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Gratos recuerdos de los hermanos Matta

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Partía a Arica una comisión nombrada por el gobierno para recibir al Ferrocarril a La Paz. Esta era compuesta por los señores Teodoro Schmidt (inspector general de Ferrocarriles), Augusto Knudsen y Enrique Decombes.

También se informaba de un incendio en la calle Buenos Aires.

Héctor Ramón Urrutia resultó muerto tras volcar una camioneta en la que viajaba de acompañante.

El hecho ocurrió en un vehículo de la empresa Sali Hochschild que cayó a un barranco de 10 metros ubicado en un camino entre las minas "Las Polo" y "Carolina". El conductor quedó en estado grave.

Un grupo de especialistas franco suizos que visitó la región a principios del año pasado es el responsable de uno de los descubrimientos astronómicos más interesantes de los últimos años.

Desde el observatorio ALMA lograron divisar en detalle lo que constituyen las galaxias más lejanas que se han visto desde la Tierra.

La sombra del censo de población 2013

Los resultados vienen a confirmar el crecimiento de la ciudad, pero claramente esto no se está transformando en desarrollo.

La ciudad cuenta con 337 mil habitantes, pero tiene un déficit en el número de viviendas y hay atisbos de un empeoramiento en varios indicadores, porque las autoridades no hacen su trabajo.

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Los resultados, al parecer, definitivos del Censo de Población y Vivienda del año pasado no fueron muy distintos a los conocidos preliminarmente, tanto a nivel local, regional y del país.

Lo interesante y desafiante, para Antofagasta, es que se mantienen los síntomas de crecimiento y consecuencialmente los enormes déficit provocados por la falta de inversión, especialmente pública.

Antofagasta crece por la acción privada, pero ello no es acompañado por el sector fiscal, que presenta atrasos en todos los ámbitos posibles.

La capital regional cuenta con 337.934 habitantes, convirtiéndose en la cuarta comuna más poblada de Chile. La minería explica el boom inmigratorio, pero este resultado también se traduce en traumas como la falta de viviendas, con el promedio más bajo por habitantes en Chile. Vale decir, el crecimiento antofagastino también se convierte en un deterioro de la calidad de vida y en un empeoramiento de su desarrollo, al no acompañarse el fenómeno con más calles, áreas verdes, espacios públicos.

El Censo es positivo para tener un diagnóstico y validar las presunciones, aún cuando se mantienen las suspicacias respecto a la verdadera cifra de habitantes, considerando la llamada "población flotante".

Es tiempo de tener autoridades que estén al nivel del momento que exige Antofagasta: que generen proyectos, que piensen y resuelvan los problemas y fundamentalmente que estén soñando la ciudad del futuro.

Es probable que la ciudad se acerque al medio millón de almas en el plazo de una década y eso implica que requeriremos de más equipamiento comercial, educacional, de salud y todo lo que podamos imaginar.

Y ese trabajo, de planeamiento, no está llevándose a cabo por parte de la autoridad respectiva; salvo el trabajo de Creo Antofagasta, no se observa nada.

Nuestra Antofagasta puede ser una gran ciudad porque tiene las condiciones para ello. Hay inteligencia, riqueza y oportunidades, pero se requiere más que eso para alcanzar las grandes lides.

El Censo es un "campanazo" para todos nosotros. La ciudad crece, pero requerimos que eso se transforme en desarrollo.

¿Dónde está nuestra voz?

"Nos falta visión de futuro, respeto a las comunidades y espíritu regionalista".

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¿Desde cuándo los antofagastinos no alzan su voz a nivel país? Un gran amigo sostiene que desde la desaparición del Centro para el Progreso, el que liderado por José Papic en los años sesenta, logró instalar en la agenda nacional una serie de problemas que exhibía la zona, solucionándolos, en gran parte, con la promulgación de la Ley del Cobre y la Ley de Zona Libre Alimenticia. No puedo estar más de acuerdo con él. Acota, además, que los grandes temas que movilizaron a Antofagasta hoy no existirían, posición con la cual discrepo.

Antofagasta, al alero de la explotación del cobre, ha experimentado un fuerte crecimiento económico, el que a su vez ha generado profundos cambios y no todos para mejor. En efecto, un parque vehicular creciente que cada vez provoca más problemas, una falta endémica de áreas verdes y de espacios recreacionales, múltiples calles y veredas de tercera categoría, una carretera ultra peligrosa, pocos atractivos que motiven el turismo, etc.

Me pregunto, ¿estos temas y otros no ameritarían elevar la voz ciudadana o, al menos, exigir a las autoridades de turno que se la jueguen a fondo por resolverlos? Sin duda que algunas de estas carencias no pueden resolverse por falta de recursos mezquinados por el nivel central, sin embargo, no todo está en manos capitalinas, ya que siempre habrá instancias y oportunidades en donde nuestra visión puede influir para adecuar, cambiar o plantear un determinado proyecto tendiente a solucionar alguna necesidad local.

Permítanme dos ejemplos, ¿se ha fijado en la entrada a Mejillones? Un peligroso cruce de la carretera, con escasa área para alinear el vehículo y una pésima visibilidad para enfrentar el tráfico de la pista contraria. Aquí Vialidad debió haber exigido modificar el proyecto y considerar un cruce bajo nivel como corresponde a una localidad que experimenta un alto crecimiento asociado a su actividad portuaria y energética. Otro caso es que no se tiene noción de la existencia de un proyecto de doble calzada de la Ruta 5 hacia el sur. Pueblos y ciudades de menor importancia que Antofagasta gozan de los beneficios que otorga este tipo de vía. Nosotros continuamos contando el número de accidentes fatales como si nada.

Sin duda que nos falta visión de futuro, respeto a las comunidades y espíritu regionalista.

Presidente de Proa