Despiadado centralismo
"He visto en otros países de Latinoamérica como las ciudades son potentes polos de desarrollo".
Como repite siempre un amigo "no hay peor centralismo que aquel que llevamos dentro". Con esa frase ácida retrata un preocupante rasgo atávico que portamos los habitantes de este suelo al que decimos querer tanto. Ese que nos hace aceptar sin más y en algunos casos con reverencia, todo aquello que provenga desde Santiago o más allá de nuestras fronteras nacionales.
El centralismo despiadado a que busca mantenernos sometidos a sus devaneos, lamentablemente encontró (o paradoja cruel) tierra fértil en esta desértica aridez.
Desde Santiago aplastan nuestra imaginaria autodeterminación y designan "a dedo" a quienes estiman conveniente. Es patético ver cómo se han paseado por esta ciudad "candidatos designados", sin que conozcan siquiera el nombre de las calles de la ciudad, nuestros abuelos los llamaban "pollos en corral ajeno".
Hace algún tiempo, después de recorrer el sur por la estupenda autopista que conecta Santiago con Puerto Montt y de conocer el millonario proyecto del puente sobre el canal de Chacao, no pude evitar comparar esa mega inversión con la deficitaria y peligrosa conectividad terrestre del norte.
El mismo impacto me produjo la rápida inyección de millonarios recursos destinados a levantar el sur tras el terremoto cuando lo comparé con la larga y penosa espera que han debido sufrir nuestros hermanos de Tocopilla y Tarapacá. Me queda la duda si se trata de "centralismo" o algo más parecido a un "anti-nortinismo".
Para aliviar mis tristezas me di el tiempo para ir a nuestro principal teatro a ver una obra. Allí me terminé de convencer que debemos luchar para derribar los malos paradigmas que nos hacen inclinarnos con ridículo esnobismo ante todo lo que proviene de la capital y nos conserva indiferentes con la creación realizada por tantos esforzados trabajadores culturales de nuestra región.
He visto en otros países de Latinoamérica como las ciudades son potentes polos de desarrollo: con autonomía y proyección internacional propia, con ciudadanos orgullosos de su tierra y su cultura, donde se defienden los intereses de su querido terruño en todos los planos.
Para llegar a esa madurez alguna vez y enamorarnos de lo esencial de lo nuestro… ¡Que gran desafío nos espera!
Artista Punahue