La gran vitrina del festival
Este certamen es una expedita plataforma para proyectar a la capital regional en el ámbito turístico. Su carácter gratuito lo hace único en el país.
La avalancha de público del "Esperando el 14" en el Balneario Municipal y la primera jornada del Festival de Antofagasta en el puerto, confirman que estas fechas son sinónimo de diversión y alegría.
En ambos casos el efecto mediático posiciona a Antofagasta en la vitrina nacional y entrega un sentido eminentemente turístico a estos días de fiesta en la capital regional. Todo ello gracias a una estrategia bien planificada y que vale la pena reconocer.
Un punto a favor es proyectar al festival como una de las grandes atracciones del verano con carácter gratuito. Junto con salir a través de la señal de TVN a todo el país y el mundo, la difusión del certamen tiene un efecto dominó en otros medios de comunicación.
Artistas de primer nivel, un público encendido con ganas de pasarlo bien, una escenografía de última generación y una amplia cobertura dan un sello distintivo a la ciudad durante estos días, asunto que parece innegable en cuanto a la gran cantidad de público y el rating televisivo.
Es cierto, no se puede medir todo bajo estos parámetros, pero este evento de tres días también tiene otro valor que no es contable y que es una gran plataforma para proyectar a Antofagasta en el ámbito turístico. Y eso hay aprovecharlo con un claro sentido del márketing.
Otro factor para considerar es la inclusión de artistas y animadores locales en su fase no televisada, hecho que se agradece cuando los talentos tienen un espacio de primera línea para proyectar su arte.
Sin embargo, también es bueno realizar un autoanálisis. Es necesario contar con la máxima transparencia sobre los recursos y la elección de las productoras, porque este certamen no puede estar sujeto todos los años a una batería de amenazas de demandas contra la Corporación Cultural.
Mientras tanto, el certamen musical crece en su forma y contenido, sobre todo cuando esta fecha ya se ganó un espacio entre los eventos nacionales, con una gran y clara diferencia, su carácter gratuito.
El festival es una marca exportable que pasea el nombre de Antofagasta por Chile y el mundo.