transmisión. La empresa ha dicho que no avanzaría en el proyecto mientras no cuente con todas las aprobaciones.

Una de las razones por las que el Ejecutivo adoptó esta decisión es 'la inexistencia de un plan de relocalización' como compensación para un impacto significativo declarado por el propio titular, dijo el ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier. 'Tampoco existe una cuantificación adecuada de los impactos ambientales por efecto del cambio de la hidrología de los cursos alterados en el ecosistema acuático'.

'Y también hay una inconsistencia respecto de la línea base declarada por el titular en la fauna terrestre, lo que no permite configurar ni cuantificar impactos ambientales y por ende tampoco establecer medidas de mitigación, reparación y compensación', concluyó Badenier.

El director ejecutivo de Empresas Eléctricas A.G., Rodrigo Castillo, planteó que la 'resolución se refiere a un proyecto particular y no a la imposibilidad futura de explotar los recursos hidrológicos del sur. Tampoco significa que haya algún elemento que permita decir que se está pensando en hacerlo'. Para Castillo, la medida 'implica un estrés adicional (al sistema)', que deberá ser suplido por Energías Renovables no Convencionales (ERNC) y proyectos térmicos'.

René Muga, de la Asociación de Generadoras, dijo que 'esa energía realmente se necesita'.

Por su parte, Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, aseguró que tras el rechazo del proyecto, 'resulta fundamental, y urgente, que se impulse el desarrollo de otros proyectos de energía de base que puedan suministrar electricidad segura y económica equivalente a la que habría podido aportar HidroAysén, cumpliendo por cierto con las normas ambientales'.

Además agregó que 'el desarrollo de proyectos hidroeléctricos y termoeléctricos de este tipo -no necesariamente de proyectos en específico- es tan importante para la industria minera como para otros consumidores de energía del país que retiran energía del SIC (sistema al que se habría conectado HidroAysén) o del SING.

'Si la concreción de varios proyectos eficientes se frena o posterga, no sólo se dificulta obtener precios competitivos de energía eléctrica, sino además -termina siendo necesario generar electricidad en centrales de emergencia que consumen diesel, lo que en términos ambientales tampoco es una buena noticia', concluyó.