Niños de la población "José Papic" viven en medio de enorme basural
Hace tres años Juan Rementería lo perdió todo en un incendio. Un basural ilegal ubicado junto a su vivienda fue el punto de inicio de la emergencia que acabó con todo lo que tenía, sin que bomberos pudiera controlar adecuadamente el fuego.
"Yo lo perdí todo, junto con mi casa perdí todas mis cosas y hasta las pocas fotos que tenía de mi familia", cuenta Rementería, mientras observa el basural que rodea su vivienda en la población "José Papic".
Se trata de un lugar que pese al esfuerzo de algunos vecinos por arreglar sus casas, contrasta con un punto verdaderamente abandonado. En el que los vecinos sueñan con que algún día todo cambie para mejor y se transforme en un punto de encuentro, positivo con una cancha para los deportes y hasta una plaza.
Sin embargo, el incendio del 2011, no es el único. El 30 de enero pasado un nuevo incendio terminó con cuatro viviendas que estaban en la quebrada y que incluso amenazó que propagarse a otras casas del lugar.
Francisco Aros fue uno de los vecinos afectados por este último incendio y hoy sueña con volver a levantar su vivienda. Hoy vive de allegado en casa de su suegra que reside muy cerca, mientras que sus cuatro hijos han aprendido a vivir en la basura.
"Entre los vecinos tratamos de limpiar un poco el lugar donde estaban las casas, retiramos todos los escombros, pero la municipalidad no sacó la basura acumulada", cuenta.
La quebrada ubicada en calle Antártica, por más de 10 años está convertida en un verdadero basural, donde llega gente de todas partes a deshacerse literalmente de cualquier desperdicio.
En el lugar se encuentran colchones, sofás, ramas, inodoros viejos y hasta lo más inimaginable.
Son toneladas de basura que están ocupando un espacio, que está a metros de las viviendas y hasta donde llegan niños que encuentran en los desechos un espacio para jugar, con todos los riesgos que ello implica.
Hasta acá no llegan los camiones recolectores de basura, ni tampoco los inspectores que pudieran multar a las personas que botan basura en el lugar sin ningún control.
"Acá hay personas que vienen hasta en camionetas y autos a arrojar sus desechos y nosotros no podemos hacer nada", asegura Francisco Aros.
Por supuesto, que tanta basura acumulada se ha convertido en un verdadero criadero de ratones y moscas, que los vecinos han tenido que aprender a soportar, pero que simultáneamente los hace soñar con la posibilidad de contar con un espacio digno para vivir.
Los roedores de gran tamaño que se refugian en la basura ya llegaron hace rato a algunas casas del sector.
Por ello los vecinos asumen que lo que les hace falta es una intervención mayor, que comience con la limpieza del sector y luego considere un proceso de desratización en todas las viviendas, así como de una fumigación que de verdad garantice que viven en un lugar limpio.
Hernán Araneda precisa que lo que esperan es que en el lugar se instale una plaza y una cancha.
"Lo que queremos es que este lugar cambie de una vez por todas, que los niños puedan jugar aquí seguros y sin peligro de enfermarse", señala.
Además, Araneda mira la posibilidad de una cancha como una verdadera arma contra las drogas, porque ahí los niños estarían ocupados en algo positivo y "eso siempre ayuda".
También relata que en el sector los vecinos tienen varios equipos de fútbol organizados, suficientes como para realizar un campeonato.
También asegura que el municipio dio a conocer un proyecto para transformar este lugar, e incluso mostraron una maqueta de cómo quedaría todo, pero hasta ahora nada ha pasado.
"Yo creo que si este proyecto se realiza la misma gente lo va a cuidar y a todos nos va a cambiar la calidad de vida, porque vamos a tener un lugar para hacer deportes y también para encontrarnos con los amigos", dice Araneda.
Por ahora, los vecinos se sienten postergados y el basural que se ubica en el centro del barrio se ha transformado en el principal objetivo que quieren cambiar de una vez por todas.