El cierre de la planta Santa Margarita en Calama, propiedad de la Sociedad Minera Cerro Dominador, está generando fuertes réplicas entre los pequeños mineros de la zona.

Con la quiebra de la compañía ligada a la familia Callejas y administrada hasta marzo por el actual subsecretario de Minería Ignacio Moreno, un número importante de productores perdió el principal poder comprador en la zona.

Según las dos asociaciones mineras de Calama (Amical y Agriminc), más de 600 trabajadores vendían su producción a la planta maquiladora de la Sociedad Minera Cerro Dominador y con el cierre de la compañía el único poder comprador quedó ubicado a más de 200 kilómetros de distancia, en la operación Mantos Blancos de Anglo American.

compradores

Una de las principales funciones que cumplía la planta Santa Margarita en Calama, era procesar el mineral de los pequeños y medianos mineros locales, para luego vender el material a Enami.

Para el director de Agriminc, Ignacio Urdangarin, la situación es preocupante porque el costo de trasladar el mineral hasta Mantos Blancos subiría los gastos en alrededor de un 30% y en la actualidad el gasto de producción de la pequeña minería está en el límite del precio de venta.

En este contexto el presidente de Amical, Pedro Ramos, indicó que como gremio sostuvieron reuniones con personeros de Enami -la estatal que compra el mineral de los pequeños y medianos productores- quienes se comprometieron a estudiar la fórmula para subsidiar el transporte del mineral.

Quiebra

Una de las mayores preocupaciones de los productores y los trabajadores desvinculados de Cerro Dominador, es que la continuidad de la empresa sería hasta el momento poco probable, porque la operación no cuenta con suministro de agua y electricidad para hacer funcionar la planta.

La compañía presenta un total de 70 facturas impagas, por montos que suman más de $700 millones correspondientes a servicios otorgados por proveedores y contratistas a la Minera Cerró Dominador, entre enero de 2013 y febrero de este año.

Los registros judiciales muestran que la firma a inicios de 2013 comenzó a congelar sus pagos a sus proveedores, hasta 26 facturas impagas con una misma empresa.