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Analistas aseguran que reforma no elimina "vicios" del binominal

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Los cambios propuestos por el Ejecutivo al sistema electoral se convirtieron en tema de interés para analistas locales, quienes en general plantean una mirada crítica respecto al proyecto que ya se discute en el Congreso.

Los doctores en Ciencias Políticas, Cristian Zamorano y Francis Espinoza, de la Universidad de Antofagasta y la Universidad Católica del Norte, respectivamente, manifestaron que la iniciativa no elimina los principales vicios que hoy se observan en el modelo.

Peor aún, advirtieron que la alternativa que plantea el gobierno en ningún caso constituye un aliciente para que más personas participen en las elecciones parlamentarias.

El abogado Cristian Zamorano explicó que la fusión de distritos que propone el proyecto y que significa pasar de los 60 territorios actuales a sólo 28, pero de mayor tamaño, provocará una concentración de los recursos, lo que perjudicará a los independientes y cualquier otro sector que tenga menores medios para competir.

"Con esta reforma el candidato que tenga más recursos será más visible, entonces, la crisis de representación se mantiene. El binominal es un sistema que combate el surgimiento de nuevas ideas y corrientes políticas y eso no lo estamos cambiando", aseguró.

Zamorano explica que el problema se acrecienta debido a que la propuesta no termina con el sistema de listas que tanto se critica y que en la práctica permite que candidatos de baja votación sean elegidos.

En efecto, la iniciativa del gobierno no pone fin a este mecanismo, sino que lo remplaza por uno similar al que se emplea en las elecciones de concejales (acumulativo con cifra repartidora), situación que, en opinión del analista, es un tema que aún no se transparenta ante la comunidad.

"La negociación de esta reforma se hace a través de los partidos políticos, que están limitando los daños de su eventual salida. No se está discutiendo terminar con el sistema de listas y con esos coeficientes que más parecen cálculos politiqueros que una democracia. Creo que hay un miedo hacia los sistemas mayoritarios, donde el que saca más votos gana. Esto es una aspirina, de 500 ml, pero una aspirina", acota.

El académico de la UA además consideró "descarado" presentar una reforma que aumenta el número de diputados justo en los momentos que se discute la "racionalidad" de las dietas de los actuales integrantes de esta cámara.

Francis Espinosa, por su parte, piensa que la reforma, tal como está pensada, es una reproducción del "modelo duopólico", pero a una escala mayor y con más gasto para el Estado.

La académica además se declaró escéptica respecto a que el aumento de los cupos parlamentarios (de 38 a 50 senadores y 120 a 155 diputados) implique "equidad" en la distribución de los mismos.

De hecho, mencionó que el Instituto Libertad y Desarrollo realizó una simulación en base a datos de las elecciones de 2009 y 2013 y, aparentemente, con el nuevo sistema sólo se beneficiaría a un partido político no perteneciente a la Nueva Mayoría o la Coalición por el Cambio (el "duopolio").

Desde su visión, el gran problema es que la política se está pensando desde el "top al bottom" (de arriba hacia abajo), en circunstancias que organizaciones internacionales como la Ocde han advertido la necesidad de generar modelos en el sentido inverso, es decir, "del bottom al top".

La periodista y académica de la UCN comentó que hacen falta mecanismos locales de participación ciudadana en la toma de decisiones para el desarrollo de políticas públicas y leyes. En este sentido, mencionó experiencias implementadas en California, las cuales, explica, son buenos ejemplos, pese a las diferencias que existen con el modelo federalista de Estados Unidos.

"Ese modelo podría servir para pensar la política desde una manera menos centralizada y más desde regiones, sin aumentar los costos en una elite política que reproduce un sistema que sigue favoreciendo a esa misma elite con sus respectivas castas", señaló.

Una de las grandes dudas que surgen al examinar las propuestas del Ejecutivo es el efecto que éstas podrían tener en la participación en elecciones, la cual, como se sabe, tras la implementación del voto voluntario, no es mayoritaria.

Al respecto tanto Cristian Zamorano como Francis Espinoza tienen juicios similares e igual de preocupantes.

"¿Usted cree que con la crisis de participación y representación política observada en las últimas elecciones, la gente va a acudir a las urnas para votar por más parlamentarios? Esto sin duda generará más desconcierto en la población y la abstención será la gran ganadora como siempre", especula Francis Espinoza.

Cristian Zamorano en tanto advierte que la reforma no conducirá a tener elecciones más interesantes para la ciudadanía, con todas las consecuencias que ello implica.

"Mientras no se discuta un sistema mayoritario lo más limpio y básico posible, que tome a contrapié 20 años de práctica de un sistema que nadie entiende, no será una reforma, esto no está haciendo más atractivos y más democráticos los procesos", critica.

Exdiputado PS plantea reponer antiguo requisito de residencia

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El exdiputado Felipe Valenzuela (PS) piensa que "cualquier sistema es mejor que el actual", pero también hace reparos a la propuesta presentada por el gobierno.

Valenzuela opina que derechamente se debería avanzar a un sistema donde se privilegie a los candidatos que obtengan las primeras mayorías, "como ocurría antes del '73".

Además asegura que los problemas no se arreglan aumentando el número de senadores y diputados, sino que entregándoles atribuciones directas.

"Los parlamentarios tienen que tener un poder suficiente para ser un contrapeso al poder del Presidente de la República, lo que se requiere es cierto equilibrio", manifestó.

Sin ser necesariamente contrario a aumentar los cupos, Valenzuela se declaró contrario a la distribución que se propone en el proyecto, donde el 50% de diputados y senadores (103 de 205) serán elegidos entre la V y la VII regiones.

Otro punto importante para el exparlamentario, quien en 2001 ocupó la vicepresidencia de la cámara, es que la reforma debe reponer el requisito de que los candidatos parlamentarios tengan residencia efectiva en la región que aspiran a representar en el Congreso.

"Los parlamentarios tienen que ser representativos, hay que permitir que la gente de la región represente a la región, quién más puede conocer los problemas y las necesidades. Eso no se consigue por fax o por email, se consigue viviendo en la zona", dijo.