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21 mil familias viven allegadas y esperan vivienda en la región

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Lorena Vergara salió hace un año del campamento "Por fin mi casa", gracias a un subsidio de arriendo de $130.000. Junto a su esposo y sus siete hijos hoy arriendan dos habitaciones en el sector norte de Antofagasta, pero siguen viviendo en condiciones precarias.

El campamento, compuesto por unas 17 familias y ubicado en Pedregal con Juan Bolívar, fue erradicado, porque en el sitio se construirá un consultorio. Alrededor de siete familias fueron reubicadas en el sector del Club Hípico, y las demás se fueron con un subsidio de arriendo en la mano.

El problema, cuenta Lorena Vergara, quien llegó hace 10 años desde Coquimbo en busca de trabajo, es que más de la mitad de las familias volvieron a instalarse en otros campamentos porque no pueden costear un arriendo y las viviendas sociales que debían entregarles en el sector Salar del Carmen, aún no comienzan su construcción.

Según el último estudio de la vivienda social efectuado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el déficit habitacional en la región es de 45,2 inmuebles por cada mil habitantes, cifra que convierte a la zona en la segunda con mayores requerimientos de todo el Norte Grande.

Los datos del informe también reflejan que la necesidad más urgente en materia habitacional para los sectores vulnerables se desglosa en dos ítems. Faltan 12.376 viviendas para allegados y 9.260 para dar solución a los grupos hacinados.

El déficit habitacional en la región, según los análisis del gremio constructor, es de 21.104 hogares (casas o departamentos).

A nivel país el stock de viviendas alcanza en promedio 345 inmuebles por cada mil habitantes. No obstante, Antofagasta, al tener 274 viviendas por el mismo número de personas, posee la menor disponibilidad habitacional entre las áreas urbanas funcionales de Chile.

Por ejemplo, el año pasado no se entregó ningún proyecto de vivienda social en Antofagasta y desde el 2006 a la fecha sólo se han construido 1.530 inmuebles.

Además, según la CChC, el análisis de las políticas habitacionales implementadas por los últimos dos gobiernos, refleja que el año pasado fue el periodo donde se entregaron menos subsidios. Junto a ello, existe una diferencia de $9 mil millones entre los montos asignados y los que fueron ejecutados.

El presidente regional de la CChC, Jaime Tolosa, precisó que el requerimiento de viviendas sociales al 2020, considerando una población estimada de 450.000 habitantes, podría llegar a 25.284 inmuebles.

Tolosa recalcó que uno de los efectos inmediatos de este problema es la decisión que toman muchas personas en orden a emigrar a otras ciudades, donde existen viviendas con menores costos y es posible hacer uso de los subsidios.

"Las empresas están fomentando el éxodo de sus trabajadores, especialmente aquellos que trabajan por sistema de turnos. Si no se pone atajo a esta problemática, aumentará el número de allegados y el hacinamiento", dijo.

El dirigente gremial también explicó que en el año pasado se traspasaron terrenos al Serviu para la construcción de viviendas sociales y luego la entidad inició su propio proceso para iniciar obras, que es más largo porque los predios no cuentan con urbanización.

De esta manera, aseguró Jaime Tolosa, se podrían producir demoras de hasta tres años, lo cual implica un retraso en el proyecto, "que ya es muy complejo de abordar".

Sólo en la comuna existen 17 campamentos y más de 400 familias habitan en ellos. En la región son 28 y desde el 2011 el número permanece igual.

El director regional de Techo Chile, Nicolás Salinas, advirtió que, lejos de disminuir, los campamentos siguen creciendo, al igual que las familias que los habitan.

"Es preocupante lo que pasa con el tema de las viviendas sociales y cómo la gente tiene que ir a vivir a campamentos porque no tiene más opciones, pero también hay que preguntarse qué pasa con la clase media, donde también existe el problema", recalcó.

Salinas advirtió que la mayor preocupación está en el aumento de personas que llega a los campamentos, porque sólo el año pasado 100 familias pasaron a vivir en esta situación.

"Somos la región más rica, pero al mismo tiempo fiel reflejo de lo que es hoy en Chile, según el último estudio de la Ocde, que dice que somos el país con mayor desigualdad de Latinoamérica. Esa diferencia en la zona se refleja con fuerza y es ahí donde debemos apuntar los esfuerzos", concluyó.