¿Y el resto de las empresas?
No cabe duda que las empresas mineras son la principal industria de la zona y, quizás por ello, considerando la magnitud de los recursos que manejan, son también las principales proveedoras de recursos para otros temas como el arte, la cultura, o la entretención.
Están presentes por medio del auspicio y patrocinio de eventos, generalmente vinculados al arte, como parte de sus políticas de responsabilidad social empresarial.
¿Pero qué pasa con el resto de las empresas? ¿Cuál es el vínculo y compromiso con la ciudad y la Región de Antofagasta?
Y en esta categoría caben desde los grandes centros comerciales, las grandes tiendas, los bancos, empresas de telefonía y de servicios básicos como luz, agua, gas y otros.
¿Dónde están? ¿Qué hacen por la ciudad?
Difícilmente puede decirse que sus utilidades no se lo permiten, aunque es obvio que no son de la magnitud de una compañía minera.
Aún así, buena parte de las empresas colabora muy poco o nada con la ciudad. Decir que la generación de empleo y riqueza es la oferta, es casi un contrasentido, de modo que bien se puede cuestionar el vínculo con Antofagasta, Calama o Tocopilla.
El vivir en una ciudad, tanto para personas como instituciones, nos obliga a desarrollarnos en espíritu colaborativo, porque de lo contrario, queda en evidencia que sólo tenemos una relación utilitaria, absolutamente determinada por los asuntos comerciales.
No puede ser que cuestiones como la responsabilidad social empresarial se traduzcan en mera publicidad, si no hay un genuino interés por ser parte integrada de la sociedad.
Cuando sabemos que uno de los grandes problemas de Antofagasta es la falta de redes que permitan la construcción y puesta en relevancia de lo que somos y lo que queremos ser, resulta evidente que la empresa privada tiene mucho que decir.
Pero como Antofagasta es mucho más que minería, la 'deuda' de muchos es patente.