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Con la puerta en las narices

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Es lo que sucede cuando no estamos invitados a un evento y nos presentamos sin los merecimientos para entrar. Y le acaba de pasar al CDA. Le han dado con la puerta en las narices en la fiesta para la liguilla que clasifica a la Sudamericana. El equipo chocó con una realidad deportiva que se veía venir.

Debemos decir que ¡Ha sido un auténtico fracaso! para este club que deambula entre la opacidad de su gestión y el abandono de la hinchada local. Es una entidad a la deriva, descabezada, en que últimamente no se habla de fútbol, sino de las picardías de quienes la dirigen o mal presiden.

Denuncias, acusaciones, fallos en contra, ni sus propios abogados los defienden y el circo continúa. Los hinchas están dolidos porque se ha jugado con su ilusión y se preguntan ¿Cómo es posible que teniendo una de las plantillas más caras del fútbol nacional, no nos hayamos clasificado?

Opino que ha llegado la hora de hacer borrón y tomar decisiones importantes y éstas tienen que surgir desde la ciudad, desde su clase política y la sociedad civil. La ciudad necesita un referente sentimental y de pertenencia a la que agarrarse. No podemos estar soportando a una institución que se mueve en las sombras de las dudas e incertidumbre. Aparte de hablar del polvo que nos envenena los pulmones, necesitamos ser positivos y hablar de deporte, del querido CDA.

El club en particular y el deporte en general tienen una responsabilidad social que debe ser respetada y trabajar para que esto suceda. Exigimos que se aclaren los aspectos legales que han ensombrecido la trayectoria del club en los últimos años y que la entidad crezca socialmente y que de un salto de calidad en su quehacer.

El CDA debe conducirse con criterios empresariales y no amateurs como hasta ahora. La implantación de un organigrama deportivo le dará profesionalidad en sus decisiones. ¡Tener claro los objetivos y expectativas deportivas, cómo jugará el equipo, qué tipo de jugadores deben contratar, qué técnico se adecua a nuestra filosofía, cómo fidelizamos a la hinchada, cómo llenamos el Calvo Bascuñán, etc.! En resumen: ¡Profesionalidad y no aprendices de brujos!