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Cuatro años de cambios

El desafío de abordar la desigualdad en Chile es enorme por parte de Bachelet. Pero la forma en que ello se ejecutará marca las diferencias.

Resulta sorprendente que izquierda y derecha busquen enfatizar sus diferencias, más que acentuar los espacios comunes. Al final, de eso se trata la política: de buscar consensos para avanzar mejor y más rápido.

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La Presidenta Michelle Bachelet ha dicho en su primer llamado que cumplirá el programa que la llevó a La Moneda, precisando antes una enorme diferencia con su antecesor al formular que: "Chile no es sólo un listado de indicadores o estadísticas, sino una mejor patria para vivir, una mejor sociedad para toda su gente".

Ese comentario es probablemente la mayor diferencia entre la actual centroizquierda y la centroderecha nacional. Ambos bloques tienen más cosas en común, pero durante los últimos meses se han centrado en remarcar sus diferencias, aunque se trate de matices.

Chile parece enfrentado a dos lecturas muy distintas de nuestro presente y futuro. Una más crítica, donde parece haber una visión enfocada en los déficit y otras más reposada, donde parece que el interés es consolidar los avances y seguir trabajando sobre el mismo camino.

A favor de la primera juegan precisamente las brechas evidentes; y de la segunda, los éxitos alcanzados.

La salvedad es que resulta difícil evaluar las propuestas de la actual administración, teniendo presente que se desconoce la magnitud de las transformaciones.

El nuevo gobierno habló de una reforma tributaria y de cambios a la Constitución, es decir, de aspectos sustantivos. Sin entrar en los móviles de una decisión de ese tipo, sí resulta inquietante que en medio de la campaña no se entregaran mayores alcances. En ocasiones la explicación del diálogo sonó más a excusa que a una verdadera intención de precisar cuál es el verdadero fondo e impacto de ello.

Es bueno que la Presidenta dijera que es la líder de todos los chilenos, incluyendo a quienes no votaron, o sufragaron por otro candidato; esta es una tradición que se ha repetido desde Patricio Aylwin en adelante.

En tal línea, no es majadero sostener que el éxito de esta administración será el éxito del país y mayores voces, escuchar la diversidad será relevante para lograr vencer el desafío propuesto: la desigualdad.

Es claro que este es otro Chile, pero tampoco tiremos por la borda los notables avances conseguidos.

Impresiones de un viaje III

"San Francisco y alrededores poseen muchos lugares imperdibles".

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Hace uno meses tuve la oportunidad de visitar San Francisco, EE.UU. Esta ciudad a partir de 1776 estuvo bajo el imperio español quienes la llamaron "Yerba Buena", nombre derivado de la menta silvestre que crecía en la zona. Luego, en 1821, cuando México se independiza de la Corona Española, pasó a ser parte de ese país, hasta que estalló la guerra con Estados Unidos, nación que en definitiva la anexa a su territorio en 1846 y cambia su nombre a San Francisco.

Al poco tiempo de estar bajo dominio americano se descubre oro en su tierra y el pequeño y apacible pueblo comienza a ver como mineros, comerciantes y aventureros de todo el mundo generan un crecimiento poblacional exponencial, al cual no se restaron muchos compatriotas, que se embarcaron desde Valparaíso ilusionados con encontrar riquezas horadando el suelo extranjero. A propósito de nuestro puerto, se piensa que algún anónimo viajero apreció cierta similitud entre los cerros y colinas del puerto de San Francisco con Valparaíso y bautizó a éste último como Pancho.

San Francisco y alrededores poseen muchos lugares imperdibles como lo son, entre otros, el puente Golden Gate, Union Square, la zona de los muelles, Lombard Street, la calle con más curvas del mundo, sus pintorescos tranvías eléctricos, sus empinadas vías tan recurrentes en las películas, sus sectores con hermosas casas victorianas que al estar frente a ellas nos parece que el tiempo permanece detenido.

La mítica esquina de Haight con Ashbury, que fue el epicentro del distrito donde comenzó el movimiento hippie, todavía luce tiendas que se niegan a desaparecer, comerciando un sin fin de objetos, prendas y souvenir de esa sub cultura. Cruzando la bahía está la Universidad de Berkeley, lugar donde a inicios de los años 60 comenzaron las primeras manifestaciones reivindicatorias de los derechos civiles americanos.

Alcatraz, la otrora inexpugnable prisión, hoy es un atractivo que seduce a muchos interesados por conocer los recintos que albergaron a tristemente famosos delincuentes de la talla de Al Capone. Después de los anglosajones, son los ciudadanos de origen asiático los que más se ven en las calles. Es reconocida como una de las ciudades más lindas del mundo y al conocerla se confirma dicha apreciación.

Presidente Proa Antofagasta