Paraguay asume "descontrol" en el contrabando de armas
El Ministro de Interior de Paraguay, Francisco de Vargas, reconoció ayer que el país sufre un "descontrol" en el comercio de armas, una semana después del asalto a un vehículo que portaba municiones para su venta a la policía.
Según el ministro, el comercio informal de armas es una "práctica bien instalada a nivel nacional".
"Las municiones del 9 y 38 milímetros, lastimosamente, en el interior del país pueden ser encontrados en casi cualquier local comercial, lo que evidentemente evidencia un descontrol en la comercialización de este tipo de elementos", declaró De Vargas.
El comerciante asaltado llevaba cinco años vendiendo municiones y equipamientos a policías de la zona alrededor de la ciudad de Kurusú de Hierro, en el departamento de Concepción, según admitió el ministro tras una reunión de dos horas con el presidente paraguayo, Horacio Cartes, en el Palacio de Gobierno. El robo al "macatero", como son conocidos en Paraguay los vendedores ambulantes que van al interior del país, fue obra de cuatro personas con la cara descubierta, vestidos con pantalón de camuflaje.
Se quedaron con 400 cartuchos de calibres 38 y 9 milímetros, uniformes policiales y chalecos tácticos y antibalas, que el comerciantes llevaba en una camioneta para su venta a policías de la comisaría local.
El asalto ocurrió a unos 20 kilómetros del lugar donde hace poco más de un mes el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), una guerrilla que ha atacado varias veces a policías en la zona, supuestamente secuestró a Arlan Fick, de 16 años.
La Fiscalía estima que el EPP, al que las autoridades atribuyen más de 30 muertes desde 2005, cuenta con unos 20 militantes en total, con base en las imágenes difundidas en enero por la guerrilla, en las que aparecían portando armas automáticas.