Secciones

PDI entregó peritaje clave en juicio contra excarabinero por femicidio

E-mail Compartir

El análisis de trazas metálicas -junto a los testimonios de los oficiales de la PDI- es el peritaje clave que la Fiscalía Local presentó ayer en el segundo día de juicio contra el excarabinero acusado por el homicidio de su pareja, una joven estudiante de 20 años.

Se trata del método científico que permite detectar los residuos químicos que quedan en la piel tras disparar un arma de fuego. Este peritaje resulta vital, teniendo en cuenta que el único testigo de la muerte de Paulina Miranda Leiva es el imputado. La estudiante de gastronomía falleció en 2012 de un disparo en la cabeza.

Uno de los encargados de explicar los resultados de esta prueba fue el comisario de la PDI, Víctor Quintanilla, quien era el jefe de la Brigada de Homicidios que investigó el caso.

El oficial precisó que las muestras fueron tomadas en las manos y antebrazo de la víctima y del imputado, identificado como I.F.C.C., de 28 años.

El procedimiento se realizó en el Hospital Regional, donde llegaron la joven agonizando y el acusado herido en su mano, tras golpear una ventana.

El comisario declaró que el análisis fue categórico en el caso de la fallecida. En su piel no había ningún rastro de plomo, bario o antimonio, químicos que se liberan luego de percutar cualquier arma de fuego.

Pero en el caso de I.F.C.C., los resultados no fueron los mismos. Quintanilla precisó que las cantidades detectadas en la mano del imputado eran muy bajas, tanto que no podían calificar como atribuibles a un disparo.

Sin embargo, ello se explicaría porque el excarabinero limpió la herida que se ocasionó al romper una ventana, luego de enfadarse por las preguntas que la policía le realizó el día que Paulina Miranda recibió el disparo en la sien.

Además, los oficiales de la PDI en 2013 ejecutaron un peritaje para determinar las cantidades de químico que libera el arma particular del acusado. Para ello llegaron hasta la residencial de calle Bolívar esquina Condell, donde recrearon el hecho.

Una funcionaria administrativa de la institución, que no tiene contacto con armamento, disparó seis veces la pistola Taurus, semiautomática 9 milímetros. Esto se hizo con un aparataje especial. Antes y después de que percutara el arma, se tomaron muestras en la piel. Incluso lavaron sus manos para emular cómo I.F.C.C. habría limpiado su herida.

El comisario detalló que debido a la mecánica de la pistola, que además era nueva, arrojó que las cantidades que quedaron en la mano de la funcionaria eran tan bajas como las que hallaron en el acusado.

"Se concluye que Paulina no disparó y en la habitación sólo había dos personas. Teniendo en cuenta las trazas metálicas halladas en el imputado, la brigada concluye que él es quien realizó el disparo", sentenció Víctor Quintanilla.

Además, otras declaraciones en el juicio, como un carabinero amigo de la víctima, explicaron que era ella quien deseaba terminar la relación y no al revés, como dijo el inculpado el primer día de juicio.

Con la declaración del uniformado, el fiscal Carlos Lillo culminó ayer la presentación de las pruebas periciales, testimoniales y documentales.

El juicio cerrará hoy a las 14 horas, con los alegatos de clausura en la sala 1 del Tribunal Oral en lo Penal.