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113 conductores al mes son detenidos por conducir en estado de ebriedad

accidentes. Controles evidencian que las infracciones aumentaron 35% en sólo cinco meses.

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Los esfuerzos por generar conciencia sobre la importancia de conducir sin beber alcohol aún no tienen el efecto esperado por las autoridades y Carabineros.

Y es que en los primeros cinco meses de este año la tasa de infracciones sólo considerando este delito, catalogado como simple en la Ley de Tránsito, aumentó un 35%.

Según las cifras oficiales durante el año pasado Carabineros efectuó 422 detenciones en igual periodo de tiempo.

Considerando desde enero al 20 de mayo, la autoridad policial registró 569 detenciones por conducción en estado de ebriedad sólo en la capital regional (personas que marcan desde los 0,8 grados de alcohol en la sangre).

Esto implica un promedio de 113 conductores al mes y casi cuatro al día, sin considerar 'las cifras negras', es decir, aquellos conductores que circulan bajo los efectos del alcohol, pero que aún no han sido controlados.

Casos

El aumento en las cifras llama la atención, sobre todo al mirar los últimos accidentes ocurridos en Antofagasta con resultado de muerte. De ahí, la importancia de generar mayor conciencia en la comunidad.

Uno de esos casos es el de Daniela Tirado, una joven de 17 años que fue atropellada hace unos días por Ricardo Díaz Cortés (30), conductor que iba con 2 grados de alcohol en la sangre y con su licencia vencida. El accidente ocurrió en el sector de El Trocadero luego de no respetar una luz roja.

El trágico episodio se suma a otros hechos recordados por la comunidad como el accidente de Lissie Castillo, estudiante de 18 años que murió luego de ser embestida por un jeep en el sector sur de la ciudad y cuyo conductor escapó sin otorgarle ayuda.

En la lista también está el caso de Camila Verdejo, joven estudiante que fue atropellada y arrastrada por varios metros por un individuo de nacionalidad peruana que manejaba ebrio.

accidentes

El capitán de la Sección Investigadora de Accidentes del Tránsito (Siat) de Antofagasta, César Sandoval, explicó que los choferes en estado de ebriedad han provocado además 31 accidentes con lesionados.

'Cuando una persona toma alcohol y después maneja, se transforma en un asesino y el vehículo en un arma. Esto debido a que sus condiciones físicas no son óptimas', agregó Sandoval.

En la Siat existen registros de 31 accidentes con lesiones de todo tipo, es decir, leves, graves y gravísimas. En lo que va del año, Carabineros ha realizado 82.298 controles vehiculares, sin embargo, aun así 'la gente no entiende que en los accidentes un 99% de la responsabilidad es de las personas', sostiene el capitán de la Siat, César Sandoval.

Pese a las labores de control, en la región a la fecha se registran 644 accidentes de tránsito dejando 18 fallecidos.

Los lesionados, en tanto, se desglosan en 61 de carácter grave, 33 de mediana gravedad y 559 leves.

Otro punto a destacar es que existen 19 faltas por conducir bajo la influencia del alcohol marcando 0,79 o menos grados de alcohol en la sangre.

En 2013 a la misma fecha, 422 conducciones en estado de ebriedad fueron detenidos y se registraron 78.603 controles en la capital regional.

'efecto mundialero'

Para Carabineros, tanto las fiscalizaciones como la propia irresponsabilidad de las personas provocaron el incremento de las detenciones. Sin embargo, otro dato que agregan las autoridades es que existe un fuerte aumento de bebedores conduciendo por la proximidad en el inicio del Mundial de Fútbol de Brasil.

'Esto sin duda se traducirá en excesos y celebraciones ante las cuales urge llamar a la prudencia para evitar que la fiesta deportiva no se trasforme en una tragedia para algunas familias', manifestó Sandoval.

En este contexto Carabineros llamó a respetar la ley y no beber si se va a conducir. 'Las celebraciones pueden llevar a causar desastres cuando el alcohol está presente', argumentaron los efectivos policiales.

El presidente regional del Colegio Médico, Aliro Bolados, fue enfático al señalar que el alcohol es un depresor para el organismo, por lo que fallan los reflejos a la hora de conducir.

'Son dos etapas claras. La primera es la euforia que te lleva a hacer cosas temerarias y la segunda es la depresora que no te deja actuar en sano juicio', dijo.