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Cinema Federico

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Un más que merecido homenaje a Federico Zeidler Naranjo, el recordado maestro del pincel, quien desde su adolescencia se dedicó a pintar los carteles cinematográficos de los cines antofagastinos, brinda hasta el 15 de junio la Biblioteca Regional de Antofagasta en conjunto con la Cafetería Literaria Artes y Música, exponiendo 23 trabajos de su vasta obra que constituye un auténtico rescate del patrimonio vivo de nuestra ciudad.

Nacido en la localidad de Punitaqui, Cuarta Región en 1936, llegó a Antofagasta a los quince años, soñando con dedicarse a su pasión: pintar carteles para las películas de los principales cines de la ciudad.

Contratado por la empresa Organización Cinematográfica del Norte, pudo dar rienda suelta a su talento, desarrollando tempranamente la habilidad por la pintura de los afiches cinematográficos con pinceles, actividad en la que trabajó por más de sesenta años, en varios cines del norte.

¿Quién no recuerda sus inmensos trabajos en los viejos cines de entonces como el Latorre, el cine Imperio, el Cine Nacional, el Rex o el Colón?

De bajo perfil y de pocas palabras, Federico Zeidler es uno de los personajes vivos más interesantes de nuestra ciudad, porque él vivió de manera directa el apogeo de los cines de barrio, supo de miles de anécdotas y atesora recuerdos que conforman un panorama riquísimo para la ciudad. Repasando sus trabajos uno puede constatar el paso implacable del tiempo, los cambios experimentados por la moda y la manera ingeniosa que se empleaba para atraer la atención e los transeúntes que se acostumbraron a ver durante décadas sus enormes trabajos, en una época en que no existían las gigantografías y todo se hacía a pulso.

Así, esta exposición -bautizada como 'Cinema Federico'- debe constituirse en un punto obligado no solamente para los fanáticos del cine, sino que para quienes se apasionan por descubrir el modo en que se fue desarrollando la otra historia, no la oficial, sino aquélla que se deslizó durante décadas, de manera callada y con un oficio y dedicación dignos de todo elogio.

Linterna

Quino gana el premio Príncipe de Asturias: 'No sé qué diría Mafalda'

galardón. El jurado destacó la obra del dibujante argentino: 'Conlleva un enorme valor educativo y universal'.

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El 2014 es el año de Quino y de su célebre personaje: Mafalda cumple 50 años y, tras recibir numerosos homenajes y condecoraciones, España reconoció al mítico dibujante argentino con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

'Es un honor muy grande recibir el Premio Príncipe de Asturias', expresó Quino al conocer la noticia. 'Estoy muy emocionado y muy agradecido a España, a quien me siento muy unido por la sangre que me dieron mis padres', agregó.

El jurado destacó en su acta que, medio siglo después, los lúcidos mensajes de la famosa tira cómica 'siguen vigentes' por combinar 'con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento'.

Cómo sería Mafalda a los 50 años, es la cuestión que más interesa en la actualidad sus lectores. Aquella niña es hoy, ante todo, un personaje universal, algo que tuvo muy en cuenta el jurado de los Premios Príncipe de Asturias, considerados 'los Nobel españoles'.

'La obra de Quino conlleva un enorme valor educativo y ha sido traducida a numerosos idiomas, lo que revela su dimensión universal. Sus personajes trascienden cualquier geografía, edad y condición social', destacó en el acta.

Quino es uno de los humoristas gráficos más reconocidos internacionalmente, con una obra que invita a la reflexión desde el humor. El pasado 22 de marzo, recibió en el Salón del Libro de París la Legión de Honor, la máxima condecoración de Francia.

su vida con mafalda

Joaquín Salvador Lavado, su nombre real, heredó la afición por el lápiz de su tío Joaquín Tejón. 'De un lapicito sale lo que se te dé la gana', suele decir. Del suyo emergió una niña inteligente, preguntona, crítica y tierna que soñaba con 'un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos'.

El origen del popular cómic fue un encargo publicitario frustrado. Pero desde su primera aparición en 1964 en 'Gregorio' -suplemento de humor de la revista 'Leoplán'- hasta la última en 1973, Mafalda y sus amigos se convirtieron en una crítica al autoritarismo y a la 'estupidez humana' y en un retrato de la Argentina de la época.

'¿Por dónde hay que empujar a este país para llevarlo adelante?', se pregunta esta indiscreta y simpática niña en una de sus viñetas. '¿Ven? Ese palito es para abollar ideologías', afirma señalando la 'luma' de un policía.

Quino nació en Mendoza en 1932. Hijo de inmigrantes españoles, creció en una familia antifranquista y anticlerical que hablaba de política alrededor de la mesa. Aquellas conversaciones se colaron en sus tiras cómicas, después de decidir abandonar sus estudios para dedicarse a las historietas y al humor.

En 1954 publicó su primera página en el semanario 'Esto es' y, desde entonces, sus viñetas en papel invitaron a reír y reflexionar en los diarios y revistas de América y Europa, se recopilaron en libros y saltaron a otros soportes más adelante.

'Después de leer a Mafalda me di cuenta de que lo que te aproxima más a la felicidad es la quinoterapia', llegó a decir en una ocasión el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, fallecido recientemente.

En 1976 el golpe de Estado de Rafael Videla en Argentina llevó a Quino a exiliarse en Milán. Catorce años después, adoptó la nacionalidad española y desde entonces alternó su residencia también entre Madrid y Buenos Aires. Siempre con Mafalda a su lado.

'¡Paren el mundo! ­Me quiero bajar!', dijo en una de sus viñetas más conocidas la niña rebelde y comprometida. Medio siglo después, el mundo continúa girando. Y Mafalda sigue en él, crítica y cada vez con más premios, como si no hubiera pasado el tiempo.

¿Qué diría la popular niña acerca del galardón? 'No sé que diría Mafalda', aseveró Quino. 'A los premios uno llega cansado', agregó el dibujante, que en julio cumplirá 82 años

El premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades está dotado con 50 mil euros (68 mil dólares) y una escultura diseñada por Joan Miró. Quino se impuso en la votación al periodista mexicano Jacobo Zabludovsky y al filósofo español Emilio Lledó.

Es el tercero de los ocho galardones que se entregarán en los próximos meses. El primero, el de las Artes, se concedió al arquitecto estadounidense Frank Gehry, mientras que el segundo, el de Ciencias Sociales, fue para el historiador francés Joseph Pérez.

La ceremonia de entrega tendrá lugar en la ciudad de Oviedo, en el norte de España, y estará presidida por los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia.