Prat convertido en escenario para cantantes y artistas callejeros
Caminar por el centro de Antofagasta se ha convertido en una actividad hasta cierto punto molesta, debido al desorden y la contaminación acústica que generan cantantes y artistas callejeros, además de los ya conocidos vendedores ambulantes ilegales.
Los más afectados por el ruido son las personas que a diario trabajan en los diferentes locales comerciales y oficinas que se ubican, principalmente, en calle Prat, quienes deben soportar el ruido durante toda su jornada laboral.
Un simple recorrido por este transitado paseo basta para dimensionar el problema. A pocos metros de comenzar, aparecen los primeros artistas, quienes con micrófono en mano y dotados de amplificadores, entonan canciones de distintos géneros y autores.
En medio del paseo Prat, donde se ubican los cafés, es habitual encontrar a un cantante no vidente que interpreta temas de Silvio Rodríguez y música cristiana. Si bien dentro de la gama de artistas callejeros es el que más destaca por su voz, la reiteración de los temas y el alto volumen pone a prueba la paciencia de cualquiera.
Un poco más arriba aparece un saxofonista, que además de tocar su instrumento, vende cedés con su música.
Al igual que en el caso anterior, detenerse un momento a escucharlo puede ser grato, sin embargo, según cuentan los oficinistas y vendedores que trabajan cerca del improvisado artista, una, dos o tres horas después la situación cambia.
En Matta esquina de Prat aparece otro exponente del arte callejero. Se trata de un cantante aficionado conocido como "Luis Miguel".
En su repertorio hay toda clase de temas, pero el ruido que emite con el amplificador causa molestias a los transeúntes y a los dependientes de distintas tiendas y farmacias.
Pero el problema no se limita a estos casos. En el centro ya es normal encontrarse con "chinchineros" y "tunas", quienes tienen su punto de operaciones en calles Prat y Matta.
También en Matta con Baquedano se ubica una mujer que ofrece un espectáculo de títeres acompañado de música, dotada de micrófono y un potente amplificador.
A esta situación hay que sumar la presencia de vendedores ambulantes ilegales y de comida que se instalan en algunas esquinas, aparentemente sin temor a la autoridad.
La presencia de ambas actividades ilícitas va en aumento. De hecho, a eso de las 20 horas ya es posible ver personas encendiendo parrillas en calle Matta para iniciar la venta de una amplia gama de alimentos sin control sanitario.
Claudia Cuéllar es contadora y trabajó varios meses en pleno centro de la ciudad. Cuenta que el paseo Prat se ha transformado en un verdadero escenario al aire libre, donde cualquiera puede actuar o cantar.
"La bulla es molesta. Yo trabajé en el edificio Vaticano y el ruido era insoportable todo el día, lo que me impedía la concentración", explicó.
Otra contadora, Loreto Sandoval, agrega que transitar por el centro es un problema, debido al gran desorden y al bullicio que provocan los artistas y ambulantes ilegales.
"Uno se encuentra con cada situación. Hay chinchineros y cantantes con enormes amplificadores y parlantes, es un tremendo caos", apunta.
El presidente de la Cámara de Comercio de Antofagasta, Giancarlo Coronata, dijo que para el gremio lo que ocurre en el centro es materia de permanente preocupación.
En relación a los músicos callejeros, señaló que algunos artistas parecen tener un "contrato permanente" para actuar en esa zona, pues llevan años ejerciendo la actividad sin mayores inconvenientes.
Coronata manifestó curiosidad por el caso de un saxofonista que se cubre del sol con una carpa de la Corporación Cultural de Antofagasta.
"Me parece un absurdo, para los peatones puede ser algo interesante, pero nadie piensa en el comercio establecido que está todo el día soportando ese tremendo ruido", apuntó.
Sobre el comercio ambulante, el dirigente dijo que al recrudecimiento de los vendedores ilegales, se suma la tolerancia del municipio hacia los vendedores con permiso.
En este plano, consideró grave que concejales hoy estén proponiendo distribuir en el centro a los comerciantes de la Plaza Sotomayor, en lugar de apostar por establecerlos en un espacio cerrado, como viene pidiendo el gremio.
La contaminación acústica en Antofagasta no es un tema menor. Hay que recordar Gaes, una empresa dedicada a mejorar la comunicación y calidad de vida de las personas con problemas auditivos, aplicó en 2013 una encuesta que arrojó sorprendentes resultados.
El sondeo estableció que más del 63% de los chilenos piensa que su ciudad es altamente ruidosa, siendo Antofagasta una de las más afectadas por el problema.
La encuesta, aplicada vía telefónica a pacientes de todo el país, mostró que los ruidos más molestos tienen relación con la congestión vehicular y el tráfico en las calles. Para los consultados, las ciudades con mayor contaminación acústica son: Santiago y Antofagasta, con el 74,5% y 72,7%.