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El deporte, muerte súbita y los niños

"Lo preocupante es que en el sector público no tenemos nada. Es como si el problema no existiera".

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En noviembre del año pasado falleció en Antofagasta un escolar luego de terminar la prueba Simce. Este año en marzo a una niña de 16 años le ocurre lo mismo en Virginia, EE.UU. luego de correr media maratón y en abril un joven de 23 años también fallece al llegar a la meta luego de completar media maratón en Córdova, Argentina. Distintas edades, distintos países pero con un factor común: son sucesos devastadores para la familia y el entorno social. Se les denomina muerte súbita por lo inesperado y porque ocurren en personas aparentemente sanas. Cabe entonces preguntarse si la práctica deportiva conlleva un riesgo mayor de padecer este accidente y lo que es más importante, si se puede prevenir. El Dr. Doménico Corrado , médico italiano pionero en este campo, diseñó un estudio para responder a esta interrogante. Durante 21 años siguió a un grupo numeroso de atletas y los comparó con la población general y determinó que los deportistas tenían 2,5 veces más riesgo de muerte súbita. Entre las causas detectadas encontró corazones dilatados, cardiopatías hipertróficas, arritmias y malformaciones congénitas entre otras.

A partir de esta información el año 1982 se implementó un protocolo que exigía que previo a la práctica deportiva se debía realizar un riguroso chequeo médico que incluye un electrocardiograma. Al cabo de 20 años disminuyó en un 90% la muerte súbita en los atletas llegando incluso a ser menor que en la población general. Es llamativo su poca difusión en Chile y las faltas de normativas tanto en Salud como Educación para abordar este problema.

En Antofagasta prácticamente todos los colegios particulares han hecho exigible una autorización del pediatra para hacer educación física llegando incluso a la exageración de pedirlos en prekínder, tal vez motivados por las consecuencias legales. Pero es un avance. Lo preocupante es que en el sector público no tenemos nada. Es como si el problema no existiera. Sin duda que significaría un tremendo desafío logístico y de recursos económicos para llevarlo a cabo pero se pudiera comenzar con los niños de sexto básico quienes ya inician una actividad física más intensa o en quienes participan en competencias deportivas. Junto a lo anterior se debe hacer exigible que en cada gimnasio se disponga de un desfibrilador, elemento que es esencial para iniciar la reanimación en el mismo lugar en que se presente la emergencia.

Los recortes presupuestarios

Antofagasta sufre una y otra vez las postergaciones de sus proyectos y aquello es responsabilidad tanto del centralismo, como de nuestras autoridades.

Tenemos una permanente incapacidad para poner arriba nuestras dificultades y resolverlas. Seguimos aceptando un trato de una región de segunda categoría o segunda clase.

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El recorte de recursos por las emergencias en las regiones de Arica-Parinacota, Tarapacá y Valparaíso deja al descubierto lo mal que el nivel central está informado sobre la realidad presupuestaria de la Segunda Región, si puede justificarse en un error de datos este nuevo ajuste a la exigua caja del FNDR.

Serán cerca de $1.100 millones menos para la Región de Antofagasta para atender los proyectos de reconstrucción por las emergencias, pero con la salvedad que existirían cuando mucho $5 mil millones de recursos FNDR para todo el ejercicio presupuestario 2014.

Lo más básico pasaría por caer en el discurso contra el centralismo, y mucho de ello tiene esta medida, pero también algo de responsabilidad recae en las nuevas autoridades de gobierno en informar sobre en qué estado encontraron la región en términos presupuestarios.

Aquí inevitablemente tocamos el tema de los liderazgos. El Core e intendente están encargados de hacer sentir en el gobierno central que este déficit presupuestario es real y simplemente la región va a tener graves problema si rebajan más estos fondos, en 5% como máximo, de acuerdo a los atribuciones de Hacienda y la Subdere.

Hace cuatro años producto del 27-F, la Región de Antofagasta también sufrió recortes en su presupuesto y su efecto más polémico pasó por la postergación del proyecto para construir el nuevo hospital de Antofagasta. Sin embargo, luego de distintas presiones el gobierno de turno accedió al sistema de concesión para levantar este centro médico, que aún sigue un lente camino.

No fue fácil la solución y los recursos simplemente no llegaron.

Lo que conviene preguntarse es si los problemas de Antofagasta son menores que los enfrentados en otras partes del país. Indudablemente que no, pero debemos hacer sentir aquello.

Los consejeros fueron elegidos por votación popular y ahora sus electores quieren saber si tienen la capacidad de resolver problemas, sobre todo ahora que el déficit de recursos limita sus razón de ser. Es parte también de sus funciones, sobre todo cuando tendemos a culpar al centralismo de todos los males.