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La cruda historia en tribunales del homicida de niña tocopillana

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Moisés Jacob Ledezma Díaz es un nombre conocido en la cárcel y los tribunales de Tocopilla. Mucho antes de que fuera acusado por el macabro crimen de una niña de 8 años, cuya sentencia será dictada hoy, el tocopillano ya había recibido una condena por el delito de lesiones y otras dos por violación.

Ledezma lleva dos años en prisión preventiva por el homicidio de Valentina Arriaza Contreras, luego que la policía lo hallara escondiéndose en el nicho de su abuela en el cementerio de la vecina ciudad.

Pero su historial delictual, al menos en lo que refiere a procedimientos formales en su contra, comienza en 2002. Ese año, el Ministerio Público lo formalizó por violación de morada y abuso sexual consumado. En septiembre de 2003 los tribunales le aplicaron su primera condena. Por ambos delitos, el entonces joven de 25 años recibió una sanción de 541 días de cárcel.

Tras varios años sin ingresar a la cárcel de Tocopilla, Moisés Ledezma volvió a enfrentar a la justicia en hechos que terminarían en una nueva condena por violación.

En 2006, el soldador de 28 años fue acusado de lesiones menos graves contra una mujer, recibiendo una condena de 61 días de reclusión nocturna. Sin embargo, este episodio no se detuvo ahí, ya que meses más tarde la misma víctima lo acusó de violación.

La afectada declaró que mientras salía de su trabajo en horas de la madrugada, el imputado la tomó por la fuerza y la trasladó hasta un domicilio abandonado. Con un cuchillo la intimidó, la violó y también le generó heridas en la mano y en la cara.

La víctima constató lesiones en el Hospital Marcos Macuada y el soldador, cuyo estado civil figuraba como casado, fue detenido, comenzando la investigación en su contra para llegar al juicio oral.

En ese proceso, el imputado accedió a declarar su versión de los hechos, a diferencia del juicio que enfrentó la semana pasada por la violación y homicidio de la exalumna de la Escuela Carlos Condell de la Haza, de Tocopilla.

Ledezma aseguró que la relación sexual fue consentida, ya que fueron pareja durante algunos meses y que se conocían hace siete años. En esa ocasión, dijo el acusado, la víctima lo habría perdonado por las lesiones que originaron el anterior juicio en su contra.

Testigos que declararon manifestaron que el imputado molestaba y maltrataba a la mujer. Además la Policía de Investigaciones encontró en el sitio del suceso el cuchillo descrito por la abusada, en el que más tarde detectaron sus huellas dactilares.

Pero dentro de los peritajes practicados en el juicio estuvo el de una carta, que supuestamente escribió la víctima. En el documento la mujer confesaba que realizó la denuncia con el único fin de perjudicar a Ledezma, ya que sentía celos.

Sin embargo, los análisis determinaron que esta carta era falsa. Peritos documentales establecieron que Moisés Ledezma escribió el documento.

Esto lo comprobaron analizando los patrones caligráficos con otros escritos que el acusado dijo que sí eran de su autoría y que estaban junto a la carta. La forma de escribir y la repetición errores ortográficos fueron datos categóricos.

El juicio oral terminó decretándolo culpable, por lo que recibió una condena de cinco años y un día de cárcel. Durante todo ese proceso que ocurrió en 2007, nunca se arrepintió de lo ocurrido y sólo entregó otra versión de los hechos.

Tras cumplir esta sentencia, Moisés Ledezma cometió el crimen más horrendo de su historial, la violación y homicidio de una niña de 8 años.

La tarde del sábado 25 de 2012 ocurrió la tragedia que impactó a Tocopilla. Valentina Arriaza, de sólo 8 años, desapareció sin dejar rastro. Su familia inició una desesperada búsqueda por toda la ciudad, aunque ésta no terminó con buenos resultados. Durante la madrugada encontraron el cuerpo de la menor en la vivienda de Moisés Ledezma. Estaba bajo la cama, con un género tapando su boca. El cadáver tenía claros signos de violación. Además, fue estrangulada con el cordón de una zapatilla.